La información de que el ex Mandatario invirtió parte de su capital en el extranjero, en una de las más grandes pesqueras peruanas, en medio del litigio marítimo ante La Haya entre el vecino país y Chile, causó un gran revuelo político. Desde la bancada parlamentaria de la Nueva Mayoría anunciaron la investigación por medio de una Comisión Especial, mientras que desde Chile Vamos acusan “persecución política” en su contra. Algunos parlamentarios también ponen el foco en la estrategia de las “cuerdas separadas”, que buscaba resguardar las relaciones económicas entre ambos países más allá del contencioso político.
Un verdadero tsunami político se vivió ayer. El destape de la inversión en una pesquera peruana por parte del ex Presidente Sebastián Piñera, en medio del litigio marítimo entre Chile y Perú ante la Corte Internacional de La Haya, prendió las alarmas del candidato a las presidenciales 2017 que lidera las encuestas.
A pesar del apoyo irrestricto de la bancada de Chile Vamos y una rápida defensa del propio ex Mandatario, con el fin de aplacar el terremoto político que ataca al corazón de su proyección política, desde el oficialismo no tardaron en caer las críticas, hasta abrieron el proceso para levantar una comisión investigadora en la Cámara de Diputados.
Pero, más allá de las críticas políticas y de revivir el fantasma del conflicto de intereses al ser parte del mundo empresarial y político al mismo tiempo, la inversión del ex Presidente Piñera puede adquirir otros ribetes y terminar en un proceso de investigación en tribunales.
La tarde de este lunes, el diputado Leonardo Soto (PS) ofició a la Unidad de Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda (UAF), servicio especializado en impedir el lavado de activos, con el fin de recabar antecedentes sobre eventuales delitos asociados a las operaciones de la sociedad que administra fondos de Sebastián Piñera en el extranjero: Bancard International Investment.
Esto, debido a que la sociedad específica que invirtió las acciones del ex Mandatario en Exalmar está domiciliada en un paraíso fiscal en las Islas Vírgenes Británicas, lo que “desde el punto de vista de la comunidad internacional podría significar la existencia de blanqueo, lavado de activo o fraude al fisco”, según indica el diputado. El parlamentario señala que es necesario abrir una investigación profunda, que despeje las dudas sobre el origen del dinero del ex gobernante y, además, para dilucidar “el circuito financiero que se utilizó para invertir en la empresa. Por alguna razón no hace una inversión directa, sino que utiliza un paraíso fiscal”, agrega Soto.
El parlamentario afirma que la inversión en la pesquera peruana es “una operación sospechosa y grave”. Asegura que a nivel internacional existen protocolos para llevar investigaciones cruzadas entre la Interpol y los Ministerios de Hacienda, con el fin de “mantener un control de los recursos que circulan hacia los paraísos fiscales”, hasta recuerda que el precandidato presidencial de la UDI y ex ministro del Gobierno de Sebastián Piñera, Laurence Golborne, se retiró de la carrera en 2013, cuando se dio a conocer que tenía parte de su patrimonio en paraísos fiscales.
Soto explicó que sobre la base de los resultados del análisis financiero se estudiará el inicio de acciones legales, las que permitirían emitir órdenes internacionales para que “todos los países que han suscrito tratados puedan entregar la información disponible del recorrido de este dinero y del retorno de sus utilidades”. Por otra parte, se abrirá una comisión investigadora que le requerirá informes a la UAF, la Superintendencia de Sociedades Anónimas, el Comité de Inversiones Extranjeras y al Servicio de Impuestos Internos (SII). “Todos los servicios del Estado debieran entregar un reporte respecto del origen de estos recursos que están afuera, también del retorno y el tránsito de estos”, puntualiza.
“Sebastián Piñera nunca deja de sorprender, rompe todos los estándares éticos y morales. Él gobernó cuatro años en nuestro país, pidiéndoles a todos que pagaran impuestos y él mismo evadía el pago que les exigía a los empresarios de este país”, agregó el diputado Soto.
El litigio por límites marítimos que enfrentó a Chile y Perú en la Corte Internacional de La Haya trajo consigo altas tensiones en materia de relaciones internacionales para nuestro país, pero también a nivel interno. Entre sus consecuencias materiales está la pérdida de un acceso directo a alta mar desde el puerto de Arica, además de 22.000 km de mar patrimonial, junto a un área de pesca fina para empresarios nacionales.
Pero no todo fue cuentas en negativo, al menos en Perú algunos pudieron celebrar, entre ellos, la Empresa Pesquera Exalmar S.A., una de las más grandes del vecino país. Exalmar resultó favorecida en sus derechos de pesca por la sentencia emitida el 27 de enero del 2014 por el tribunal de La Haya y, junto con ella, el ex Presidente Sebastián Piñera.
