Lidera un grupo interno que se llama Progresismo con Progreso, donde se han atrincherado varios rostros del llamado partido del orden, huérfanos de la extinta Concertación, pero que entre las filas de la DC ha generado bastante resistencia –confiesan en el partido–, porque es una minoría la que realmente comulga con la idea del camino propio. “Lo que sucede que este grupo de Mariana tiene mucho acceso a los medios de comunicación, pueden meter cuñas y hacer ruido”, aseguró un dirigente falangista.
Es la frase que más se ha escuchado la última semana en el seno de la DC, que el partido está igual que una “bolsa de gatos”, sin claridad del rumbo que seguirá para enfrentar los desafíos electorales del 2017. Si bien en las internas territoriales del domingo votaron tres veces más militantes que en los comicios de la UDI, eso no es sinónimo de que la falange esté transitando por su mejor momento y menos por aguas tranquilas, porque entre la disputa por la presidencia del partido que debe zanjarse en enero –para lo cual no se logró una lista de unidad– y los cantos de sirena de algunos sectores de la colectividad, que buscan tentar a las huestes democratacristianas con el camino propio, el clima que impera no es el mejor.
Finalmente, una vez que el plazo de inscripción de listas venciera el viernes 9 de diciembre, la definición de la próxima directiva nacional será a tres bandas. Está la nómina que encabeza la timonel Carolina Goic, en la que cohabita la mayoría de las tendencias internas, como “los príncipes”, “colorines”, “guatones” y “chascones” e, incluso, tiene el apoyo del ex diputado Gutenberg Martínez.
Pero la disidencia optó por jugarse sus cartas, medirse en las urnas y levantar una lista propia encabezada por el diputado Víctor Torres (chascón), en la que están el ex intendente Francisco Huenchumilla, la diputada Yasna Provoste y cuenta con el apoyo del senador Jorge Pizarro.
El tercero en carrera es el ex timonel Ricardo Hormazábal, histórico chascón, quien en la interna pasada sacó el 20% de los votos.
En la DC dicen que el escenario está “muy cruzado”, porque en las elecciones territoriales del domingo, donde votaron más de 18 mil militantes, en las que se eligió a las directivas regionales, comunales, distritales y los delegados para la Junta Nacional de enero, nadie puede atribuirse un triunfo rotundo.
Goic se mantiene en una posición favorable, porque se habría anotado la mayoría de las directivas regionales, pero en estas –explicaron en la DC– hay muchas personas que apoyan a las otras listas de la competencia nacional, lo que –coincidieron– enreda todo el panorama interno. Por lo mismo, se augura una definición estrecha en enero, que no se repetirá la holgura con la que Pizarro ganó hace dos años
En medio de este panorama, la DC debe tomar una decisión de fondo. Seguir en la Nueva Mayoría, concurrir con un candidato propio pero solo hasta las primarias legales de julio, cuadrarse con el abanderado único que elija el oficialismo y participar de una lista parlamentaria común de la coalición. La otra opción es llevar una carta presidencial hasta la primera vuelta de noviembre, lo que implica, sí o sí, que deberán competir con una lista solos para diputados y senadores.
El tema no es menor y le roba bastante energía a la Nueva Mayoría. En el comité político de los lunes en La Moneda fue tema obligado ante la apertura que Goic mostró, en días previos, a la idea de llevar un candidato propio hasta noviembre, por lo que los dirigentes del oficialismo presionaron públicamente a sus socios de la DC, advirtiendo que ello obligaría a que no sean parte del pacto parlamentario.
Algunos, como el senador Ignacio Walker, han hablado hace tiempo de la defensa de la identidad DC, en tanto que otros se inclinan por la estrategia de concebir a la falange como un “partido bisagra” entre la derecha y la izquierda, pero siempre desde la actual coalición, y están los que defienden que el domicilio político sea sin apellidos ni cuestionamientos, siendo parte de la Nueva Mayoría como alianza de centroizquierda.
[cita tipo= «destaque»]Incluso, en un escenario en que la Nueva Mayoría lleve dos listas en el pacto, para la DC sigue siendo conveniente quedarse con sus socios, porque aumentaría a 28 los elegidos. “Es bien difícil que los diputados estén dispuestos a apoyar una idea de correr solos si eso implica que van a perder”, explicó un dirigente de la falange que apoya la lista de Goic.[/cita]
Muchos en la DC confiesan que la opción de un camino propio, sin Nueva Mayoría, es más un discurso que una decisión, que es una idea que “está muy verde”, que el grueso de la militancia no la comparte ni es lo que quiere, que responde más a una estrategia política. No hay dos voces en el partido para considerar que el año 2013 la falange entregó su apoyo al liderazgo de Michelle Bachelet como “un cheque en blanco”, lo que tres años después es visto como un error que no quieren repetir.
