Cuando aún no se inicia su tramitación, la iniciativa, con la que se busca dar una mayor representatividad al actual sistema electoral, no cuenta con la unanimidad de la Nueva Mayoría. Quienes se oponen aspiran a cambiar el sistema y no sólo a introducirle modificaciones. Las críticas también apuntan a que la elección de senadores no varía sustancialmente.
El miércoles 12 de marzo, discretamente y sin ningún aspaviento, un grupo de senadores de la Nueva Mayoría y Renovación Nacional ingresó a trámite el proyecto de ley orgánica que modifica el sistema binominal; la iniciativa nació a partir del acuerdo alcanzado entre la tienda liderada por Carlos Larraín y la Democracia Cristiana, que permitió aprobar la reforma constitucional que eliminó de la Carta Fundamental el guarismo 120, con lo que se abrió la posibilidad de cambiar el actual mecanismo electoral. Un antiguo anhelo del oficialismo y al cual no se le había podido dar curso en 23 años.
Pese a que, a estas alturas, en el mundo político existe un consenso amplio en torno al tema, existen matices que avizoran un difícil debate. Sobre todo, porque hay parlamentarios que insisten en que la propuesta no avanza lo suficiente hacia un sistema proporcional, particularmente en materia de senadores. Y es ahí donde se podría entrampar la tramitación. Por lo pronto, no habría unanimidad en ninguna de las dos coaliciones, aunque tras la aprobación de la reforma que permitió avanzar a esta etapa existía la sensación de que se despejaba definitivamente el camino para cambiar el sistema electoral.
El documento de 16 carillas, del que recién se debiera dar cuenta en la Sala de la Cámara Alta este martes 18 –con el que se busca reemplazar la Ley 18.700, es decir, la Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios– fue suscrito por los senadores Patricio Walker (DC); Fulvio Rossi (PS), y los representantes de RN Francisco Chahuán y Alberto Espina. Si bien se comentaba que el senador Eugenio Tuma también lo había firmado en representación del PPD, lo cierto es que no figura su rúbrica en el texto y, consultado al respecto, explicó que, efectivamente, su partido tiene reparos porque, a su juicio, las regiones habrían “quedado disminuidas” en el proyecto, en referencia a la fórmula para elegir a los senadores. Por lo que esperan salvar este punto presentando indicaciones en esa área.
Y es justamente en este aspecto donde existen más diferencias. Porque quienes se oponen a esta iniciativa se amparan en que, a lo que siempre se aspiró, es a cambiar el sistema binominal “de verdad”, algo a lo que no apuntaría la iniciativa presentada. Sus autores y defensores argumentan que con su propuesta se elimina casi por completo el binominal en la Cámara Baja y en un 75 por ciento en el Senado. Pues la propuesta aumenta de 120 a 134 los diputados, electos en un sistema que comprenderá 30 distritos “de magnitud electoral variable, de dos, cuatro y seis diputados (dependiendo de la cantidad de electores en cada distrito)”. Mientras que la Cámara Alta aumentará de 38 a 44 representantes que se dividirán “en 16 circunscripciones senatoriales, constituyendo cada región una sola circunscripción, salvo la Región Metropolitana de Santiago, que será dividida en dos, debido a su gran población, para otorgar una mayor proporcionalidad al voto. Las circunscripciones correspondientes a las regiones V de Valparaíso, VII del Maule, VIII del Bío Bío y IX de la Araucanía, además de las dos circunscripciones de la Región Metropolitana de Santiago, elegirán cuatro senadores cada una. El resto de las circunscripciones senatoriales deberá elegir dos senadores”
El texto consigna que “la fórmula elegida, en todos los casos previstos, es la de un sistema proporcional bajo la fórmula de la cifra repartidora, en su variante D’Hont”. Y sus defensores van más allá, asegurando que ni aún antes de la dictadura existía en Chile un sistema electoral totalmente proporcional. Aun así, sus detractores insisten en que esto no es suficiente. Una de ellas, la senadora de Amplitud Lily Pérez, no duda en confirmar su posición en contra de este proyecto y asegura que, de llegar a ser votado, lo rechazará. Ello, “porque lo que hace es mantener el binominal y aumentar el número de parlamentarios. Adicionalmente, invisibiliza a las regiones. Mi posición no ha variado, siempre ha sido la misma. Esta es una cuestión de principios. Yo quiero un cambio al binominal, de verdad”. Así se defiende de quienes argumentan que algunos de los que se oponen a esta iniciativa “lo están haciendo con una afán electoral, están con la calculadora en la mano”.
