Publicidad
El imperio del Rey Arturo Las claves tras el éxito financiero del futbolista

El imperio del Rey Arturo

Publicidad

El mediocampista de la selección y el Bayern Munich ha estado en la prensa últimamente por razones extrafutbolísticas y algunos medios fuera de Chile han hablado directamente de alcoholismo. Pero esa imagen de vida disipada, que muchos explotaron luego de la derrota en las clasificatorias a Rusia, contrasta radicalmente con su realidad en el mundo de los negocios, donde ha demostrado tener tanta habilidad como con la pelota en los pies.


Es cierto que José Sulantay conoce bien a Arturo Vidal. Al menos como futbolista. El técnico lo entrenó en la selección chilena sub-20 que consiguió el tercer lugar en el Mundial de Canadá, y que es la base del equipo bicampeón de América. Ahora que Chile no va a Rusia, Sulantay fue de los que salió a explicar la derrota y la semana pasada, con total convicción, dijo “Arturo Vidal es tan poco inteligente que en 10 años será pobre”.

A pesar de que los incidentes como chocar su Ferrari 458 con 1,2 gramos de alcohol en la sangre en 2015, o los desórdenes en el casino Monticello, en los que aseguró no estar involucrado, alimentan comentarios negativos sobre un supuesto estilo de vida disipado, en los negocios no hay desorden. Y cuesta pensar que pueda ocurrir lo que anticipó Sulantay.

Desde que llegó a la Bundesliga de Alemania hace 10 años, como refuerzo del Bayern Leverkusen, luego en la Juventus de Turín y actualmente en el Bayern Munich, Arturo Vidal, a los 30 años, ha acumulado ingresos por unos US$40 millones. Actualmente tiene contrato con el equipo alemán hasta el 2019 y gana un sueldo anual de US$17 millones, que podría llegar a los US$19 millones si el Bayern logra renovar hasta el 2021 y el futbolista no cede a la oferta que tendría del Arsenal – según publicaron ayer los medios ingleses– para reemplazar al alemán Mezut Ozil y, con su presencia, intentar retener a Alexis Sánchez en la escuadra londinense.

Claro que, en Inglaterra, los impuestos a los sueldos altos como el de un futbolista de la Premier League significan el 50% del total. En Alemania es un poco menos, con un 43% del sueldo. Por eso, el monto líquido es de unos 7 millones trescientos mil dólares por temporada. Y solo por este concepto, sin contar los contratos por publicidad y auspicios que pueden sumar otro millón al año.

El tío de confianza

Mientras otros futbolistas chilenos con un nivel similar de ingresos se apoyan en familiares o en Fernando Felicevich, el representante argentino de jugadores como Gary Medel, Alexis Sánchez, Claudio Bravo y el propio Vidal, en el caso del “Rey Arturo” sus negocios están divididos en varios frentes: financiero, inmobiliario, caballos y el club de 20 mil metros cuadrados que compró en 2014 en Colina, a la mitad del precio en que lo tasaba el banco, según él mismo dijo en marzo de 2015.

El Club Chicureo, con sus modernas instalaciones, duplicó rápidamente sus ingresos, gracias en buena medida a la noticia de que Vidal entró en la propiedad. En total, sus activos se calculan en unos US$10 millones. En la compra del recinto lo asesoró Gonzalo Santelices, que ayudó a Iván Zamorano a implementar su Ciudad Deportiva. Pero una persona clave en los negocios de Vidal, particularmente en lo que respecta a contratos y decisiones financieras, es su tío Carlos Albornoz Pardo.

Vidal le dice tío aunque, en rigor, sus madres, Ana Luisa Pardo y Jaqueline Pardo –mamá del futbolista–, son primas hermanas. Hijas de Luis y Arturo Pardo, respectivamente. El detalle del árbol familiar es importante para entender cómo maneja Vidal sus asuntos financieros.

Carlos Albornoz vivía en una casa colindante con la de Vidal, en la población El Huasco, en San Joaquín, paradero 14 de Santa Rosa. Ellos fueron de los primeros habitantes que llegaron a esos terrenos, asignados a funcionarios de la Municipalidad de San Miguel, para que hicieran sus casas hace 50 años. Como se sabe, Jaqueline Pardo se hizo cargo sola de Vidal y sus hermanos, luego del temprano y prolongado abandono del padre del futbolista, que solo reapareció en 2012. En ese contexto, Carlos Albornoz, mayor que Vidal por diez años, representó el cable a tierra del jugador en los negocios.

