El vicario general, Fernando Ramos, aseguró que la institución religiosa «no está involucrada ni en la organización de este acto ni en las eventuales consecuencias que este pueda producir».
Este jueves familiares de detenidos desaparecidos bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet, se encadenaron a las bancas que se encuentran al interior de la Catedral Metropolitana de Santiago para manifestar su rechazo a la ceremonia ecuménica que se realizará este viernes en Punta Peuco.
El acto finalizó pasado las 16.00 hrs., donde el obispo auxiliar de Santiago y vicario general, Fernando Ramos, señaló que «tuvimos un encuentro y un diálogo con un grupo de personas que se habían encadenado al interior de la catedral. Ellos son familiares de víctimas de violación de derechos humanos en Chile durante la época de la dictadura militar. Ellos nos querían preguntar si nosotros como Iglesia estábamos favoreciendo la impunidad o alguna actitud de esa naturaleza».
“Yo les demostré y les expliqué con mucha claridad que oficialmente la Iglesia no está a favor de la impunidad, el acto que va a realizarse mañana en Punta Peuco es un acto privado, es una liturgia ecuménica donde un grupo de internos invitaron a pastores católicos y no católicos para hacer un acto privado”, indicó la autoridad eclesiástica.
Asimismo, el vicario aseguró que la Iglesia católica como institución «no está involucrada ni en la organización de este acto ni en las eventuales consecuencias que este pueda producir».
Las declaraciones se dan en la antesala de lo que será la ceremonia ecuménica en que seis reos de Punta Peuco –de los 120 que hay en el penal- pedirán eventualmente perdón por los crímenes de lesa humanidad cometidos.
Entre ellos, la mayoría serán subalternos, pero también estará Raúl Iturriaga Neumann, el ex subdirector de la DINA y quien deberá cumplir penas hasta 2037, luego que la Corte Suprema revocara el beneficio de libertad condicional.
Cabe mencionar que durante esta semana, el sacerdote jesuita Fernando Montes dio el anuncio que presidirá la instancia que se dará al interior de la cárcel y a la que no tendrá acceso la prensa. Para él, “ellos han sufrido demasiado, tienen derecho a pedir garantías».
A esto se sumó también el saludo navideño de la Conferencia Episcopal, en que señalaron que «para nadie es desconocido el sufrimiento que se experimenta cuando se vive privado de libertad en una cárcel, incluso cuando es producto de un juicio justo y correctamente ejecutado», haciendo alusión a los reos que cumplen condena sufriendo alguna enfermedad.