Salvo por un par de casos, en la UDI han optado por mantener silencio y recabar antecedentes, misma estrategia desplegada tras darse a conocer los eventuales aportes de Penta a las campañas de personeros políticos. Wagner, por su parte, quien ya ha sido citado a declarar por la Fiscalía, dijo tener «la conciencia tranquila».
Antes de asumir como subsecretario de Minería de Sebastián Piñera (entre 2010 y 2012), el militante UDI Pablo Wagner pasó 12 años trabajando para las empresas Penta, donde ocupó cargos ejecutivos como asesor y director en diversos temas, y en el desarrollo de proyectos. Pese a que asegura que dichas vinculaciones cesaron antes de asumir su cargo en la cartera, hoy está siendo investigado por el Ministerio Público por eventuales pagos provenientes de Penta que se habrían mantenido durante su labor en la Subsecretaría.
El diario La Segunda publicó dos versiones que explicarían el origen de estos recursos. La primera habla de una cercana al grupo que asocia al ex gerente general de Penta, Hugo Bravo –quien hoy aparece como una de las principales figuras investigadas en el marco del caso Fraude al FUT–, como responsable de todo pago anómalo que pudiese haber ocurrido. La segunda, testimonio que figuraría en la investigación, apuntaría a que Wagner habría pedido a uno de los principales accionistas de Penta esta ayuda económica, alegando que el sueldo de subsecretario –de $6 millones– no le alcanzaba.
Son $3 millones que Wagner recibió cada dos meses entre 2010 y 2012, que supuestamente salían de los fondos de la sociedad Penta III, en la que Bravo ejercía como gerente general. De esta misma empresa salieron los fondos destinados a campañas políticas, hoy investigadas.
Por su parte, Wagner ha señalado: «Tengo la conciencia tranquila».
De esta forma, la Fiscalía de Alta Complejidad de la zona Oriente indaga la posibilidad de que Wagner haya recibido una especie de «sobresueldo». El Ministerio Público ya lo habría citado a declarar en calidad de imputado, mientras indaga si las boletas que emitió una cuñada de Wagner al grupo Penta serían un posible vehículo para el pago.
La figura del delito que se investiga es la de negociación incompatible, pero si se descubre que Wagner gestionó algún documento o autorización relacionada con los aportes, se podría llegar a hablar de cohecho.
En la UDI han optado por recopilar antecedentes y mantener el hermetismo, misma estrategia desplegada cuando se filtró la información sobre los aportes ilícitos de Penta a las campañas de algunos de sus personeros.
Unos pocos han salido a referirse escuetamente al tema. «Es difícil poder decidir si aquí tenemos que dar un respaldo humano o político a una persona cuando lo único que sabemos es un trascendido de prensa, donde una vez más el Ministerio Público filtra información, y ni siquiera las personas que son supuestamente investigadas tienen conocimiento de la función de la Fiscalía», comentó al respecto el diputado UDI, Gustavo Hasbún. El parlamentario sí reconoció que Wagner ha asistido a declarar ante la Fiscalía.
Por su parte, la senadora Lily Pérez (Amplitud) dijo que «esto parece ser una especie de mesada que se pagaba a Wagner, sin duda algo muy feo».
Sin embargo, agregó: «No creo que esto afecte a la imagen del gobierno del Presidente Piñera, porque hay un hilo conductor en la investigación sobre un grupo empresarial aportando a un partido específico. En todo caso, los ministros de la época deberían explicar lo ocurrido».
Desde el piñerismo descartan estar al tanto de los hechos, aunque sí aseguran que, en caso de comprobarse las irregularidades, no habrá «defensas corporativas» para hechos «sin ninguna justificación».
En tanto, desde el Ejecutivo trascendió además que la Fiscalía habría solicitado antecedentes a la cartera vía oficio reservado. Con esto apuntarían a esclarecer los vínculos de Wagner con la minera La Dominga, de la empresa Iron SpA, controlada por Carlos A. Délano y José Antonio Garcés.
Por su parte, Wagner desmintió esto último. «Afirmo categóricamente que mientras me desempeñé como subsecretario nunca tuve alguna participación, directa o indirecta, con algún proyecto minero relacionado con la familia Délano y, por cierto, tampoco instruí o intervine de alguna manera en posibles decisiones referidas a esa materia», sostuvo.
Ingeniero comercial de la Universidad Católica, Wagner ha ejercido una doble militancia entre el mundo político y el empresarial. Sus orígenes en la UDI datan de su época universitaria. Posteriormente aseguraría que lo que lo llevó a entrar a la política fue «la visión de Jaime Guzmán».
A Penta ingresó como jefe de proyecto, para convertirse luego en hombre de confianza de los controladores Carlos A. Délano y Carlos E. Lavín.
En la UDI, donde se consagró como parte de la «tercera generación», su llegada tampoco pasó inadvertida. Participó en las directivas de la juventud, llegando a ser incluso vicepresidente. Más tarde, participó en la comisión política del gremialismo donde mantuvo una relación cercana con Jovino Novoa y Pablo Longueira.
Recomendado por Délano, integró los equipos del comando de Joaquín Lavín en 2000, donde llevó a cabo funciones relacionadas con la recaudación de fondos, gracias a sus vínculos con Penta.