Según informó ayer El Mostrador, el ex Mandatario es accionista de la pesquera Exalmar S.A. a través de su sociedad Bancard, a la que ingresó entre noviembre de 2010 y febrero de 2011, al asumir su cargo. Tras salir electo, Piñera puso sus inversiones nacionales en un fideicomiso ciego –cerca de 400 millones de dólares–, el resto de la gestión de su fortuna en el extranjero –que asciende a unos 1.700 millones de dólares– quedó en manos de un directorio independiente, “sin ninguna participación del suscrito”, recalcó el ex gobernante, luego de que se diera a conocer la información.
[cita tipo= «destaque»]La tesis de las cuerdas separadas, que se mantuvo durante los cuatro años del periodo del ex Presidente Sebastián Piñera, fue un permanente fantasma. Las críticas internas no paraban de señalar que era una estrategia errada, y desde el propio Gobierno se consideraba que «esa estrategia de las cuerdas separadas fue una pésima señal para la Corte Internacional y en buena medida responsable del tenor que tenga la sentencia”.[/cita]
El 0,5% del capital de Bancard, que aún es controlada por el ex Presidente y tiene entre su directorio a su hijo, Sebastián Piñera Morel, fue invertido en la pesquera peruana, constituyéndose en su segundo mayor accionista. Desde la sociedad señalan que, a pesar de que la inversión no se hallaba en el fideicomiso ciego, Piñera no estaba al tanto de la definición. Pero fuentes señalaron a El Mostrador, que es posible que su hombre de confianza, el ex canciller Alfredo Moreno, estuviera enterado de su inversión. Desde Bancard también enfatizan que la mayor parte de la participación de la sociedad de Piñera fue adquirida con posterioridad al fallo de la Corte Internacional de La Haya y, además, señalan que la operación se realizó finalizado el periodo presidencial.
Exalmar es reconocida por su ligazón al mundo político, es más, el actual Presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), fue parte de su directorio, cuando el chileno Cristian Celis Morgan se retiró. Tras el resultado del litigio con Perú, la pesquera del vecino país logró obtener casi el 5% de la cuota de pesca de la zona sur del mar peruano. La empresa, que opera en la zona centro-sur de dicho país, señaló a El Mostrador que hasta el momento el resultado no ha tenido repercusiones en su negocio, “ya que hasta la fecha no operamos en esta área correspondiente a la zona sur”.
El camino recorrido por la defensa de Chile ante la demanda de Perú fue pedregoso. Pero más allá de su resultado un tanto negativo para nuestro país, un sector del Gobierno de la época siempre resaltó el buen trato que mantuvieron ambas naciones, sobre todo en el ámbito económico. Así lo recalcaba una y otra vez el ex canciller Alfredo Moreno, quien instauró la política de las “cuerdas separadas”, que tenía como premisa el distanciamiento de las relaciones económicas del litigio territorial y político que mantenía enfrentadas a ambas naciones.
El ex subsecretario de FF.AA. y embajador de la Concertación, Gabriel Gaspar, lo escribía en 2012: “Es el mejor momento de las inversiones chilenas y peruanas en ambos países. Siendo eso positivo, deberíamos reconocer que no bastan, porque a pesar de existir buenas relaciones económicas ello no ha sido obstáculo para que se desconozcan los acuerdos vigentes”.
Mientras, Perú desarrollaba un intenso lobby en círculos diplomáticos europeos y de La Haya, instalando la idea de que Chile es un país problemático, “militarizado” y un “mal vecino”, nuestra nación mantenía una actitud “pseudopasiva”, según fuentes de la época, lo que era cuestionado al interior de La Moneda. En dicho momento todos los dardos apuntaban a las debilidades del canciller Moreno para enfrentar la diplomacia en medio del litigio y a los constantes choques que mantenía con el entonces ministro de Defensa, Andrés Allamand, quien prefería un enfoque mucha más agresivo para tratar el tema con los vecinos.
La tesis de las cuerdas separadas, que se mantuvo durante los cuatro años del periodo del ex Presidente Sebastián Piñera, fue un permanente fantasma. Las críticas internas no paraban de señalar que era una estrategia errada, y desde el propio Gobierno se consideraba que «esa estrategia de las cuerdas separadas fue una pésima señal para la Corte Internacional y en buena medida responsable del tenor que tenga la sentencia”, según consignaba El Mostrador a principios del 2014.
Esta política se “ve más que representada en el caso que se ha destapado”, aseveran cercanos a la actual administración bacheletista, “ya que mientras Chile y Perú peleaban abiertamente en tribunales internacionales, uno de los empresarios más poderosos de nuestro país, que llegó a ser Presidente de la República, invertía parte de su fortuna en una de las más grandes pesqueras del país vecino”, agregan.
