Posteriormente, el religioso de 98 años fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI), donde se encontraría en estado grave.
En horas de la tarde de este lunes, el sacerdote jesuita José Aldunate Lyon fue internado en la urgencia del Hospital de la Universidad Católica tras sufrir un accidente cerebro vascular.
Posteriormente, el religioso de 98 años fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI), donde se encontraría en estado grave.
Aldunate ha tenido una activa participación en la recuperación del ex centro de torturas de Villa Grimaldi para que sea un lugar de memoria en recuerdo de los que pasaron por ese centro.
Ha estado presente año a año en el Via Crucis que se realiza en Viernes Santo cada año en la Villa Grimaldi.
Durante años conservó las llaves del candado que cerró el antiguo portón de la Villa Grimaldi, lugar por donde ingresaron los detenidos. Al crearse el Parque por la Paz, se cerró el portón en forma simbólica, para que nunca más sucedan los hechos de dolor que en ese recinto de la DINA se vivieron.
Conservó esa llave hasta el Día de los Derechos Humanos, 10 de diciembre del 2011, donde en un acto de homenaje a su trayectoria devolvió la llave a la directiva del Parque por la Paz, Villa Grimaldi.
Al entregar las llaves el padre Aldunate dijo: «Entrego el encargo de mantener siempre viva la memoria en Villa Grimaldi, y mantener el Parque Por la Paz. Para mí es una enorme satisfacción que se haya recuperado este lugar. Siento que mi vida no fue en vano».
“Contento entonces con la vida, siempre he vivido muy feliz como jesuita. Soy muy agradecido de la Compañía, que se excede en realidad en cuidarme y atenderme. Doy gracias a Dios por mi vida y a la Compañía por haberme recibido. Es cierto que muchas veces he tenido la impresión de que me ha metido en camisa de once varas, que me ha tirado a la piscina para que yo saliera como pudiera. Siempre hice lo mejor que pude, sintiendo que la tarea era mayor que mis capacidades. Sin embargo creo que he podido cumplir, con todo el empeño y dedicación. Han salido cosas buenas y malas, pero he podido servir a la Compañía y eso me ha dado siempre mucho gusto, devolver algo por lo que ella ha hecho para mí. Mi vida ha sido ciertamente feliz. Eso se ha encarnado en estar en el camino de Dios, el que me lleva a la meta, lo que yo en el fondo busco. Estar en el verdadero camino es la paz, es la seguridad y es la felicidad”, sostuvo.