Convocar a un millón de electores, ganar a Ossandón y Kast con al menos un 70% de los votos y superar con creces la participación que alcance el Frente Amplio son parte de los factores que determinarán el triunfo o la derrota del ex Mandatario en las elecciones de este domingo. Su respaldo en las encuestas anticipan que será el abanderado de Chile Vamos, sin embargo, su figura de ex Jefe de Estado no puede verse afectada por una baja convocatoria y por un estrecho margen frente a sus contendores.
Nerviosismo, incertidumbre y cansancio. Las sensaciones aparecen con fuerza por estos días entre los miembros del comando del ex Presidente Sebastián Piñera.
A 48 horas de que se realicen las primarias legales para zanjar al abanderado presidencial de Chile Vamos y el Frente Amplio, en el equipo del ex Mandatario aseguran que se ha generado un ambiente de nerviosismo e incertidumbre en torno a la principal preocupación que ronda entre los rincones de la sede de Enrique Foster 356: la participación que tendrá el bloque de Chile Vamos en los comicios de este domingo y cuánto será el respaldo que alcanzará el ex Presidente.
Por lo mismo, el cansancio abunda entre los miembros del comando. Asesores, parlamentarios, alcaldes y concejales del bloque se han desplegado con todas sus fuerzas haciendo llamados e invitando a la ciudadanía a participar de las primarias.
Porque, si bien el respaldo en las encuestas anticipa que Piñera casi con seguridad será el candidato único del bloque Chile Vamos, los números que lo llevarán a pelear en la primera vuelta de noviembre aparecen como factores clave al momento de hablar de un triunfo o derrota del ex gobernante en esta pasada.
En esta línea, las metas no son menores: en primer lugar, en el equipo de Piñera se pusieron como principal objetivo superar el electorado que se logró en la primaria de 2013. En esa época se enfrentaron el actual senador RN Andrés Allamand y el ex ministro de Economía Pablo Longueira. Ambos alcanzaron los ochocientos mil votos. Así, en el equipo y en los partidos que respaldan a Piñera –RN, UDI y PRI– aseguran que lograr esa cifra o superarla se traduciría en un triunfo para el ex Jefe de Estado, aun cuando el mismo abanderado haya asegurado públicamente que espera llegar al millón de votantes.
La cifra que entregó el ex Presidente, por el contrario, es vista con preocupación por quienes lo respaldan. Se trata de un número que para varios fue “extremadamente ambicioso”. En la derecha reconocen que el votante duro del bloque “es flojo” y, en medio de un escenario de sufragio voluntario, se hace aún más compleja su participación. Además, explican que se trata de una primaria, un hecho político que describen como relativamente nuevo para el país y al cual la ciudadanía no está del todo acostumbrada.
La propia ex Primera Dama, Cecilia Morel, de hecho, el jueves, en medio de una entrevista en Radio T13, aseguró que una de sus preocupaciones es que “no hemos internalizado la cultura de primarias” para elegir al abanderado presidencial. “La derecha está en desventaja porque, a diferencia de la izquierda, es mucho más inconsciente de la importancia del proceso de primarias”, asegura en la misma línea la presidenta del PRI, Alejandra Bravo.
El excesivo triunfalismo, además, también podría jugar una mala pasada. “Todos dan por asegurado que Piñera gana y eso puede generar que la gente, aunque lo apoye, no vaya a votar”, comentan en Chile Vamos.
A estos factores se suma el triunfo de la Selección Chilena del miércoles pasado ante Portugal. La Roja pasó a la final de la Copa Confederaciones y el partido será a las 14:00 horas del mismo 2 de julio. “Si hubiese sido a las ocho de la mañana, era fatal, pero es a las dos de la tarde. Apostamos a que la gente vote en la mañana y luego disfrute el partido”, dice un miembro del comando de Piñera.
“Así como vamos a celebrar a la Roja, también celebremos el triunfo de Sebastián Piñera”, comentaba la ex Primera Dama, en medio del despliegue que ha realizado, incentivando la participación para este domingo.
[cita tipo=»destaque»]En el comando incluso aseguran que una de las razones por las que el ex Presidente no quería participar de algún debate era precisamente para no verse expuesto a tener que, de manera inevitable, responder a los ataques que Ossandón y Kast realizarían. Cercanos a Piñera comentan que el ex Mandatario, como buen economista, sacaba cálculos y afirmaba que, en medio de los debates, sería el único que no ganaría: conocimiento no necesitaba, por su figura de ex Mandatario, y, por el contrario, su imagen se vería disminuida al tener que “pelear” y defender su antiguo mandato, alejándose de ser un referente que representa la unidad del conglomerado.[/cita]
Y si bien el partido del domingo aparece como un enemigo para la participación, la verdad es que para muchos también se puede convertir en un aliado: comunicacionalmente hablando, y en caso de que la participación de la primaria sea extremadamente baja, es decir, menos de setecientos mil votantes para Chile Vamos, la final de la Copa Confederaciones aparece como una excelente excusa para justificar la baja adhesión de la convocatoria. Voto voluntario en medio de un partido histórico para la selección chilena, es el peor escenario para una elección, podrían decir en el comando.
