Las declaraciones del ministro de Energía apoyando el controvertido proyecto de AES Gener y el grupo Luksic, hicieron levantar una vez más la voz a los detractores del proyecto. No solo apuntan sus críticas al hecho de que el gobierno defienda a brazo partido un proyecto privado, sino que también a que esa protección provenga de un ministro que tiene lazos conocidos con quienes están tras la iniciativa.
El pasado 3 de septiembre, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, encendió el debate por la central hidroeléctrica Alto Maipo. “Ya se está construyendo, hay más de mil personas trabajando y les pedimos a los dueños que se acelere su construcción, porque esperamos inaugurarlo en 2017”, dijo sobre el proyecto hidroeléctrico.
Esa misma mañana, el ministro había reforzado esa idea ante la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y sus palabras levantaron críticas entre quienes se oponen al proyecto y que defienden la protección al medioambiente.
El proyecto Alto Maipo contempla dos centrales de paso: Alfalfal II y La Lajas, que generarán 531 MW de potencia y buscarán cubrir el 50% de la demanda energética de la Región Metropolitana. En julio del año pasado, Antofagasta Minerals –brazo minero del grupo Luksic– se incorporó al proyecto y compró el 40% de las acciones de la filial de AES Gener, Alto Maipo SpA, en unos US$ 50,2 millones. De esta forma, el grupo buscaba asegurar suministro eléctrico para Los Pelambres, su mayor yacimiento. “Estamos muy satisfechos con el resultado de esta operación, ya que nos permite asegurar el suministro de energía eléctrica a largo plazo para nuestra principal operación minera en Chile, a través de un proyecto de generación sustentable”, dijo entonces el presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, Diego Hernández.
Marcela Mella, de la Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo, cree que al defender a brazo partido el proyecto, lo único que hace el secretario de Estado es sembrar dudas: “Lo que genera el ministro, más que una opción por generar energía, es encender la duda del rol que cumple; si es para todos los chilenos o es para un privado”.
Al interior del gobierno, no hay dudas de que el proyecto tiene un lugar en la agenda energética. “Santiago consume un tercio de la energía de todo Chile. Este proyecto está ubicado en las afueras de Santiago, es un proyecto que es de pasada, hidroeléctrico, energía limpia y barata que necesitamos para bajar la cuenta de la luz y es para los santiaguinos”, fue otro de los argumentos del ministro en la Comisión de comienzos de septiembre, pocos días después de que Jorge Rodríguez Grossi, presidente de Guacolda (controlada por AES Gener) y Alto Maipo, dijera en la prensa que «si no estuvieran haciéndose (estas plantas), estaríamos en una fase de gran riesgo de desabastecimiento eléctrico”.
[cita]Andrónico Luksic y Máximo Pacheco no solo compartieron el gusto por el sol de Antofagasta sino que también por la bicicleta. Y años más tarde, experiencias mucho más profundas: en el verano de 2003 Pacheco estuvo 22 días en la Antártica con Andrónico y dos expertos montañistas subiendo el macizo Vinson, la cumbre más alta del continente antártico. En ese lugar parecieron estar bajo una luz insistente, sin poder distinguir el día de la noche, con temperaturas de 50° bajo cero y vientos que alcanzaban los 120 kilómetros por hora.[/cita]
“Parece una campaña orquestada y el ministro no puede aparecer siendo parte de eso”, comentan desde los grupos detractores de la central, sobre todo por su cercanía con quienes están tras el proyecto.
El año 2003, el ministro Pacheco contaba a la revista El Sábado cómo había nacido su amistad con los Luksic, en Hornitos, el balneario de la Segunda Región. Según Forbes, la familia –encabezada por Iris Fontbona, viuda de Andrónico Luksic Abaroa– es la única chilena que figura entre las 100 mayores riquezas del mundo. El grupo chileno se ubica en el puesto 58, con un patrimonio de 15.5 billones de dólares.
Andrónico Luksic y Máximo Pacheco no solo compartieron el gusto por el sol de Antofagasta sino que también por la bicicleta. Y años más tarde, experiencias mucho más profundas: en el verano de 2003 Pacheco estuvo 22 días en la Antártica con Andrónico y dos expertos montañistas subiendo el macizo Vinson, la cumbre más alta del continente antártico. En ese lugar parecieron estar bajo una luz insistente, sin poder distinguir el día de la noche, con temperaturas de 50° bajo cero y vientos que alcanzaban los 120 kilómetros por hora.
