Hace mucho tiempo que un sector del partido había promovido la asunción del ahora ex ministro a la dirección de la tienda, tras el término del mandato de Sebastián Piñera. Pero la contingencia terminó por cerrar tal posibilidad. Ahora, hay una corriente del gremialismo que quiere levantar nuevamente la idea del candidato de la unidad, perfil que aseguran sólo cumple el único de los ‘coroneles’ que no ha presidido la colectividad aún.
Aun antes de ser senador, ministro y candidato presidencial, Pablo Longueira, el líder más carismático de la UDI después de Jaime Guzmán, anunció su retiro de la política, concretándolo sólo en la última ocasión. Como él, dirigentes de todos los colores han hecho lo propio sin lograr cumplir su amenaza. En febrero del año pasado le llegó el turno al brazo derecho de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, quien anunció con bombos y platillos, que terminado el gobierno de su primo daría un paso al costado. Sin embargo, el pasado lunes 24, con similar revuelo, volvió a pisar la casona de calle Suecia.
Se le vio contento, cómodo y relajado, mochila al hombro, detalle que parece ser signo de los nuevos tiempos. Se le recibió con cariño, cual hijo pródigo que vuelve al redil. Las formas son importantes en el gremialismo, donde intentan a toda costa que los trapitos sucios se laven en casa. No obstante, su retorno se produce en un momento especial, la tienda atraviesa un proceso que intenta ser de renovación, con una elección interna ad portas, por lo que no faltaron los que empezaron a sacar cuentas en torno a la posibilidad de que el ex titular de Interior pudiera ser la figura perfecta para encabezar una mesa de consenso que “es lo que el partido necesita en este periodo”.
Su nombre ya había sonado antes, pero cuando anunció su retiro de la política el cuadro interno se reordenó en torno a otras figuras hasta decantar en el senador Víctor Pérez y el diputado Ernesto Silva. Pero, con el regreso de Chadwick, el fantasma de la mesa de consenso volvió a sobrevolar la UDI. Incluso adherentes del ex secretario general se muestran dispuestos a ceder en su opción, si el ex ministro aceptara liderar una lista única. Algo que, en cambio, no es tan bien visto entre quienes se han propuesto llevar al diputado a la presidencia de la colectividad. Algunos de ellos desconfían derechamente del regreso del ex secretario de Estado al partido. Particularmente, porque perciben una suerte de doble militancia, dada su participación en la fundación de Piñera “Chile Avanza”, de la cual es presidente desde el pasado miércoles 26, cuando el organismo se constituyó oficialmente y que es interpretado, por un significativo sector de la UDI, como la plataforma del ex mandatario para volver a La Moneda el 2018. Por lo que la figura de Chadwick a la cabeza de la tienda es considerada como una amenaza a las aspiraciones de los gremialistas que ya sueñan con que uno de sus filas los represente en la próxima carrera presidencial.
[cita]Un parlamentario asegura que “yo sé que ha conversado con otras personas y en la eventualidad que sea la persona de consenso no puede negarse”. A pesar de que el ex ministro parece ajeno a todas estas reflexiones al interior de la colectividad, lo cierto es que estaría bien consciente de que llegó a desordenar un cuadro que parecía estar definido y a calentar el clima de una elección interna que ya se veía difícil. Entre otras cosas, porque en el entorno de Silva es donde más resienten la posibilidad de una lista de consenso, ya que advierten que el diputado está dispuesto a “llegar hasta el final”, aun cuando tuviera que enfrentarse a Chadwick.[/cita]
Quienes tienen la convicción de que Chadwick es la carta mejor evaluada para conducir el partido en la etapa que viene, estiman que “éste no es el momento para una competencia interna en la UDI, porque las competencias dividen, y lo que se necesita es alguien que aúne voluntades y pueda convocar a una lista que integre a los más experimentados con las nuevas generaciones. Y ese puede ser perfectamente Andrés”. Y aunque, en su momento, el aludido había declinado sumarse a esta aventura, un parlamentario asegura que “yo sé que ha conversado con otras personas y en la eventualidad que sea la persona de consenso no puede negarse”. A pesar de que el ex ministro parece ajeno a todas estas reflexiones al interior de la colectividad, lo cierto es que estaría bien consciente de que llegó a desordenar un cuadro que parecía estar definido y a calentar el clima de una elección interna que ya se veía difícil. Entre otras cosas, porque en el entorno de Silva es donde más resienten la posibilidad de una lista de consenso, ya que advierten que el diputado está dispuesto a “llegar hasta el final”, aun cuando tuviera que enfrentarse a Chadwick.