[cita]Los promotores de la iniciativa esperan poder reunirse con la ministra de la Segpres Ximena Rincón para pedirle que el gobierno apoye la moción, pues estiman que “la forma para que se apruebe es que el gobierno presione para ello”. Ya que perciben que quienes rechazan la iniciativa “están sacando cálculos electorales, están rechazando con calculadora”.[/cita]
En la misma línea de Pérez, pero en la coalición oficialista, está el senador del PPD Ricardo Lagos Weber. El parlamentario ya había manifestado su rechazo a esta iniciativa cuando, el año pasado, aún era sólo una idea que sus promotores intentaban socializar. Ahora, después que lo tomara por sorpresa, pues dijo desconocer que el proyecto había sido ingresado, mantuvo absolutamente su postura original. Parafraseando a la Presidenta Michelle Bachelet, reiteró que “sí al cambio al binominal, no al veto de una minoría sobre la mayoría” y agrega que ese es “el estándar que fijó cuando era candidata”. En este contexto, lo que hace este proyecto, dice, es que mientras el actual sistema iguala el 33 por ciento al 66 por ciento, la iniciativa de la que se debería dar cuenta este martes iguala el 39 por ciento al 61 por ciento. Por lo que, a juicio del senador, la propuesta presentada “es completamente insuficiente” desde el punto de vista de quienes aspiran a cambiar el sistema electoral y no sólo a introducirle modificaciones. Particularmente discrepa con la fórmula para elegir a los senadores, ya que estima que en esta cámara predominaría de todos modos el sistema binominal.
El hecho de que el PPD no lo haya suscrito a la espera de poder introducir indicaciones durante su tramitación, da cuenta de la falta de acuerdo para avanzar en este proyecto en particular, no sólo al interior de la coalición oficialista, sino también dentro de los partidos. Ello, porque quien también se ha mostrado disconforme con el mecanismo con el que se elegirían los senadores es el ex presidente de la Cámara Alta Jorge Pizarro, que estima que la fórmula propuesta mantiene el binominal en un 80 por ciento en la Cámara Alta. Sin embargo, el senador RN Francisco Chahuán, quien participó en la elaboración del proyecto, para lo cual, asegura, trabajaron durante el verano, tiene una visión bastante drástica acerca del futuro de la iniciativa. Tiene la convicción de que “si este proyecto no es el que se impulsa, el cambio al binominal va a estar en peligro”.
Entre quienes presentaron la iniciativa plantean que la idea es “presionar” para que se cumpla el acuerdo al que ya se había llegado entre la DC y RN originalmente y al que lograron sumar a la Nueva Mayoría. Pero también se busca que en el Senado se produzca mayor proporcionalidad, dicen. Algo que no ocurre con este proyecto, según quienes discrepan. No obstante, no se descarta que pudiera ser aprobado, aun cuando la UDI se ha negado sistemáticamente a aprobar las iniciativas en este sentido.
Por otra parte, quienes están a su favor, tienen la convicción de que, sin el acuerdo al que se llegó entre la DC y RN, nunca se habría aprobado la reforma constitucional que eliminó el guarismo 120 y menos se hubiera llegado hasta aquí y que el proyecto que modifica el binominal “surge dentro de la medida de lo posible en el marco de escuchar a todos los expertos”. El punto es que, para ser aprobada, esta iniciativa requiere de 4/7 y sus promotores no están seguros de poder contar con los votos, pues para ello deberían conseguir acuerdo con quienes figuran como independientes en ambas Cámaras, algo que no ven como seguro. Por lo mismo es que esperan poder reunirse con la ministra de la Segpres Ximena Rincón, para pedirle que el gobierno apoye la moción, pues estiman que “la forma para que se apruebe es que el gobierno presione para ello”. Ya que perciben que quienes rechazan la iniciativa “están sacando cálculos electorales, están rechazando con calculadora”.
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