El diputado Leonardo Soto recuerda que “a todos en esa época nos extrañó mucho esta teoría que establecía una separación tajante entre lo político y el conflicto internacional, absolutamente separado de la situación económica”. El parlamentario asegura que la utilización de este camino –a la luz de los hechos conocidos este lunes– “parece tener una sola explicación: que esta estrategia va más allá del interés del país, buscaba proteger el interés propio del ex Presidente Sebastián Piñera. Hay claramente un conflicto de interés entre el de todos los chilenos y el de una persona particular. Es la utilización de las relaciones internacionales chilenas en pos del interés propio”.
La información de ayer agitó las aguas de la política. A pesar de que el candidato presidencial Ricardo Lagos prefirió esquivar el tema, una serie de diputados oficialistas solicitaron abrir una comisión investigadora para el caso. Por su parte, desde Chile Vamos se abrió fuego cruzado, ya que las bancadas de RN y la UDI salieron a respaldar a su principal candidato a las presidenciales 2017, mientras que el senador y precandidato, Manuel José Ossandón, aseguró que esta es la “denuncia más grave que hemos tenido en la historia de Chile”.
Pasado el mediodía, y luego de enviar un comunicado de prensa, Sebastián Piñera salió a defenderse y declaró: «Pretender ligar la inversión en Perú con mi actuación como Presidente es un acto miserable que nunca lo voy a aceptar, porque todo tiene su límite».
Acuñando la infalible estrategia de la desventaja ante los medios, agregó que comprende “que siendo ex Presidente de Chile, siendo un hombre público y dada la expectante posición que tengo en los estudios de opinión pública, todas mis actuaciones sean sujetas de un amplio, intenso y riguroso escrutinio público, pero no acepto ni aceptaré jamás –porque todo tiene su límite– que en forma sesgada y tendenciosa se pretenda insinuar o poner en duda que mientras ejercí como mandatario no haya dedicado toda mi compromiso a defender lo superiores intereses de Chile. Y en forma muy especial en el caso del diferendo limítrofe con Perú».
Luego las bancadas de la UDI y RN salieron en defensa del ex Jefe de Estado y aseguraron que el destape del caso tiene “un fin meramente político”. «Pretenden levantar una acusación falsa, extemporánea y sin ningún fundamento en contra de quien hoy aparece ganando todas las encuestas», declaró el diputado Nicolás Monckeberg.
El diputado UDI, Felipe Ward, en tanto, arremetió contra la Nueva Mayoría y señaló que «como no son capaces de sacar nada en contra del ex Presidente Piñera, inventan este tipo de situaciones porque acá no hay nada que defender, porque no hay nada que explicar. Aquí había una separación entre lo que estaba haciendo en su rol político y su anterior vida como empresario, así que no hay ninguna situación que aclarar, porque esta supuesta comisión investigadora que se pretende levantar no tiene fundamento», agregó.
Finalmente, el diputado Rojo Edwards dijo: «Miente, miente, que algo queda”. Acusó que el caso es surrealista, “nos tratan de contar una historia fantástica, de que un Presidente, mientras nos defendía, estaba tratando de ganar tres chauchas en Perú. Por favor, yo creo que hay que darle un poco de mayor seriedad al debate».
El punto de inflexión lo puso el precandidato por el bloque, Manuel José Ossandón, quien arremetió con todo en contra del ex Mandatario. Aseguró que es la denuncia más grave que pesa sobre un ex Presidente y emplazó al piñerismo y ex ministros de ese Gobierno a dar respuestas. “Llevo mucho tiempo, años hablando de este tema, y diciendo que es incompatible y es perversa esta relación entre los negocios, el dinero y la política, pero hoy día la explicación la tiene que dar él, sus voceros», sentenció el senador.
El ex Mandatario Ricardo Lagos se apegó a su línea renuente al conflicto y prefirió no cuestionar el vínculo de Piñera con Exalmar: “No estoy informado de aquello, pero creo que es muy delicado el tema de cuáles son las situaciones personales que están involucradas (…) no tengo ninguna opinión que dar al respecto».
El presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco, así como su par de la DC, Carolina Goic, apuntaron a que Sebastián Piñera debe entregar toda la información necesaria, ya que “con los intereses de nuestro país, con los intereses soberanos de Chile no puede quedar duda”.
El timonel del PPD, Gonzalo Navarrete, fue un poco más allá y señaló que el “ex Presidente debe no solo dar explicación”, e insistió en que “si eso es efectivamente una negociación incompatible en un momento en el cual él tuvo alguna parte de información o decisión, estas cosas se deben saber”.