Fiel al estilo confrontacional que lo caracteriza, el abogado y ex diputado dejó la Intendencia personalizando sus críticas en el ministro del Interior, militante de su mismo partido, afirmando que tuvo miedo de la propuesta que iba a hacer para terminar con la tensión en La Araucanía, porque prefieren a alguien que sea «un subordinado que se quede callado».
Fiel a su polémico estilo, el recién desvinculado Intendente de la Región de La Araucanía dejó su cargo no sin antes lanzar duras críticas al Gobierno de Michelle Bachelet, particularmente al ministro del Interior Jorge Burgos, quien era su superior directo. «Si no hay diálogo, cómo vamos a solucionar los problemas (…) a Burgos y a compañía no le gustó que yo le dijera unas cuantas verdades”, dijo en conversación con Radio Bío Bío.
El ex Intendente, en alusión a los problemas de seguridad que están generando problemas en La Araucanía, dijo que «la impresión que tengo es que el Gobierno le tuvo miedo a la propuesta que yo iba a hacer, porque era contundente y exigía tomar medidas políticas que no se han tomado”. A su juicio «el Gobierno no quiso verse enfrentado a un escenario de interpelación por parte de un intendente, que es un subordinado (…) aquí el Gobierno no quiere dialogar, no quiere dialogar con los camioneros, con la gente de la Conadi”.
Sobre su salida del cargo, el abogado y ex diputado aclaró que «me parece que el Gobierno está en su derecho de pedirle a un intendente que se atreve a decir las cosas por su nombre, que le pidan su renuncia, eso no lo cuestiono”, dijo, aunque recalcó que su perfil no calza con lo que –en su opinión– quiere la administración central.
«Al Gobierno le gusta un intendente subordinado, que se quede callado… más cuando se atreve de hacer una propuesta que, justo cuando la iba a presentar, le piden la renuncia”, concluyó.