El pasado 8 de mayo, cuando Bachelet confirmó su visita a la Casa Blanca, desde Washington recalcaron que el Mandatario norteamericano se encontraba » deseoso de consultar» a la Presidenta «sobre las negociaciones en marcha» en torno al TPP, además de otros temas.
El próximo lunes, el canciller Heraldo Muñoz viajará a Washington para participar en la conferencia «Our ocean». Sin embargo, la autoridad aprovechará también de reunirse con el United States Trade Representative (USTR), Michael Froman, negociador del polémico Transpacific Partnership (TPP), el acuerdo de libre comercio entre 12 países del que Chile se ha distanciado lentamente.
Fuertemente cuestionado por las exigencias que ha intentado imponer Estados Unidos en temas como patentes y marcas, propiedad intelectual o acceso a contenidos de internet, el TPP ha sido blanco de críticas en nuestro país. En ese marco, la cita de Muñoz con Froman tiene lugar en momentos en que EE.UU. ha aumentado la presión para que nuestro país acepte acelerar la negociación del tratado, según informó este martes el diario La Segunda.
El gobierno norteamericano aspira a tener el acuerdo cerrado completamente en un plazo de tres o cuatro meses. Esto, para que pueda ser sometido a aprobación del Congreso norteamericano antes de las elecciones legislativas de noviembre próximo.
Si bien esto se ha tratado de transmitir desde Washington a todos los países que participan en las negociaciones, en el caso de Chile, la proximidad de la cita entre Barack Obama y Michelle Bachelet para el próximo 30 de junio agudiza los esfuerzos.
El pasado 8 de mayo, cuando Bachelet confirmó su visita a la Casa Blanca, desde Washington recalcaron que el mandatario norteamericano se encontraba «deseoso de consultar» a la Presidenta de Chile «sobre las negociaciones en marcha» en torno al TPP, además de otros temas.
El asunto, además, es una de las prioridades en la gestión del embajador norteamericano en Santiago, Mike Hammer, quien llegó en marzo a Chile.
En nuestro país, en tanto, la «piedra de tope» se encuentra en torno a las normas sobre propiedad intelectual contempladas en el tratado, algunas de las cuales podrían provocar alzas en los precios de medicamentos, entre otros efectos.