La abogada se refiere al enfoque que ha dado el presidente de la comisión asesora sobre el sistema de pensiones, David Bravo, en distintas entrevistas sobre el informe elaborado por 24 comisionados y que se ha centrado en impulsar 58 medidas específicas, dejando en segundo plano las propuestas globales que pondrían en riesgo la estructura de la industria. En su opinión, “sería muy bueno que pudiese dar la oportunidad de que se explayen todas las alternativas”. Además, la académica rechaza duramente que el economista haya señalado como una medida de equidad de género el aumento de jubilación de las mujeres, lo que califica como “un atentado”.
Tras la entrega del informe de la comisión asesora sobre el sistema de pensiones a mediados de septiembre, su presidente, David Bravo, ha dado una serie de entrevistas en diversos medios detallando el trabajo realizado por el equipo compuesto por 24 comisionados.
La mirada que ha plasmado públicamente el economista sobre el trabajo de la comisión, que además de entregar tres propuestas globales aprobó 58 medidas específicas, es que se lograría avanzar hacia un mejor sistema, que cerraría brechas, por ejemplo, con las tasas de reemplazo de la OCDE, adoptando solo estas medidas, sin necesidad de ser implementadas bajo el alero de alguna de las propuestas globales. Opinión con la que no concuerda varios miembros del grupo que trabajó por 16 meses. Uno de ellas es la abogada especializada en derecho del trabajo y seguridad social, Regina Clark.
Dentro de estas 58 medidas se cuenta incrementar las tasas de cotizaciones desde el actual 10% hasta un 14%, la eliminación del retiro programado, o subir la edad de jubilación de las mujeres de 60 a 65 años. En tanto, las propuestas globales que contiene el informe son la “A”, que apunta a mantener el sistema de capitalización individual con modificaciones, o sea, mantiene la lógica de las AFP, y que fue votada por 12 integrantes; la alternativa “B” que apuesta por un sistema mixto y que en la práctica es un cambio estructural al modelo de las AFP , votada por 11 comisionados, y la opción “C”, que busca un sistema de reparto y que contó con un voto.
“En suma, hay dos miradas estratégicas: una que quiere mantener las cosas como están y otra que sí va por reformas estructurales, tanto desde un sistema mixto como de un sistema de reparto. Es muy importante que la ciudadanía y que los distintos grupos de discusión manejen que existen estas dos miradas. Y sería muy positivo que David diera la posibilidad de que se vieran estas posiciones”, asegura Clark.
La ex jefa de la División Jurídica del Ministerio de Educación detalla que “todos los comisionados sabíamos que estas 58 medidas tenían que ser discutidas dentro de las propuestas globales”. De hecho, existe una precisión dentro del informe que señala que debe considerarse que los integrantes de la comisión analizaron y votaron las 58 recomendaciones específicas “habiendo considerado que ello era compatible con la propuesta global que cada uno había impulsado”.
-¿Qué implica esta indicación?
-Que las propuestas específicas solo podían entenderse dentro de las propuestas globales que se habían acordado, o sea, la discusión de las medidas necesariamente requerían estar dentro de alguna de las propuestas, ya sea “A” o “B”. Por lo tanto, todos aquellos que estábamos por la propuesta “B” evaluamos las medidas específicas, e incluso hicimos algunas, considerando una reforma estructural. Aquí no corresponde señalar que toda la comisión aprobó unánimemente sin esta consideración las propuestas específicas y que estas son la solución. Hay una interpretación absolutamente errónea de la realidad, las propuestas específicas se consideraban dentro de las propuestas globales.
-¿Por qué es tan importante?
-Porque si vas a elevar cualquiera de estas 58 medidas –que no son cambios estructurales– que tenga que ver con el pilar de capitalización individual, es para entregar mayores recursos al sistema tal como está. Si, por ejemplo, subes la tasa de cotización, ¿dónde llegan esos recursos? Donde mismo están.
¿Qué saco con entregarles mayores recursos a las Administradoras de Fondos de Pensiones de esta misma forma, con este mismo régimen, si no hago transformaciones?
