El documento, que fue compartido hace muy poco con Sebastián Piñera, tiene como objetivo llegar a más de 500 personas: parlamentarios y dirigentes de Chile Vamos; directores e integrantes de los centros de estudios del sector, entre otros. En el capítulo 7, titulado «Educación para la libertad y la responsabilidad», se argumenta que el país debiera revisar si es razonable incrementar la promesa de gratuidad prevista hoy para el 50% más vulnerable. “La gratuidad deberá coexistir con un sistema de créditos, becas y ayudas estudiantiles”, indica.
Hace cinco meses, un reducido grupo de académicos y politicos retomaron el debate entorno a un tema: «pensar la centrodederecha». El lugar de reuniones era la casa del senador RN, Andrés Allamand, donde acudían Hugo Herra, Pablo Ortúzar, dos académicos representativos de la nueva derecha intelectual nacida al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad; y el doctor en Filosofía Joaquín García-Huidobro. A ellos se sumaron el senador UDI Hernán Larraín y el ex contralor Ramiro Mendoza.
Con el tiempo, comenzó a tomar forma un documento de 14 páginas, titulado «Manifiesto por la República y el buen gobierno», con una invitación, escrita entre paréntesis, que dice «Una invitación a pensar».
Los temas ahí señalados son diversos: desde reflexiones sobre el tipo de Estado y democracia, el abuso empresarial y el fortalecimiento de la educación pública, hasta la necesidad de una sociedad integradora que se haga cargo de los «débiles». En total, son 8 ejes doctrinarios y una propuesta de «buen gobierno», publica La Tercera.
El documento, que fue compartido hace muy poco con Sebastián Piñera, tiene como objetivo llegar a más de 500 personas: parlamentarios y dirigentes de Chile Vamos; directores e integrantes de los centros de estudios del sector, entre otros.
“Durante el gobierno anterior quedó claro que una buena gestión no basta. La acción política debe inspirarse en una visión de sociedad, el Estado y sus instituciones”, expresa Allamand.
A continuación, algunos párrafos selectos del texto que se transformará en libro:
Capítulo Uno: Reivindicar el concepto de República
“La República debe ser justa: por eso, nos evoca el imperio del Derecho y la afirmación de que en Chile no debe haber personas ni grupos privilegiados. Gran parte del malestar social de los últimos años tiene que ver precisamente con que los chilenos no están convencidos de que estos nobles ideales se hayan hecho efectivos en la realidad”.
“La participación política constituye un deber”
“Un Estado activo jamás debe ser un Estado invasivo, que no respeta el protagonismo de la sociedad civil”.
Capítulo Dos: Necesidad de una nación abierta
“La República no se construye sobre la nada: supone un determinado cuerpo social, la nación chilena”.
“Es necesario crear las condiciones para una convivencia común basada en el respeto, el reconocimiento y la colaboración entre las distintas tradiciones culturales, y no en el conflicto y la imposición. Esa convivencia respetuosa debe ser la base para pensar nuestro desarrollo: la pluralidad cultural, étnica o de cualquier otra índole jamás pueden ser un obstáculo para encontrar un destino común para la sociedad”.
“La inmigración no es un fenómeno de hoy, que haya que enfrentar con temor y desconfianza, sino un elemento constitutivo de la sociedad chilena”.
Capítulo Tres: Una democracia exigente que respeta las instituciones
“Hay que agradecer que hayamos llegado al reconocimiento de que nuestras discrepancias no se resuelven por la fuerza, sino con métodos democráticos”.
“Ella (la democracia) carece de la espectacularidad de las propuestas revolucionarias, su camino es la gradualidad, su herramienta predilecta es el diálogo. Los acuerdos no son un signo de debilidad moral, sino una expresión de la capacidad humana de ponerse en el lugar del otro y de hallar soluciones (…), aunque disten de ser perfectas”.
“No hay conciencia del largo y doloroso proceso histórico que está detrás de nuestras instituciones democráticas, y con gran frivolidad se pretende reemplazarlas por la espontaneidad de los movimientos sociales. En vez de seguir los cauces representativos, muchos prefieren una genérica alusión a las exigencias de ‘la calle’ y se arrogan un poder carente de toda legitimidad”.
Capítulo Cuatro: La presencia de un Estado fuerte
“Tenemos un Estado grande, pero no contamos con un Estado fuerte, capaz de garantizar justicia y seguridad a todos los chilenos (…). Esta falta de presencia eficaz del Estado constituye una injusticia para con los más débiles de nuestra sociedad”,
“Solo unos funcionarios públicos estables y bien preparados podrán ejecutar políticas que tengan un carácter permanente. La administración pública no puede ser un botín partidista, ni cambiar con cada nuevo gobierno”.
Capítulo Cinco: Sociedad y el concepto de igualdad
“No basta con proclamar una abstracta igualdad ante la ley”.
“Las grandes desigualdades constituyen un problema político de primera magnitud, porque dan origen a dos Chiles incomunicados, que se miran con desconfianza, donde cada uno ve en el otro un peligro para la propia seguridad. No se trata de propender a fórmulas igualitaristas, sino de establecer un marco de convivencia donde las diferencias sean el resultado del esfuerzo personal y familiar, y no de privilegios”.
“No son sólo los más pobres, sino también, por ejemplo, las personas con discapacidades o la tercera edad. Focalizar en estas personas los recursos económicos y la atención política es un deber ineludible”.
Capítulo Seis: Una economía fundada en instituciones
“Nuestras aspiraciones de mayor justicia presuponen el crecimiento
“Las sociedades que castigan el emprendimiento de las personas, pretenden reemplazarlo por la acción del Estado y estigmatizan la legítima ganancia, inevitablemente derivan hacia el estancamiento económico, ya que detienen el proceso de creación, exploración y toma de riesgos. Esto es exactamente lo que ha tenido lugar en Chile en el último tiempo, con los resultados por todos conocidos”.
“El estancamiento económico, institucional y moral de los países donde el Estado asume todas las funciones económicas, no difiere demasiado del de aquellos donde los monopolios u oligopolios privados hacen y deshacen a su antojo”.
Capítulo Siete: Educación para la libertad y la responsabilidad
“Hay un diagnóstico equivocado, que asume que la educación no aporta nada a los estudiantes y que todos sus logros se explican por su origen socioeconómico. Esta filosofía desmotivante y materialista ha hecho que se desatienda, en el diseño educacional, lo que tiene que ver específicamente con la educación, y se concentre la atención simplemente en factores económicos”.
Plantean que la gratuidad es una política “equivocada y regresiva”, y que el país debiera revisar si es razonable incrementar la promesa de gratuidad prevista hoy para el 50% más vulnerable. “La gratuidad deberá coexistir con un sistema de créditos, becas y ayudas estudiantiles”.
Capítulo Ocho: Debate sobre los derechos y deberes
“El gobierno de la Nueva Mayoría ha buscado dar legitimidad a su intento refundacional aludiendo a la categoría jurídica y política de los derechos sociales. Se trata, ciertamente, de una noción legítima, que apunta a objetivos de política social que tienen gran importancia para la promoción de los sectores menos favorecidos, pero que se ha distorsionado hasta el punto de quedar transformada en un arma para imponer, desde el Estado, una igualdad forzada, ficticia y perjudicial, muy visible en el caso de la educación”.