“Aquí se requieren cambios de verdad. No podemos seguir parchando el modelo», enfatizó el vocero de la Nueva Mayoría. Sus palabras no tardaron en generar duras reacciones en la UDI y RN. El senador Andrés Allamand las calificó como una «notificación muy clara de la nula voluntad de diálogo que tiene el gobierno que se ha iniciado», mientras que el diputado Ernesto Silva las considera una evidencia de que existen «dos almas en la izquierda».
En un escenario político que sorprendió a la derecha de vuelta en la oposición, la tensión que está generando el programa de la Presidenta Michelle Bachelet va in crescendo. Esta vez fue el vocero de la Nueva Mayoría, senador Jaime Quintana (PPD), quien impactó a los máximos dirigentes y representantes de la Alianza al notificarlos que “no vamos a pasar la aplanadora, sino a poner una retroexcavadora. Hay que destruir los cimientos del modelo neoliberal”. Con lo que, queriéndolo o no, puso sobre la mesa el debate ideológico que en la oposición veían venir, pero esperaban evitar. La molestia opositora llegó a tal punto que el senador Andrés Allamand (RN) comparó la notificación del parlamentario oficialista con lo sucedido durante el gobierno de la Unidad Popular, ironizando con que sus dichos son el “avanzar sin transar 2.0” de esa época.
Consciente del revuelo que provocaron sus palabras, no sólo en la oposición, sino también en algunos sectores de la Nueva Mayoría, Quintana se sintió llamado a hacer algunas precisiones. Así explicó que la decisión de retirar de tramitación algunos proyectos de la agenda educacional se debe a que “hay que viabilizar una agenda de transformaciones profundas que claramente no es la agenda del gobierno que terminó”, aludiendo a financiamiento, fiscalización, calidad y otros aspectos de este ámbito. Ello, porque, a su juicio, las iniciativas enviadas al Congreso para dar respuesta a las demandas estudiantiles del año 2011 “son completamente antagónicas a aquellas por las cuales la sociedad chilena ha decidido transitar”. Y fue enfático en insistir en que “aquí se requieren cambios de verdad. No podemos seguir parchando el modelo educacional”.
Pero, el senador PPD abordó un aspecto que durante años su propio sector trató de eludir, pero sobre todo que la derecha pretende resguardar, particularmente a través del Congreso. Incluso reafirmó lo dicho, señalando que seguramente el oficialismo y la oposición “vamos a tener acuerdo en muchas áreas, pero yo quiero sincerar el debate, yo creo que es difícil tener acuerdo con esta derecha en los temas de educación”, particularmente “si ellos siguen aferrados a su modelo ideológico”. Y enfatizó que “en materia educacional tenemos un problema ideológico y quien no lo quiera entender y quiera seguir con la venda en los ojos, de cualquier sector político, está en un profundo error. Aquí lo que viene es un proceso de cambios profundos en educación”.
Justamente son este tipo de expresiones de Quintana las que provocaron duras reacciones de la derecha aludida. Por su parte, Allamand defendió implícitamente la política de los acuerdos por la que trabajó arduamente durante la primera década después del regreso a la democracia. Rechazó que la actual administración, algo que presumen a partir de las declaraciones de Quintana, les haya hecho una “notificación muy clara de la nula voluntad de diálogo que tiene el gobierno que se ha iniciado”. Y que se pretenda partir de cero, frente a lo que se ha hecho “durante los últimos 25 años”, sin escuchar a otros sectores de la sociedad, incluida la oposición.
Incluso afirmó compartir el concepto de la Nueva Mayoría en orden a que la educación es un derecho social y fue categórico en cuanto a que “si vamos a avanzar en gratuidad, hagámoslo sin letra chica”, aludiendo a un término que fue acuñado en la Concertación y que alude a la fórmula con que muchos proyectos de la administración anterior llegaban al Congreso. Por su parte, el senador Alberto Espina agregó el hecho de que, a su juicio, entre la oposición y el oficialismo tienen “diferencia en los instrumentos, pero no en los objetivos” y que “la diferencia en los instrumentos hace que unos piensen distinto a otros”, haciéndose cargo de alguna manera del debate ideológico que se viene.
Desde la UDI no fueron menos. En la tienda gremialista tampoco quisieron dejar pasar la provocación de Quintana, que es como la perciben algunos representantes del gremialismo la postura asumida por el vocero de la Nueva Mayoría. Por su parte, el timonel del partido, Patricio Melero, también hizo alusiones a la época previa al golpe de Estado del 73, advirtiendo que “la última pasada de retroexcavadora significó el quiebre de nuestro Estado de Derecho y 17 años sin democracia”.
Al respecto, el diputado Ernesto Silva dijo que «vemos con preocupación que se quiera pasar una aplanadora, una retroexcavadora y generar una destrucción de lo que juntos hemos construido en Chile”, lo que a su juicio revela que “existen dos almas de la izquierda”.
“Hace dos semanas le preguntábamos a la Presidenta Bachelet con cuál de estas dos almas de la izquierda iba a gobernar. Ese día se lo preguntábamos por su actitud frente a la situación de Venezuela y las violaciones y abusos a los derechos humanos. Hoy se lo volvemos a preguntar. ¿Con el alma que quiere borrar los cimientos de nuestro desarrollo o con el alma que quiere construir y avanzar hacia el futuro?”, expresó.
Por último afirmó que “los dichos del senador Quintana son repudiables, tanto así que incluso desde la Nueva Mayoría lo han criticado. Por lo que hacemos un llamado a la Presidenta y le preguntamos si ella cree que lo que hemos hecho en Chile hay que destruirlo y pasar la retroexcavadora o hay que seguir avanzando juntos”.
En todo caso, el senador socialista Carlos Montes admite, en la misma línea de Quintana, que lo que se pretende hacer ahora son “reformas estructurales que no se pudieron hacer en otro momento”, ya sea porque no había mayoría parlamentaria o porque la derecha se oponía, incluso “porque había diferencias entre nosotros que no se ventilaron suficientemente”.