Estas 58 medidas tenían relación con la mirada estratégica que no apuntaba a una reforma estructural, sino a impulsar mejoras dentro del mismo sistema. Muchas de ellas si las introduces bajo el alero de la propuesta “B”, que tiene una mirada estratégica totalmente diferente a la “A”, pueden ser muy positivas. Por ejemplo, terminar con el retiro programado –que ha generado una serie de críticas– pero que en la práctica da pensiones decrecientes, lo que va absolutamente en contra del objetivo de la seguridad social.
Si impulsas esta medida bajo el prisma de la propuesta que mantiene la esencia del sistema de capitalización, se le da toda la fuerza al mercado de las rentas vitalicias y los seguros. Y todos conocemos que eso requiere un cambio sideral desde el punto de vista de la regulación para poder otorgar las pensiones. Pero muy distinto es decir que vamos a terminar con el retiro programado en el contexto de una reforma estructural como la que propone la alternativa “B”, con una mirada estratégica diferente, donde generas un cuadro diferente y vas a tener pensiones en capitalización individual que tendrán que dar buenas pensiones, porque no queda sometido solo al mundo de los seguros.
-Dentro de esa lógica, ¿qué te ha parecido la forma en que el presidente de la comisión ha puesto énfasis en que la implementación de las medidas, sin el marco de la propuesta “A” o “B” como pilar, serían suficientes para elevar drásticamente las pensiones y lograr cambios?
-Lo evalúo en la perspectiva de que transparentemente él apoyó la propuesta “A”, que comenzó con las medidas específicas. Obviamente muchas de las medidas que tienden a mejorar muchos de los aspectos del sistema de capitalización individual él las suscribe y, por lo tanto, cree que pueden resolver el tema. Veo una tendencia de mostrar una mirada bastante más sólida de hacer las reformas al interior, no estructurales, manteniendo el sistema.
A mí me parece que sería muy bueno que pudiese dar la oportunidad de que se explayen todas las alternativas. Ojalá el presidente de la comisión tenga la posibilidad de exponer las distintas alternativas e ir generando la discusión, que es lo que hoy se requiere.
-¿A qué te refieres con que la opción “A” empezó con las medidas específicas?
-Empezó como respuesta a la presentación que ahora es la propuesta “B”. Frente a eso comienzan estas medidas específicas. De hecho, lo discutimos, que más que propuesta “A” era una propuesta de medidas.
-¿Muchas de estas coincidían con las 58 medidas?
-Sí, la gran mayoría.
-¿Por qué crees que Bravo ha impulsado estas 58 medidas solas sin la mirada estratégica de alguna de las propuestas detrás?
-No te podría decir, es algo muy personal al interior de cada persona…
-Dicho de otra forma, ¿a quién beneficia eso?
-Obviamente se beneficia una mirada sin reformas estructurales, que en definitiva lo que quiere es mantener el sistema.
-¿O sea, beneficia a la industria de las AFP?
-Claro, buscan mantener el mismo sistema que existe hoy.
Regina Clark es especialmente crítica con una de las medidas específicas que se ha ventilado como una gran solución para las mujeres: subir la edad de jubilación de 60 a 65 años.
[cita]La ex jefa de la División Jurídica del Ministerio de Educación detalla que “todos los comisionados sabíamos que estas 58 medidas tenían que ser discutidas dentro de las propuestas globales”. De hecho, existe una precisión dentro del informe que señala que debe considerarse que los integrantes de la comisión analizaron y votaron las 58 recomendaciones específicas “habiendo considerado que ello era compatible con la propuesta global que cada uno había impulsado”.[/cita]
“La idea de esta mirada es que hay que trabajar hasta morir para lograr una mejor pensión. En cambio, la mirada que apuesta por un cambio estructural del sistema de pensiones es que hay que cumplir con los derechos de las personas. Una persona tiene derecho a una pensión digna después de haber entregado todo lo que ha entregado en su vida activa y que la sociedad lo apoye para resolver las contingencias y pueda vivir tranquilamente. Esa es la gran diferencia”, sostiene.