En el comando de Piñera esperan que se vote hasta las 13:30 horas del domingo, luego, explican, la gente ira a ver el partido y, pierda o gane Chile, el entusiasmo por participar de la primaria caerá.
Sin embargo, independientemente de los distintos factores que puedan afectar la participación, en concreto, en Chile Vamos apuntan a que si esta es menor a los ochocientos mil votos, será un duro golpe para la figura de Piñera en su calidad de ex Presidente.
Lo mismo sucederá si no es capaz de ganar la primaria con al menos un 70% de los sufragios. El análisis apunta a que, si Piñera derrota con el 50% o un estrecho margen a sus contenedores –el senador ex RN, Manuel José Ossandón, y el diputado de Evópoli, Felipe Kast– su imagen pública y política se vería cuestionada al haber derrotado, con un bajo apoyo, a dos parlamentarios que no gozan de la amplia ventaja que tiene el haber sido un ex Presidente: cargo que entrega liderazgo en el conglomerado y conocimiento a nivel nacional.
El propio Piñera ha tomado conciencia de la necesidad de levantar su figura y el miércoles, en su cuenta de Twitter, escribió: “Objetivo primarias @Chile_Vamos es elegir y potenciar candidato único CHV q competirá en nov con NM. No elegir al 2 o 3. Por eso a votar A1” (sic).
En el comando incluso aseguran que una de las razones por las que el ex Presidente no quería participar de algún debate era precisamente para no verse expuesto a tener que, de manera inevitable, responder a los ataques que Ossandón y Kast realizarían. Cercanos a Piñera comentan que el ex Mandatario, como buen economista, sacaba cálculos y afirmaba que, en medio de los debates, sería el único que no ganaría: conocimiento no necesitaba, por su figura de ex Mandatario, y, por el contrario, su imagen se vería disminuida al tener que “pelear” y defender su antiguo mandato, alejándose de ser un referente que representa la unidad del conglomerado.
Estas razones llevaron a que en el equipo de Piñera se sentenciara que el debate fue una mala pasada. Se trató, dicen, “de una dinámica sin altura de miras” y se vio a un Piñera incómodo, nervioso, con actitud de candidato, lejos de ser un ex Jefe de Estado que desea volver a La Moneda.
Esta misma figura de ex Mandatario es la que genera que en el equipo de Piñera esté la expectativa de alcanzar muchos más votos que el Frente Amplio.
En el Chile Vamos apuntan a diferenciarse en mucho más que 200 mil votos del Frente Amplio; tener esa cifra o menos, por el contrario, sería una derrota. Explican que el bloque de izquierda es un nuevo conglomerado con dos precandidatos –la periodista Beatriz Sánchez y el sociólogo Alberto Mayol– que nunca han ocupado cargos públicos y que poseen un bajo conocimiento a nivel nacional. En conclusión, tener pocos sufragios de diferencia dejaría mal posicionado a Chile Vamos, compuesto por partidos históricos como RN y la UDI y donde uno de sus contendores es precisamente un ex Presidente de la República.
Señalan, también, que la cantidad de alcaldes, concejales y parlamentarios que posee Chile Vamos es incomparable con el Frente Amplio, obteniendo automáticamente una maquinaria política mucho más fuerte para atraer votos.
En este sentido, en el comando de Piñera manifiestan que no arrasar en las comunas donde Chile Vamos posee alcaldes sería un verdadero fracaso. En este cuadro señalan que se debe tener un logro importante en sectores como Ñuñoa, Colina, La Florida, Maipú, Rancagua, Talca, Linares o Temuco. Municipios que, según explican en el equipo de Piñera, cuentan con un electorado más heterogéneo, es decir, no son históricamente de derecha, pero al tener un alcalde del sector deberían entregar una cantidad importante de votos al ex Mandatario. “Hay un peso que se justifica en estas comunas, porque los alcaldes son capaces de convocar y se debería tener al menos un 20% del electorado”, indica un dirigente de Chile Vamos, quien agrega que está de más decir que el apoyo que se espera en comunas reconocidas de derecha, como Las Condes, La Reina o Lo Barnechea y Vitacura, es ampliamente superior.
En concreto, en el comando de Piñera están conscientes de que son varios los factores que amenazan al ex Mandatario. Si bien es el favorito de las encuestas, sus cifras no superan el 25% de respaldo y, al ser un ex Presidente, apuesta un capital político mucho más caro que cualquiera de sus contendores, sea de Chile Vamos o el Frente Amplio. Piñera, dicen quienes trabajan con él, debe mantener y aumentar su liderazgo, para ello debería ganar “mirando para atrás”, con holgura y tranquilidad.
Cualquier otro escenario, solo será un costo para la posible campaña que tendrá que hacer de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de este año.