El empresario ligado a los Legionario de Cristo y reconocido admirador de Augusto Pinochet, dijo que es un emprendedor «responsable de cumplir con la ley, la ética y las buenas costumbres y orgullosos de aportar nuestro esfuerzo en bien de la patria». Sobre él pesan varias historias, una de ellas registrada por la propia Justicia: fue acusado por su ex esposa por violencia intrafamiliar.
«Rechazo enfáticamente el intento de la Fiscalía Nacional Económica de perseguir, desprestigiar y enlodar a las empresas de supermercados aludidas en el requerimiento presentado el día de hoy (ayer) ante el Tribunal de la Libre Competencia».
Así comienza la carta enviada por Nicolás Ibáñez Scott, ex controlador de D&S (actual Walmart Chile), a El Mercurio donde hace sus descargos respecto del requerimiento presentado por FNE contra tres cadenas de supermercados por coludirse para fijar precios de pollos.
Al respecto, señala que «somos empresarios responsables de cumplir con la ley, la ética y las buenas costumbres y orgullosos de aportar nuestro esfuerzo en bien de la patria. Por lo anterior, rechazo el procedimiento usado por la FNE y el Ministro de Economía (…) de notificar y ventilar estos temas a través de la prensa con un claro intento de aprovechamiento político».
El empresario entonces dispara: «Es inaceptable el intento del gobierno, a través de esta maniobra inconducente y claramente mediática, de tratar una vez más de desprestigiar a los empresarios».
Es el menor de los hijos de Manuel Ibáñez y fue controlador – junto a su hermano Felipe – de D&S hasta su venta a Walmart, a finales de 2008.
Junto a su hermano sumaban un 25,06% de Walmart Chile, lo que les permitía elegir cuatro directores y que el propio Felipe fuera el presidente de la compañía.
Tras negociaciones ambos comunicaron la venta a la estadounidense del porcentaje de acciones que aún mantenían en unos USD 1.491 millones
Operación que se materializó en febrero de 2014.
Ibáñez es un ferviente Legionario de Cristo y un reconocido admirador de Augusto Pinochet. Prueba de esto último, es mandó a colocar en los jardines del entonces edificio corporativo de D&S una placa que rezaba “Augusto Pinochet Ugarte, Patriota Soldado y Estadista Visionario”.
Su simpatía por Pinochet quedó registrada en una entrevista a la revista Capital en 2004: “A Pinochet le tengo una enorme gratitud”.
En 2002, el empresario compró todos los ejemplares del diario La Nación Domingo, para que no se conociera una acusación de violencia intrafamiliar en su contra de parte de su ahora ex esposa.
Sus esfuerzos fueron en vano ya que se imprimió una segunda edición para que los lectores accedieran a la información.
Según el reportaje de la periodista Marcela Ramos, «en agosto de 2002, su esposa, María Carolina Varela, interpuso una demanda en su contra por “hechos de violencia” ante el 30º Juzgado Civil.
“La violencia de que me ha hecho víctima el denunciado comenzó hace ya largo tiempo (…) Me ha agredido física y sicológicamente”, dijo la mujer.
Varela dejó constancia en tres oportunidades ante Carabineros de la 47ª Comisaría de Los Domínicos de las agresiones de que era víctima.
«En circunstancias que teme a la reacción de su cónyuge, ya que éste la agredía física y sicológicamente desde el inicio de su matrimonio, insultándola con palabras groseras frente a sus tres hijos, cerró el domicilio y cambió la chapa de la puerta principal”, se lee en una de ellas.
“Mis hermanos le exigieron (a Ibáñez) que me dejara tranquila y se fuera a otra de sus casas después de la última vez que me maltrató, me insultó y agredió físicamente (…) Esta conducta, tan cristiana y civilizada, de un hombre que le pega a la mujer (…) es el verdadero origen inmediato de nuestra separación”, declaró posteriormente la mujer.
El 16 de agosto de 2000, la jueza María Eugenia Campo resolvió concederle protección policial a María Carolina Varela y a su grupo familiar, “velándose por la seguridad física como sicológica de éstos de cualquier eventual acto de agresión proveniente del demandado don Nicolás Cirilo Ibáñez Scott, restringiéndosele a éste el ingreso al hogar de la demandante”.
Dos meses después, la magistrado reiteró las citadas “medidas precautorias” en favor de Varela.