«Las vejaciones proyectadas hasta el presente fueron provocadas por agentes del Estado, por lo que le corresponde al mismo indemnizar por ese daño que, en este caso, es fundamentalmente de carácter moral», sostuvo el abogado demandante, Héctor Salazar.
La familia de Carmen Gloria Quintana, quien fue quemada en 1986 por militares en una protesta contra la dictadura de Augusto Pinochet, demandó al Estado de Chile por daño moral, informaron hoy fuentes judiciales.
Los padres, tres hijas y seis hermanos de Quintana exigen al Estado una indemnización por $1.950 millones, por los perjuicios causados a ellos y a Carmen Gloria, quien resultó con su rostro desfigurado y debió someterse a varias intervenciones debido a la gravedad de las heridas.
Los parientes además expusieron en un informe «la indignación» que todavía sienten por la ausencia de justicia en este caso de violación a los derechos humanos, tras 31 años de ocurrido.
«El delito que sufrió Carmen Gloria, sin perjuicio de las graves consecuencias que tuvo para ella, afectó a todo su entorno familiar», señaló a la prensa el abogado demandante, Héctor Salazar.
En ese sentido, hizo hincapié en que estas vejaciones «proyectadas hasta el presente» fueron provocadas por agentes del Estado, por lo que le corresponde al mismo «indemnizar por ese daño que, en este caso, es fundamentalmente de carácter moral», dijo.
Los alegatos fueron presentados esta semana ante el juez especial para casos de derechos humanos Mario Carroza, quien lleva adelante el llamado «Caso Quemados», por el cual imputó a 13 militares retirados por el homicidio calificado en grado frustrado de Quintana y el homicidio calificado de Rodrigo Rojas de Negri.
Quintana y Rojas de Negri, fotógrafo de una agencia internacional, fueron detenidos el 2 de julio de 1986 por uniformados que cumplían labores de patrulla en el marco de una protesta nacional contra el régimen, en Santiago.
Los entonces jóvenes fueron golpeados y amenazados con armas de fuego por los militares, quienes después los rociaron con gasolina y quemaron vivos, de acuerdo al fallo judicial.
Los miembros del Ejército arrojaron luego a las víctimas a una zanja junto a un camino rural, a las afueras de Santiago, de la cual estas lograron salir horas después y pedir ayuda.
Rojas de Negri falleció 96 horas después, por las graves quemaduras que había sufrido.
El llamado «Caso Quemados», motivó por su crueldad protestas contra la dictadura a nivel nacional y en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, donde residía el fotógrafo asesinado.