“Si expulsan a Mariana se muere don Pato y nadie quiere cargar con eso”, reconoció un dirigente del partido. Agregan que, junto a aquello, llegar al punto de echar a la ex ministra representa para Walker “un fracaso” para el término de su gestión como timonel y las posibilidades de entendimiento al interior del partido.
La doble militancia de Mariana Aylwin en la DC y en el movimiento Fuerza Pública se ha transformado en una suerte de bola de nieve interna en la falange. La mesa directiva que encabeza el senador Ignacio Walker se está jugando todas sus cartas para evitar a toda costa la expulsión de la tienda de la ex ministra de Educación, a la luz de la solicitud formal que existe para ello en el Tribunal Supremo del partido. Eso sí, esa preocupación es solo por la hija del ex Mandatario Patricio Aylwin y no por el resto de los militantes que comulgan con ella en el grupo de Andrés Velasco.
Junto con Aylwin, hay unos 30 militantes aproximadamente –dicen en la DC– que están en la situación de doble militancia, entre los cuales figuran Sebastián Sichel, ex asesor de la campaña de Claudio Orrego, y también Carlos Portales, quien el sábado 27 de diciembre optó por renunciar al partido con una columna de opinión que publicó en El Mercurio, donde acusó una “razia” en la falange y criticó a la colectividad por ser “incapaz de procesar las diferencias”, al tiempo que añadió que “termina expulsando a quienes no son serviles a la dirigencia, acusándolos de desleales y promiscuos”.
En la DC precisan que durante meses el tema se logró mantener controlado, pero que una vez que Velasco públicamente hizo alianza política con Amplitud –liderado por Lily Pérez–, que está en la vereda de la oposición, la situación de Aylwin se hizo compleja en el partido.
Varias fuentes de la falange aseguran que existe una “fuerte presión de las bases” para que la hija del ex Presidente salga de la DC, pero que es mayoritaria la postura de que no sea expulsada, sino que abandone la colectividad por iniciativa propia.
Walker –aylwinista tardío, ya que originalmente era del bando del “conde” Gabriel Valdés– es bien cercano a la ex diputada, “son amigos con Mariana”, y asegura que “él no quiere que se vaya ni menos echarla”. Pero, sobre todo –coinciden en el partido–, lo que más pesa es el “factor don Patricio”, porque se considera imposible expulsar de las filas de la falange a una de las hijas del ex Mandatario, la figura viva más emblemática para el mundo democratacristiano.
[cita]La apuesta de la mesa directiva es llegar a un entendimiento con Aylwin. Aseguran que “va a haber un desenlace político antes que el Tribunal Supremo se pronuncie” por la solicitud de expulsión que fue presentada el 11 de diciembre y que se han dado señales a esta instancia disciplinaria para que “dilate” su decisión lo más posible durante el mes de enero.[/cita]
“Si expulsan a Mariana se muere don Pato y nadie quiere cargar con eso”, reconoció un dirigente del partido. Agregan que, junto a aquello, llegar al punto de echar a la ex ministra representa para Walker “un fracaso” para el término de su gestión como timonel y las posibilidades de entendimiento al interior del partido.
Así, en la DC reconocen que de todo este episodio lo que “nos importa es Mariana y punto, el resto no” y añaden que, en el caso de Sichel, “no lo quieren en el partido”.
Esto implica en la práctica que la mesa directiva de Walker está dispuesta a “aguantarle más de la cuenta” a la ex ministra, para evitarse el proceso de expulsión.
Un zapato chino para la DC, ya que en público y en privado, la directiva, los parlamentarios, en el seno del Consejo Nacional, se insiste en que la posición institucional es una sola y muy clara: el domicilio político de la falange es en la Nueva Mayoría y con el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y que “es incomprensible, por tanto, estar en la DC y en Fuerza Pública al mismo tiempo”.
Así, la apuesta de la mesa directiva es llegar a un entendimiento con Aylwin. Aseguran que “va a haber un desenlace político antes que el Tribunal Supremo se pronuncie” por la solicitud de expulsión que fue presentada el 11 de diciembre y que se han dado señales a esta instancia disciplinaria para que “dilate” su decisión lo más posible durante el mes de enero. La directiva DC se reunirá con Aylwin a conversar a puertas cerradas, un encuentro que originalmente está agendado para el lunes 5 de enero, fecha que ya se filtró a la prensa y que, en consecuencia, todo indica que sería modificada.
“Las reuniones de este tipo que son muy anunciadas nunca resultan”, afirmaron en la DC, donde mantienen la idea de que el encuentro sí se realice dentro de las primeras dos semanas de enero en un clima más reservado.
El caso de Aylwin se ha tratado en dos ocasiones en el Consejo Nacional de la DC, el lunes 15 de diciembre y en la sesión del día 29. En la primera, se debatió largamente el tema, se reafirmó la postura institucional de no aceptar doble militancia y se optó por no tomar una decisión, pero sí dejar la puerta abierta a quien decida abandonar el partido.
En la reunión de este lunes, se informó al Consejo de las inminentes conversaciones con Aylwin, que la mesa se jugaría por buscar un entendimiento con ella, que esa era su prioridad y se pidió al partido evitar hacer declaraciones públicas del tema para no tensionar más de la cuenta las cosas con la ex ministra. Es que dirigentes y parlamentarios coinciden en que Aylwin está en una postura difícil, que “está muy soberbia” y que, políticamente hablando, está excesivamente delicada de piel, que todo le molesta.
Consultada sobre la próxima reunión con la DC, la ex ministra declinó opinar. “No voy a hablar hasta que tenga esa reunión”, sentenció.
La solicitud de expulsión la presentó Diego Calderón, ex líder pingüino y actual consejero nacional de la JDC y miembro del movimiento Vanguardia, grupo interno al que también pertenece la actual diputada y ex ministra de Educación, Yasna Provoste. Públicamente la parlamentaria ha manifestado del dirigente juvenil que lo conoce desde “cuando formaba parte de la revolución pingüina, luego como dirigente universitario. Ha mantenido siempre en alto las convicciones y compromisos con la DC y no puedo más que sentir un legítimo orgullo y satisfacción por el camino que ellos han recorrido. Considero importante valorar que la juventud de la DC haya liderado siempre procesos que son importantes para nuestro partido”.
Provoste es férrea defensora de la reforma a la educación y comulga con las posturas más progresistas en el partido en esta materia, alineada sin reservas con el gobierno. Por lo mismo, ha estado en línea de choque permanente con Aylwin, quien ha criticado con dureza los criterios de La Moneda en sus proyectos de ley que ponen fin al lucro, al copago y a la selección, defendiendo las posturas de los sostenedores de colegios particulares subvencionados.