El pre candidato presidencial explicó al persecutor que la parte de los activos que no quedaron con la figura de fideicomiso ciego «quedaron bajo la administración de un equipo profesional independiente y bajo la supervisión de los respectivos directores y consejos”.
Este viernes se dio a conocer el contenido de las declaraciones del ex Presidente Sebastián Piñera ante el fiscal Manuel Guerra, en el marco del caso Exalmar.
Cabe recordar que el actual pre candidato dio su testimonio, en calidad de imputado, en el marco de esta causa penal que fue abierta a partir de la querella presentada por el diputado PC Hugo Gutiérrez, quien acusa al ex jefe de Estado de usar información privilegiada en la compra de acciones a la pesquera peruana mientras se desarrollaba el juicio en La Haya.
«En abril de 2009 casi un año antes de asumir la Presidencia de la República, en forma voluntaria, porque entonces no había ninguna ley que lo exigiera, yo tomé un conjunto de decisiones», comenzó señalando Piñera.
«Lo primero que hice fue retirarme de la administración y gestión de todas las sociedades en que había tenido participación» y luego «formé fideicomisos ciegos con todos los activos accionarios de sociedades anónimas abiertas chilenas», consignó el ex mandatario.
Posteriormente, dijo, «inicié un proceso de ventas de las acciones de ciertas empresas como LanChile, Chilevisión y Clínica Las Condes».
Entonces, el fiscal Guerra le preguntó: ¿Cuál fue el propósito de esas decisiones?.
«El propósito de estas decisiones fue poder dedicarme en plenitud a una campaña presidencial, y en caso de ser elegido Presidente, dedicarme en forma exclusiva a ejercer la labor de Presidente», contestó el actual abanderado presidencial del eje RN-UDI-PRI.
“En consecuencia, una parte de los activos de las sociedades en que yo participaba quedaron con la figura de fideicomiso ciego, administrados por cuatro instituciones financieras chilenas», declaró Piñera, explicando que esas entidades fueron el Banco Bice, bajo la supervisión de la Superintendencia de Bancos, y tres corredoras o agentes de valores que fueron Celfin, Moneda, y Larraín Vial, bajo la supervisión de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
“La condición esencial era que dichas instituciones no podían ni debían informarme de las decisiones de inversión que ellas adoptaran y que sólo debían proveer la información estrictamente necesaria para cumplir con las obligaciones legales que me afectaban, tanto a mí, como a las empresas que habían suscrito los contratos de fideicomiso ciego, especialmente las obligaciones tributarias”, recalcó.
¿Qué pasó con los restantes activos que poseía?, preguntó el fiscal regional Oriente, a lo que Piñera contestó: “La otra parte de los activos de las sociedades en que yo y mi familia participábamos quedaron bajo la administración de un equipo profesional independiente y bajo la supervisión de los respectivos directores y consejos”.
Y precisó: «La otra parte del patrimonio que quedó bajo el equipo profesional, llegó con las siguientes instrucciones: que todas las inversiones debían ser de carácter pasivo y no controladoras y segundo que las inversiones debían ser lo más diversificadas posibles y que podrían realizarse tanto en Chile, como en el extranjero”.
El persecutor interrogó a Piñera sobre la forma en que se conformaba ese equipo de profesionales que administraban esas empresas y sus inversiones.
“El equipo profesional al que he hecho referencia lo lideraba Nicolás Noguera como gerente general y estaba constituido por un equipo de profesionales que fue variando en el tiempo, puesto que una de las cosas que más se incentivaban en las empresas era que sus ejecutivos jóvenes realizarán estudios de postgrado fuera de Chile y así fue que ocurrió con varios de ellos. En consecuencia, ese equipo de profesionales tomaba las decisiones de inversión en forma autónoma sujetos a las instrucciones generales a los cuales hice alusión. Con respecto a quienes participaban en la administración de los fideicomisos ciegos, esas eran decisiones que ellos tomaban autónomamente y en reserva sin que yo lo supiera, como tampoco nadie de mi familia, ni de las empresas. El mandato era una institución y no una persona en particular. Existió una suerte de consejo que supervisaba la marcha de las empresas en términos generales con especial énfasis en que se cumpliera estrictamente la normativa legal, pero no participaba en las decisiones de inversión responsabilidad que recayó exclusivamente en el equipo profesional que encabezaba Nicolás Noguera. Ese consejo lo integraron entre otras personas José Cox y Fernando Barros, quienes incluso eran directores de alguna de las empresas, consejo que se reunía trimestralmente”, declaró el ex Presidente.