“Era tan evidente que iba a ganar que, simplemente, los partidos adhirieron a ella para recuperar la conducción del Estado. Se descuidó ponerse de acuerdo en el programa. Los problemas que ha tenido este Gobierno son porque todos comenzaron a interpretarlo de forma diferente, lo de los matices. Eso generó un problema de gobernabilidad y de desafección que ha tenido el Gobierno”, dijo Huenchumilla el martes a Radio Universidad de Chile.
Desde el “Gute” Martínez para abajo, aseguraron en la DC, todos internamente tiene asumido que no hay condiciones para llevar un candidato propio hasta noviembre y que, por lo mismo, lo mejor que puede hacer es tratar de subir el precio de su respaldo. “Hay que guapear y negociar”, reconoció uno de los senadores del partido.
El punto clave, explicaron en la falange, es que la sangre no va a llegar al río, lo que significa que es bien difícil que la DC estire el elástico al punto de romper con la Nueva Mayoría, porque terminaría siendo un búmeran que le jugaría en contra. Los cálculos internos que se han hecho en la DC son categóricos: a nivel de diputados bajarían de 22 a 13 los elegidos si es que el partido corre en las parlamentarias con lista propia, sin la coalición oficialista.
Incluso, en un escenario en que la Nueva Mayoría lleve dos listas en el pacto, para la DC sigue siendo conveniente quedarse con sus socios, porque aumentaría a 28 los elegidos. “Es bien difícil que los diputados estén dispuestos a apoyar una idea de correr solos si eso implica que van a perder”, explicó un dirigente de la falange que apoya la lista de Goic.
Es cierto que no todos en la DC hacen esa raya para la suma, hay quienes consideran que es mejor perder abiertamente, tanto a nivel presidencial como parlamentario, pero resguardar el perfil de centro del partido, antes que ganar y mantener el vínculo con una coalición como la Nueva Mayoría, que consideran perdió todo rumbo. Eso es lo que piensa la ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, quien ha reconocido varias veces que “se está jugando una tesis dentro de la DC, apostando a un cambio”.
Lidera un grupo interno que se llama Progresismo con Progreso, donde se han atrincherado varios rostros del llamado partido del orden, huérfanos de la extinta Concertación, pero que entre las filas de la DC ha generado bastante resistencia –confiesan en el partido–, porque es una minoría la que realmente comulga con la idea del camino propio.
“Lo que sucede que este grupo de Mariana tiene mucho acceso a los medios de comunicación, pueden meter cuñas y hacer ruido”, aseguró un dirigente falangista.
Sin embargo, afirmaron desde distintos sectores del partido, que más allá del ruido mediático la ex ministra no tiene apoyo ni arraigo interno, ya que si bien se le respeta por ser la hija del ex Presidente Patricio Aylwin, no posee votos en la Junta Nacional, estructura regional y comunal a su favor, carece de espalda política al interior de la DC.
Esa es la razón, añadieron dirigentes, parlamentarios y militantes, por la que finalmente Aylwin no se integró a ninguna lista para la presidencia del partido, a pesar de haber coqueteado públicamente con Goic al respecto. “Iba a perder, no iba a sacar más del 10% o 15% y no se va a arriesgar nunca a eso”, explicó un senador DC, mientras que entre algunos dirigentes agregaron que en estos meses su objetivo real fue instalar sobre la mesa el discurso del camino propio.
La apuesta de Aylwin iría por el lado parlamentario, a la luz de la nueva legislación que obliga a los partidos a llevar un 40% de mujeres en sus listas de candidatos, lo que le asegura un cupo a la ex ministra. El tema es dónde.
En la DC hay dos versiones. Que su interés estaría puesto en un escaño senatorial en la V Región, misma zona donde está Walker, lo que es descartado por varios en el partido, precisamente porque no la ven compitiendo contra el senador de quien es bien cercana y cuando el riesgo de perder es alto.
Por lo mismo, la otra opción más comentada es que Aylwin se postule en un distrito en la Región Metropolitana, de preferencia del lado oriente, donde la propia ex ministra habría dicho a varios en la colectividad que sería un lugar más proclive a su perfil político y discurso. Así, una de las alternativas más viables sería La Reina, por la debilidad en la que quedó el actual diputado Jaime Pilowsky tras la derrota en octubre del ex alcalde DC, Raúl Donckaster.
Consultada por El Mostrador, Mariana Aylwin declinó hablar del momento político que vive la DC y, sobre la opción de ir como candidata parlamentaria, se limitó a precisar que “estoy mirando”.