A su juicio, los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati debieran ir a declarar porque «como todo ciudadano, ambos están obligados a comparecer ante la Justicia».
Juan Pablo Hermosilla, abogado que representa a las víctimas del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, se refirió a las cartas enviadas por el cardenal Francisco Javier Errázuriz al vicario Diego Ossa y otra al propia Karadima, dando instrucciones de cómo encubrir y tapar los distintos ángulos de la investigación.
«Las cartas hablan por sí solas. Muestran no solamente que, en ese momento, la Iglesia ocultó antecedentes muy graves, sino que sigue haciéndolo hasta el día de hoy. Esto se debería haber conocido y si no fuera por una persona de buena fe, que las entregó, no se sabría. Son cosas muy importantes, que permiten armar el cuadro completo», sostuvo Hermosilla.
Respecto de la demanda civil entablada en 2013 por sus defendidos, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo en relación con la supuesta complicidad o encubrimiento del Arzobispado, el abogado declaró en La Tercera que «quienes declaren, están obligados a decir la verdad, como todo ciudadano chileno. De lo contrario, si ocultan antecedentes, cometerán un delito nuevo, de falso testimonio. Y, en ese caso, nuestra respuesta legal sería muy dura».
En ese sentido, aseguró que los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati «debieran hacerlo, con distintas modalidades, pero, como todo ciudadano, ambos están obligados a comparecer ante la Justicia».
«Aquí ha habido una preocupación constante de la Iglesia por el señor Karadima, lo que no nos hace problema. Si lo quieren ir a ver a su cumpleaños o en otras instancias, nos parece perfecto. Lo que resulta inaceptable es que no se hayan preocupado de los más frágiles y complicados, que son las víctimas. Aquí no ha habido ningún compromiso con la verdad ni con las víctimas. Lo que hubo es un intento de encubrimiento», reclamó Hermosilla.
«A nuestro juicio, la jerarquía de la Iglesia Católica no ha aprendido la lección de lo sucedido en el caso Karadima. El trato que se le ha dado a mis defendidos demuestra una falta de caridad mínima por quienes han sufrido y lo han pasado muy mal», concluyó.