El ministro tiene «reparos» con las cifras financieras del centro cultural y además cree que la gente se ha apropiado del lugar «de forma «espontánea» y no por un trabajo para crear audiencias, como afirma la administración anterior. La disputa comenzó en medios tradicionales y ahora derivó a la red social.
Este miércoles, a través de una carta publicada en El Mercurio, el ministro de Cultura Ernesto Ottone volvió a mencionar los reparos que mantiene sobre la gestión del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
Las tensión viene desde hace algunas semanas, cuando fue elegido Felipe Mella como director en lugar de Alejandra Wood, quien renunció en septiembre. Mella asumió a fines de enero y, a poco tiempo de instalarse, el director de programación, Javier Ibacache, presentó su renuncia.
Poco después en una entrevista, Alejandra Wood, la directora renunciada, aseguró que «hubo un ninguneo al trabajo que hicimos en el GAM».
Posteriormente, el ministro contraatacó en una entrevista en El Mercurio, donde lanzó la exigua cifra de $650 mil pesos como el monto que recibió el GAM como donaciones privadas.
Ayer, Qué Pasa disparó nuevamente con otra nota de prensa titulada «Las cifras que el ministro Ottone desconoce» y que consigna $369 millones generados desde la gestión comercial, de la administración anterior.
Por eso el ministro se apuró en contestar.
Ottone parte su carta diciendo que hay un «falso debate» sobre la manera en que se evalúa la gestión del equipo Wood-Ibacache. «No se ha desconocido ninguno de los logros conseguidos durante los últimos cinco años por parte del equipo de dicho espacio cultural. Se le reconoce una preocupación permanente en el fomento de audiencias y la excelencia de su programación», explica el ministro.
Pero inmediatamente después, Ottone detalla su visión sobre las audiencias en el centro cultural, que es uno de los puntos controversiales.
«El GAM es un lugar de encuentro porque la ciudadanía se apoderó de él, y me refiero específicamente a los jóvenes que por más de cuatro años se han reunido espontáneamente en su entorno usando sus espacios abiertos como soporte de distintas manifestaciones artísticas, como el k-pop o la salsa. Eso de ningún modo le quita relevancia al trabajo realizado por el equipo a cargo de este centro cultural», apuntó.
Y para rematar, Ottone –que ejerce como ministro subrogante en el Sernam– insistió en sus reparos a la evaluación financiera de la administración anterior. Específicamente a partir de un artículo publicado en Qué Pasa, donde manifiesta:
«Lo que se afirma no se condice con los balances económicos entregados por el directorio, pues la cifra de aporte del Estado corresponde a cerca del 82% del financiamiento, y no 70% como se afirma en otro medio, porque tanto los recursos de nivel central como regional y municipal provienen del Estado. El financiamiento por parte de la taquilla, es decir, lo que se refiere a la venta de entradas, equivale a un 7% ($262 millones y no 400 millones, como se ha señalado en ese mismo medio). Finalmente, tal como lo explico en la entrevista publicada en ‘El Mercurio’, solo un 11% corresponde a los ingresos desde el sector privado levantados a partir de unidades de negocios, con 0% de levantamiento por medio de Ley de Donaciones Culturales», aseguró el ministro.
Lejos de los medios tradicionales, la escaramuza continuó en Facebook. Por esta vía intervino el ex ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke.
«Posiblemente, el hecho de haber delegado su representación en un tercera persona (Ramón López) ha llevado al ministro a conclusiones erróneas (…) Lo destacable en este caso es que, precisamente, en vista del importante aporte del Estado para el funcionamiento del GAM se le impuso por glosa presupuestaria levantar un 30% de los recursos para el centro, logrando con éxito una exigencia que ningún otro centro cultural debe cumplir en el país», escribió el actor.
Paralelamente, el periodista Javier Ibacache sostuvo: «Esto reafirma el desconocimiento existente entre quienes toman decisiones. Un dato que ahorra comentarios: en 2015 se llevaron a cabo 750 actividades de formación de audiencias». Y más tarde agregó: «No es mi costumbre corregir apreciaciones aparentemente plausibles, pero sí se hace necesario cuando se insiste en desconocer el trabajo y el rigor de un equipo que tuve la oportunidad de liderar durante 6 años (…) No es una casualidad, como mañosamente se señala», concluyó.