Además, asegura haber quedado muy sorprendida “y en desacuerdo cuando escuché señalar a David Bravo que elevar la edad para jubilar de las mujeres es una medida de género contra la discriminación. Eso no es así y en el informe tampoco está así. Es un atentado contra la mujer. Es olvidarse absolutamente de la realidad de las mujeres y no es igualdad de género, es desigualdad. Yo no sé si se equivocó”, plantea.
El economista Andras Uthoff, señalado como el líder intelectual de la propuesta “B”, también manifestó a este medio, a través de una entrevista, que estas 58 propuestas en sí mismas eran insuficientes, “porque sencillamente son más de lo mismo dentro de la lógica del sistema”.
En dicha entrevista, Uthoff relató cómo la alternativa “A” terminó de desarrollarse después de que los comisionados votaran en agosto pasado por una de las tres propuestas, en un intento que, en su opinión, buscaba quitarle piso a la alternativa que apostaba por cambios estructurales de la industria.
Regina Clark coincide con esta percepción, y detalla que “con la propuesta “B” fuimos los primeros en presentar una alternativa diferente de cambio y ahí comenzaron las discusiones sobre lo que podía significar. Cuando se exponía la propuesta, existía mucha preocupación de parte de un grupo de la comisión para entenderla con mayor profundidad, porque no había otra propuesta. Entonces así fue generándose la propuesta “A”. Terminando la comisión, efectivamente comenzaron a generarse estas nuevas acciones de la propuesta “A” como para poder profundizarla y tomaron algunos aspectos de la propuesta “B”, para poder introducirlos dentro de sus fundamentos”
-¿Cómo te explicas esta situación?
-Un grupo, la mitad de la comisión, teníamos claridad de los objetivos que tenía que cumplir la necesidad de reforma que requería el sistema. Es decir, el mandato que teníamos nosotros, y con el que coincidimos, era generar una reforma estructural y teníamos claros esos objetivos. En cambio, el otro grupo aún no tenía claridad de cómo enfrentar este mandato que buscaba resolver precisamente cómo mejorar las pensiones. Había algunos comisionados que creían mucho en el sistema de capitalización individual y, por lo tanto, su percepción era hacer cambios que pudiesen ir perfeccionando el sistema más hacia el pilar solidario y mejorando ciertas alternativas en el sistema de capitalización individual, pero sin generar una reforma estructural.
Y así fueron conversando el tema y, cuando vieron que la propuesta “B” tenía solidez, mucha fundamentación y raigambre dentro de un porcentaje importante de los comisionados, comenzaron a darle una cierta estructura a esta propuesta “A”. Así nació.
-El diagnóstico y proyecciones de la comisión Bravo sobre el sistema de pensiones es lapidario. Entre otras conclusiones adelanta que entre los años 2025 y 2035 la mitad de los pensionados recibirá una jubilación pagada por las AFP que no superará el 15% de su sueldo…
-Efectivamente. Incluso los pensionados que tienen aporte previsional solidario van a tener 47% más del ingreso mínimo de pensión, sin pensión básica.
-¿Cómo hicieron coincidir ese diagnóstico con las propuestas que efectuaron?
-Mi gran preocupación en ser parte de esta comisión era poder dar respuesta a ese diagnóstico. Creo que la respuesta tiene que ser una reforma estructural. Un sistema mixto, como dice la propuesta “B”, es un tremendo avance para ir resolviendo las grandes inequidades. La propuesta “A” no es ningún avance.
-O sea, en tu opinión, ni la propuesta “A” ni las 58 medidas específicas solas dan solución a este diagnóstico?
-Creo que la solución que mejora el diagnóstico es la propuesta B. Creo que tal vez la propuesta “A” puede mejorar algunas cosas dentro de la industria, pero no cumple con el objetivo de mejorar notablemente las pensiones, sobre la base de los derechos. Si esto no es solo para disminuir la pobreza en la vejez, sino que para cumplir con los objetivos y principios de la seguridad social. Al final todo el tema de la rentabilidad que un sector dice que es muy buena, jamás lo ha sido para la cuentas individuales.