Lejos de los días en que copaba los medios como el exitoso precursor de la farándula, hoy enfrenta una fallida apuesta en el mercado energético que lo tiene como el «niño símbolo» de las malas prácticas empresariales, cuestionado incluso por parlamentarios de derecha, el sector al que históricamente ha adherido.
Un retrato de Augusto Pinochet que colgó en su oficina, la foto con Carlos Saúl Menem y su trabajo junto a José Yuraszeck en Endesa resumen de alguna forma cuáles son los referentes de Rodrigo Danús. Conocido por todos como el precursor y el que más plata ha ganado con la farándula gracias a que fundó la marca SQP.
Aunque el negocio nunca ha vuelto a resultar como a principios de la década del 2000 (tuvo dos intentos fallidos de programas en alianza con UCV), el estudiante de la Universidad de Chile que en los 80 c0mbatía a sus compañeros de oposición en el grupo de ultraderecha G-51, será recordado por el público como el amigo de Cecilia Bolocco, que tiene un chofer guardaespaldas cubano desde que Julio César Rodriguez lo amenazara con un puñetazo en 2006, a propósito de un lío de farándula.
Hoy Danús ha seguido haciendo dinero lejos de las luces, en lo que aprendió con Yuraszeck, a quien conoció en Odeplan, como parte del «semillero» de ese organismo crucial para la política económica que vino en adelante. Pero en este rubro hay que tener espaldas, y las de Danús, al parecer, no son tan anchas.
El 14 de agosto, cuando 70 trabajadores de la Mina Santa Ana en Curanilahue, paralizaron sus labores bajo tierra, alegando que desde junio no reciben sueldo y cotizaciones previsionales, el empresario conversó con ellos y les dijo «no hay dinero».
Danús, que ayudó a financiar la campaña ( y una serie de TV) en 2009 de Marco Enríquez Ominami, tiene una presencia pequeña pero con los números grandes que arroja la industria energética, principalmente en la generación termoeléctrica. Esta vez, en el proyecto de la central Pirquenes, al que está asociado la mina de carbón, no resultó.
«El sindicato tiene un interés de figurar más que cuidar el empleo de los trabajadores. Hubo una huelga de un mes que no logró absolutamente nada, con corte de caminos», recuerda, asegurando que la organización sindical «siempre (estaba) usando medidas de presión. El sindicato trata de generar conflicto cada vez que se le ocurre. Esa ha sido la principal razón para que los inversionistas se fueran y vendieran toda su participación», dijo Danús a Radio Cooperativa cuando estalló el conflicto que ya cumple 15 días.
Su socio Paul Fontaine, quien ha trabajado con Marco Enríquez-Ominami y Evelyn Matthei, al igual que Danús, dice que ya no participa de la propiedad de la mina. En el caso de Fontaine, detalló que se salió en 2014 porque el proyecto era «inviable».
En este contexto, los trabajadores presentaron ayer un recurso en que piden que la mina sea declarada una unidad económica. Porque los socios hablan de la quiebra de SW Curanilahue. Existen, según la presentación, ocho empresas asociadas que controla Danús.
SW Curanilahue fue traspasada a Miguel Hernández a muy bajo precio. Situación que fue confirmada por parlamentarios de la UDI, como el senador por la zona Víctor Pérez, quien se refirió a ella como «irregular y donde el Estado debe investigar». Desde el mismo partido, el diputado Iván Norambuena dijo a La Tercera que «el Estado debe asumir las consecuencias de una transacción realizada al ‘filo de la ley’ en 2008, cuando hubo un traspaso entre privados tras la privatización de la mina».
Por ahora, el Gobierno –como primer paso para intervenir– presentó un recurso de amparo en favor de los trabajadores.