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Descubren en la Antártica presencia de arsénico proveniente de las mineras de cobre de Chile

Descubren en la Antártica presencia de arsénico proveniente de las mineras de cobre de Chile

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Científicos compararon los datos históricos de la producción del metral rojo de varios países.


Un estudio realizado por investigadores del Centro Polar y Climático (CPC) de Brasil descubrió la presencia de arsénico en el Monte Johns de la Antártica y estableció que provenía de la minería del cobre de Chile.

Tal como consigna hoy La Tercera, los resultados de la investigación se publicarán en el próximo número de la revista Atmospheric Environment.

Según la autora de la investigación, Franciele Schwanck, el estudio comparó los datos históricos de la producción de cobre de varios países productores (Australia, Sudáfrica y Chile).

Las muestras permitieron analizar un período de 125 años: entre 1883-2008. A partir de este análisis, se pudo determinar una concentración promedio del metal pesado de 4,32 pg g -1.

Antes de 1900 eran de solo 1,92 pg g -1 y en 1950, ya habían aumentado a 7,94 pg g -1.

Si bien estos niveles de arsénico son muy bajos y no afectarían el ecosistema antártico, si lo hacen en el lugar donde se produce el cobre. “Algunos trabajos realizados en Chile sobre el suelo y la contaminación del agua con arsénico muestran un grave problema de salud pública”, señala la investigadora.

Al cruzar los niveles de arsénico en la Antártica y la vigencia las leyes ambientales (a partir de los años 90) se puede detectar una disminución en las concentraciones del metal.

“Desde entonces, los niveles medidos disminuyen a niveles de fondo”, dice Schwanck.

Asimismo, la investigación comparó los datos de producción y las muestras de hielo -con modelos atmosféricos- con el fin de conocer el recorrido de este metal pesado que se emite en el aire y puede permanecer en suspensión de hasta 10 días.

Un tiempo suficiente para viajar a la Antártida y depositarse por deposición húmeda o seca.

“El transporte atmosférico a la Antártida es muy complejo y largo, más de 6.500 kilómetros, entonces parte del contaminante se deposita en el camino”, afirma Schwanck.

Al continente blanco llegan otro tipo de metales como son el uranio proveniente de Australia, detectado en 2010, o el plomo, que era un aditivo de la gasolina a principios de los años 90.

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