Cualquier montañista sabe que la cercanía que provocan los ascensos requiere, como un punto importante, tener confianza. Por eso, después de la montaña vinieron más viajes, aunque no tan extremos. A mediados de 2003, Pacheco viajó en grupo a Croacia. Sus acompañantes eran Andrónico Luksic hijo y Bernardo Matte. Recorrieron varias islas en yate. El ministro solo pudo quedarse una semana y los días pasaron tan rápido que se quedó sin conocer la cadena hotelera Plava Laguna de los Luksic. «Don Andrónico me retó por eso», comentó entonces Pacheco.
Pero la confianza de los Luksic en el actual ministro de Energía no solo sirvió para compartir viajes y deportes. Pacheco fue director de las empresas Luchetti y Banco de Chile, del grupo Luksic. De acuerdo a su declaración de intereses, Pacheco tiene acciones del Banco de Chile por $ 230 millones. En abril de este año, se refirió a su patrimonio, que llega a 20 millones de dólares: «He dado las instrucciones por escrito a las tres empresas (Banchile, MCC y Julius Baer) que administran las inversiones de mis sociedades, que deberán comportarse como si se tratase de un fideicomiso ciego (…). También les he pedido que no inviertan en ninguna empresa del sector energético, ni en ninguna empresa ligada al grupo Matte», dijo en revista Qué Pasa.
Hoy, Máximo Pacheco preside la Empresa Nacional del Petróleo (Enap). En el directorio también está el abogado Ramón Jara –en representación de la Sociedad Nacional del Mineria (Sonami)–, quien por años ha sido el hombre de confianza de Jean Paul Luksic (hermano de Andrónico) en Antofagasta Minerals. En esa relación también ha estado el ojo de la prensa. Hace dos meses, la revista Capital publicó, entre sus Coffee Break, una pequeña nota titulada “La ‘cumbre’ de Máximo Pacheco con Jean Paul Luksic”. El 15 de julio la plana mayor del Consejo Minero entregó al ministro, en las oficinas del titular de la cartera, su propuesta de eficiencia energética para el sector. Al terminar la reunión todos los ejecutivos se reunieron para un punto de prensa. “Pero 15 minutos más tarde, Pacheco entró a la sala conversando animadamente con Jean Paul Luksic: ambos se habían reunido en la oficina del titular de Energía. Hay varios temas que discutir entre ambos: AMSA es uno de los socios del proyecto Alto Maipo, una de las iniciativas en discusión que despierta mayor oposición entre grupos ambientalistas”, consignó la revista.
El Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM) es el mayor de su tipo aprobado en Chile en los últimos 10 años. Actualmente, existen cinco recursos judiciales presentados por la Coordinadora Ríos de Maipo, principal red de opositores al proyecto, y mantiene un número importante de detractores en el Congreso.
Giorgio Jackson cree que Alto Maipo es un proyecto que pone en riesgo la principal fuente de agua de la Región Metropolitana. “Ya existe un par de centrales de paso, que aparentemente no generan mucho impacto, pero lo que plantea Alto Maipo es una verdadera represa subterránea, que altera radicalmente el curso natural del agua”, aunque Máximo Pacheco lo defienda por tener “todas sus resoluciones ambientales al día”.
Para Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, la empresa está en problemas y ha solicitado apoyo del gobierno. “Ellos cuentan con el rechazo de la comunidad y un pronunciamiento claro de la Superintendencia de Medioambiente en el sentido de que Alto Maipo no puede usar los derechos de agua que están bajo la concesión sanitaria de Aguas Andinas. Es decir, si Gener optara por usarlos sobre la base de su ‘Acuerdo Secreto’ con la sanitaria, tendría que entrar a un nuevo Estudio de Impacto Ambiental”, dice Larraín y también apunta su crítica al ministro Pacheco: “La empresa debe haberle pedido un SOS y como él quiere que se concrete el Plan de Obras, declara que le facilitará todos los permisos. Así volvemos a la estrategia de los fast trackers”.
Para Larraín, con esas declaraciones, el ministro “deslegitima” su propia estrategia sobre una nueva agenda energética participativa y con consulta. “Se presentó como un ministro que puede hacer grandes diferencias, pero con esto cae en las mismas prácticas. El Estado no puede seguir interviniendo para facilitarles los proyectos a las empresas, sino velar por que cumplan la ley y resguardar el interés público. El apoyo del ministro a Alto Maipo es mala señal para los ciudadanos y contradice su estrategia global de energía».