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Tironi ahora cuestiona a la “oligarquía”: “Lo que estamos viviendo es la crisis de un núcleo dirigente que, a los ojos de la ciudadanía, abusa de su poder” No cree que exista una crisis institucional grave a propósito de los escándalos recientes

Tironi ahora cuestiona a la “oligarquía”: “Lo que estamos viviendo es la crisis de un núcleo dirigente que, a los ojos de la ciudadanía, abusa de su poder”

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El sociólogo compara los arrebatos de Pinochet sacando a militares para evitar la investigación contra su hijo, con lo que ocurre ahora, donde –según él– los poderes están funcionando con total autonomía. «Con una rudeza y ostentación que en momentos parece excesiva, como si se pretendiera expurgar la opacidad de antaño mediante el espectáculo», dice.


El sociólo Eugenio Tironi, dedicó su habitual columna en El Mercurio a criticar el tono de las «frases grandilocuentes» que hablan de una severa crisis institucional a partir de los escándalos político-financieros que involucran a la elite nacional. El ex director de la Secom durante el gobierno de Patricio Aylwin, recordó un par de momentos en la década de los 90 que, a su juicio, sí representaron un peligro para la estabilidad democrática de Chile, ocurridos en 1990 y 1993, cuando Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ejército, sacó a militares a la calle como amedrentamiento ante la investigación contra su hijo mayor involucrado en un caso de corrupción.

Para Tironi ahora, en medio de los casos Penta, SQM y Caval, donde hay políticos de todo el arco involucrados e investigados, «los diferentes poderes del Estado están ejerciendo sus funciones, sin que ninguno se sienta menoscabado. No hay nadie llamando a la intervención de un poder exógeno, como ocurrió en otras épocas con las Fuerzas Armadas. No se ven líderes u organizaciones que estén por saltarse los protocolos democráticos, como sí los hubo el 2011, por ejemplo, con las movilizaciones estudiantiles», escribe. 

 El sociólogo y ex militante del Mapu, que luego de participar en el Gobierno se dedica a la comunicación estratégica con grandes empresas entre sus clientes, afirma que «instituciones como el Ministerio Público y los tribunales de Justicia están investigando conductas de la clase dirigente que eran un secreto a voces, lo que les ha erguido como referentes morales ante la opinión pública. Lo mismo ocurre con otros organismos, como el Servicio de Impuestos Internos, que aunque dependientes del Ejecutivo, han dado muestras de una notable autonomía y continuidad. Lo mismo se podría decir del Tribunal Constitucional». 

Tironi, quien ha logrado sintonizar con las opiniones de la elite, grafica el cuestionamiento que ha surgido al trabajo de los fiscales a cargo del caso Penta-SQM en el hecho de que existe «un severo cuestionamiento a la clase dirigente en todas sus denominaciones: política, económica, espiritual, etcétera. Y, con ello, instituciones ante las cuales se creía eximida de dar explicaciones, hoy la investigan sin contemplaciones, y es más, con una rudeza y ostentación que en momentos parece excesiva, como si se pretendiera expurgar la opacidad de antaño mediante el espectáculo».

A su juicio, no hay una crisis institucional que ponga en peligro la democracia, sino que lo que estamos viviendo es la crisis de un núcleo dirigente que, a los ojos de la ciudadanía, abusa de su poder. Confundir esto con una crisis institucional es más propio de una mentalidad oligárquica que de una mentalidad democrática (…). Para todos los que ejercemos posiciones de poder e influencia parece haber llegado la hora de la humildad. De soportar la publicidad acerca de nuestras conductas. De resistir las suspicacias sobre nuestras intenciones. De someternos a la ingrata tarea de dar explicaciones».

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