[cita tipo=»destaque»]El negocio donde Vidal se ha visto más involucrado personalmente es la hípica. Antes del fútbol, el niño de la población quería ser criador de caballos, pero su talento con la pelota era evidente y, para suerte de los aficionados, se decidió por la carrera en que destaca como uno de los mejores del mundo. Pero su pasión por los caballos nunca se ha ido y es otra muestra de su talento en los negocios. El stud Alvidal, de su propiedad, tiene unos 50 caballos. Y lejos el mejor negocio ha sido la compra que le hizo en 2013 al empresario Pedro Hurtado Vicuña, ligado a la propiedad de Entel, empresa con la que Vidal tuvo un contrato publicitario.[/cita]

A pulso, Albornoz logró vencer el cerco de la mala educación a la que estaban condenados muchos estudiantes de su barrio y entró a la universidad. Se graduó de sicólogo en la Universidad Católica de Valparaíso y luego, con muy poco inglés, fue a Estados Unidos buscando la manera de seguir estudiando, hasta que fue aceptado en Florida International University, donde cursó un MBA y un doctorado en Recursos Humanos. Hoy es profesor en la Facultad de Economía de la Universidad del Desarrollo. Cuando Vidal firmó por el Leverkusen, hace 10 años, Albornoz viajó desde Miami para ayudarlo con el contrato. Gran parte de las ganancias de Vidal en su carrera deportiva están invertidas en distintos instrumentos financieros, principalmente en Estados Unidos y Europa.

En Chile suma 20 propiedades entre terrenos en distintas comunas de Santiago, donde planea proyectos inmobiliarios, como el Club Chicureo, por el que pagó US$4 millones y donde es socio con los hermanos Carlos y Víctor Albornoz, y la escuela de fútbol en un terreno que tenía en Maipú, además de algunos departamentos que arrienda, principalmente en la zona centro de la capital. Vidal recibe mensualmente de las personas que manejan su patrimonio una suma que cubre sus gastos. Vive en una mansión en el exclusivo barrio de Grunwald en Munich junto a sus tres hijos y su esposa Teresa Matus. Mientras que su madre dejó la casa en San Joaquín para instalarse en otra en Peñalolén.

El negocio purasangre

El negocio donde Vidal se ha visto más involucrado personalmente es la hípica. Antes del fútbol, el niño de la población quería ser criador de caballos, pero su talento con la pelota era evidente y, para suerte de los aficionados, se decidió por la carrera en que destaca como uno de los mejores del mundo. Pero su pasión por los caballos nunca se ha ido y es otra muestra de su talento en los negocios. El stud Alvidal, de su propiedad, tiene unos 50 caballos. Y lejos el mejor negocio ha sido la compra que le hizo en 2013 al empresario Pedro Hurtado Vicuña, ligado a la propiedad de Entel, empresa con la que Vidal tuvo un contrato publicitario.

Hurtado Vicuña es dueño del Haras Paso Nevado, ubicado en la precordillera de la Séptima Región. En un remate ese año, Vidal compró a Global Cat, hijo de un famoso semental purasangre, Scat Daddy. El primo de Vidal, Carlos Aliaga, contó que la “química” entre el caballo y el futbolista fue singular. “El caballo le hizo gestos, levantó las patas e incluso le puso un mordisco a Arturo cuando se le acercó”, contó Aliaga en febrero de 2015 a El Dínamo.

Vidal compró el caballo de 2 años en 55 millones de pesos. Al año siguiente, 2014, el caballo ganó 8 de 10 carreras disputadas, incluyendo El Ensayo y el Derby, dos de las tres pruebas que componen la “triple corona”, los grand slams de la hípica nacional. Solo en premios, el caballo, rebautizado como Il Campione, superó los 100 millones de pesos y, como en el fútbol, las ofertas del extranjero no se hicieron esperar. El ejemplar fue vendido en Estados Unidos, en el verano de 2015, por US$2 millones. Negocio redondo. Aunque un problema respiratorio hizo que el ejemplar solo corriera una vez y debiera retirarse de las pistas para ir a servir como potro en un criadero argentino.

De cualquier manera, la relación entre Arturo Vidal y el haras de Pedro Hurtado sigue vigente. También en 2015, le compró cinco caballos, que sumaron $ 329 millones. El más caro fue Galiciano, que costó $155 millones, por ser hermano de Il Campione. Vidal rebautizó a Galiciano como Campeón de América.

También en 2013 Vidal concretó la compra de Majestic Dream al haras de los hermanos Abumohor, uno de ellos Ricardo, vinculado al fútbol como ex presidente de la ANFP y hoy a la cabeza del club O’Higgins de Rancagua.

Pero, como otros dueños de caballos, uno de los ejemplares de Vidal, Sonno Bianconero, fue uno de los purasangre que dio dopping positivo, en un escándalo que sacudió al mundo de la hípica a comienzos de este año. Asimismo, su histórico preparador de caballos, Sergio Inda, fue suspendido por diez años. Cercanos al jugador dicen que ya no trabaja con él. Igual que un staff de al menos diez integrantes, entre asesores y abogados, que han ido rotando hasta quedar en solo dos personas de su círculo más íntimo, además de Albornoz, quien en la práctica es su consultor más escuchado.

Otro de los negocios al que Vidal está ligado es uno que maneja su suegro Carlos Matus, el arriendo de limusinas para eventos. Su “imperio” se divide en varias sociedades: Vidal y Vidal SpA, Arvid Ltda., Vimat SpA y Haras Il Campione SpA, además de Inversiones Vidal. Todas ellas forman un colchón gracias al cual, difícilmente, Arturo Vidal vuelva a ser pobre.

Publicidad

Tendencias