Después de 18 años deja la rectoría del plantel que ayudó a fundar. “Está agotado”, comentan en la universidad, donde ya había dicho en más de una oportunidad que este era su último año en el puesto. Sin embargo, otras fuentes del plantel también comentan que además sentía cierta incomodidad por algunos nombres que integran el Consejo Superior, entre ellos Rafael Guilisasti, quien el año pasado dejó la presidencia de la Corfo para asumir la presidencia de las Cascadas, un cargo que hasta septiembre ocupó Julio Ponce Lerou.
El sacerdote jesuita Fernando Montes deja la rectoría de la Universidad Alberto Hurtado después de 18 años. El balance es que fue un periodo exitoso: dio peleas por la gratuidad y fue una voz escuchada, sin embargo, el cansancio de casi dos décadas encabezando el proyecto jesuita, lo agotó.
Aunque ayer se hizo público su alejamiento del cargo –que finalmente se concretará en marzo– docentes y alumnos señalan que ya era sabido que dejaría de ser el rector. “Estaba agotado, aunque seguirá ligado de alguna forma a la universidad”, comenta una docente.
Bautista Cubillos, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de esa universidad (FEUAH), asegura que «sabíamos que a Montes se le terminaba un proceso, desde el año pasado se hablaba de la salida de Montes y esperábamos que este año fuera el año final». Si tiene que hacer un primer balance de la partida del rector, Cubillos cree que “cierra un ciclo al interior de la universidad, que duró 18 años. Con esto la Alberto Hurtado debería iniciar un nuevo proceso institucional».
El balance, también para los docentes, es que Montes cierra un círculo donde posicionó a la universidad dentro de las privadas con prestigio en Chile. El modelo jesuita universitario –cuyo máximo exponente es Lovaina, en Bélgica– dejó una vara importante, pero también la necesidad de un nuevo foco. Según Cubillos, el «nuevo rector viene con desafíos importantes en temas como democracia y gratuidad». Además, debería abordar un problema financiero: «Hoy (ayer) desde la vicerrectoría económica se nos informó sobre un déficit importante de dinero», señala.
El dirigente también explicó que hubo «importantes críticas al último año de Montes. Por ejemplo, el mal manejo de las movilizaciones internas de la universidad. Lo que más queda al debe es abrir espacios democráticos de participación, de diálogo, donde nos encontremos cara a cara».
De acuerdo a fuentes internas de la Universidad, el año 2014 se le solicitó formalmente a Montes que dejara el cargo, principalmente luego de «un proceso de negociación bastante conflictivo». «Tras lo ocurrido, desde el Provincial de la Compañía de Jesús, le solicitaron cambios estructurales que deberían empezar a implementarse prontamente», detalla una fuente del mundo sindical. Según este, uno de los principales cambios es el rol que tiene el rector al interior de la institución. “Es un rector muy ajeno actualmente», agregan.
[cita tipo= «destaque»]Todos coinciden en que la salida de la rectoría es algo en lo que Montes venía pensando hace meses. No lo decidió de la noche a la mañana e incluso mencionó en un par de encuentros con autoridades y académicos de la universidad, que 2015 iba a hacer su último año. Sin embargo, quienes lo conocen de cerca, señalan que también se sentía incómodo –ya por varios meses– con algunos nombres del Consejo Superior. Uno de los que le producía incomodidad –según cuentan algunos cercanos– es Rafael Guilisasti.[/cita]
El comunicado que envió ayer la universidad para relatar el alejamiento de Montes, señala que “según lo establecen los estatutos de la universidad, se ha constituido un comité de búsqueda del nuevo rector. En el cumplimiento de su misión, el Comité consultará a diferentes personas y organizaciones de la comunidad universitaria, incluyendo a funcionarios administrativos, estudiantes y académicos. Este proceso se ajustará a los plazos y etapas fijados al efecto y que garantizan el normal desarrollo de la actividad universitaria”.
A pesar del proceso de búsqueda en ciernes, ya habría dos posibilidades. Una es tener un rector que provenga desde la universidad, entre los cuales uno de los nombres que más suena es el de Eduardo Silva Arévalo, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Y otra, es que el nuevo rector provenga de afuera: podría ser cualquier integrante de la Compañía de Jesús, pero este debería contar con la venia del directorio de la universidad.
En la tarde de ayer se informó a la comunidad de la universidad –por medio de un correo electrónico– que se iniciará un proceso participativo, el cual estará dirigido por un Comité de Búsqueda, el que definirá los criterios que deben tener los candidatos a rector, tras consulta previa a los trabajadores, estudiantes y académicos. El comité definirá los nombres de la terna que posteriormente llegará al directorio, espacio en el que finalmente se definirá el nombre de la nueva autoridad máxima de la universidad.
«El espacio del directorio está fuertemente definido por quien lo encabeza, Cristián del Campo Simonetti SJ», apuntan.
Todos coinciden en que la salida de la rectoría es algo en lo que Montes venía pensando hacía meses. No lo decidió de la noche a la mañana e incluso mencionó en un par de encuentros con autoridades y académicos de la universidad, que 2015 iba a hacer su último año. Sin embargo, quienes lo conocen de cerca, señalan que también se sentía incómodo –ya por varios meses– con algunos nombres del Consejo Superior. Uno de los que le producía incomodidad –según cuentan algunos cercanos– es Rafael Guilisasti, empresario vitivinícola, dirigente gremial y uno de los financistas y cerebros tras la pasada candidatura presidencial de Andrés Velasco.
A comienzos de septiembre, Guilisasti presentó su renuncia como consejero de la Corfo para asumir como presidente y director de las sociedades Cascadas de SQM: Oro Blanco, Pampa Calichera, Norte Grande, en reemplazo de Julio Ponce Lerou. “Ese tipo de cosas, ligadas a situaciones tan expuestas como un caso como Cascadas, le producían incomodidad”, comenta una fuente al interior de la Universidad.
El empresario y ex Mapu pasó de apoyar a la Unidad Popular a ser uno de los más influyentes representantes del modelo económico impulsado por Pinochet.
Desde el mundo académico, sienten que ya hace varios años se instaló una especie de “lucha ideológica” al interior de la Universidad. “Se estaría dando porque viene un proceso de generar un nuevo modelo universitario de la mano de la Reforma a la Educación Superior”.
La red Mapu tiene a otro de sus representantes entre el Consejo Superior: Eugenio Tironi, asesor de empresas y reputado intelectual orgánico del modelo neoliberal-concertacionista.
Dentro de ese grupo de autoridades también aparece Enrique Barros, abogado y nuevo presidente del CEP, que defendió a Don Pollo por colusión y cuyo estudio lleva una causa de SMU. Las redes de poder que se trenzan al interior de la universidad son amplias: también es parte del consejo, José Said, presidente de BBVA; Alberto Etchegaray Aubry, ex ministro de Vivienda de Patricio Aylwin; Sergio Molina, ministro de distintos gobiernos de la Concertación. Entre las autoridades de la universidad figura asimismo Jorge Rodríguez Grossi, ex triministro de Economía, Energía y Minería de Lagos –ahora presidente del Banco Estado–, quien es decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UAH. Rodríguez Grossi se define como “fanático de los empresarios” y ha sido entusiasta viajero entre el sector público y el privado en los últimos años, según consignó Ciper.