Lo anterior, pese a que una eventual candidatura del ex secretario de Estado pondría en apuros a uno de los integrantes del equipo de Silva, el diputado por San Fernando Javier Macaya. Porque quien se ha convertido en estos años en uno de los más cercanos al más joven aspirante a presidir la UDI y uno de los pilares de su candidatura, nació a la vida política bajo el alero del ex ministro, mientras este último era senador en representación de la Sexta Región. Lo que lo dejaría en una posición complicada. Y si bien a este círculo le inquieta una eventual arremetida de Chadwick, no creen que el ‘coronel’ esté en disposición de lanzarse a una aventura que lo amarre tanto al partido, pues estiman que la fundación “y sus proyectos personales” le quitarán mucho tiempo y advierten que él ya ha dicho que no, aunque también admiten que “él es bien de dobles discursos”. Pero eso no es lo único. También están los que lejos de ver al ex ministro como una figura de consenso, atribuyen su regreso al partido sólo “en función de Piñera” y creen que el respaldo que concita en algún sector del partido viene, justamente, “de todos los que trabajaron con Piñera y esos sólo quieren que él vuelva el 2017”.
Están convencidos de que el ex mandatario está poniendo sus fichas en todos los partidos de la Alianza, incluidos los nuevos movimientos como Amplitud y Evópoli, para influir en todos ellos y poder levantar su plataforma para volver al gobierno. La rápida instalación de la fundación y su inexistente “duelo republicano” tras su salida de La Moneda, constituyen –para los críticos de Piñera al interior del gremialismo– la mejor prueba de que el ex titular de Interior sólo sería funcional a los intereses de su primo, si llegara a la presidencia de la UDI.
Y el mayor temor de los detractores del ex mandatario en la casona de calle Suecia dice relación con lo que ven que está pasando en Renovación Nacional, ya que responsabilizan a Piñera del proceso de debilitamiento que están sufriendo sus socios de pacto. Pues les resulta incomprensible que, habiendo tenido un Presidente de la República de sus filas, y con un resultado electoral aceptable, se hayan producido tantas diferencias internas que llevaron a la fuga de un grupo de parlamentarios. La única respuesta que tienen para la crisis que atraviesan sus aliados es que “cuando Piñera se mete en un partido, lo mata” y lo que necesita la UDI es retomar la senda de crecimiento electoral que había sido una característica durante las últimas dos décadas.
La importancia que se le da en el entorno de Silva a la competencia interna y por lo que lo empujan a ir hasta el final, ya sea que deba enfrentar a Pérez o a Chadwick, se debe a que tienen la convicción de que “la única forma de legitimarse que tiene es ganándole a alguien, porque algunos le critican que antes de ser diputado no hizo vida partidaria. Y por lo mismo es que para él es una necesidad ganar y hacer una buena presidencia para legitimar su liderazgo”. Mismo que ha ido construyendo a la sombra del más influyente de los ‘coroneles’, el ex senador Jovino Novoa, quien si bien no se ha pronunciado públicamente por su delfín, fue quien marcó el diseño general de lo que debe ser la UDI hacia el futuro y abrió el debate acerca de la necesidad de entregar la posta a las nuevas generaciones.
En el entorno de Silva no dudan ni por un segundo en asegurar que quien acaba de asumir la presidencia de la Fundación Jaime Guzmán, “apoya cien por ciento” al diputado, pese a la polémica que se generó tanto dentro como fuera de la UDI cuando el candidato se mostró abierto a actualizar la declaración de principios del partido, obviando de la misma las alusiones históricas, en directa relación con el artículo que valora el golpe de Estado del 73 y el posterior régimen militar, encabezado por Augusto Pinochet y del que Novoa fue parte.