«No necesito que nadie venga a pedirme la renuncia, menos por la prensa y lejos de la institucionalidad del partido. Yo a diferencia de otros asumo y asumiré siempre mis responsabilidades», dijo, pocas horas después de un punto de prensa de Gabriel Silber y Ximena Rincón, que fue interpretado por algunos sectores como una suerte de «vendetta». [Actualizada]
La derrotada candidata presidencial Carolina Goic renunció esta tarde a la presidencia de la Democracia Cristiana después de los magros resultados del partido tanto en la elección presidencial como en las parlamentarias del domingo último, y principalmente después que un sector de la disidencia, encabezado por Ximena Rincón y Gabriel Silber, solicitara abiertamente su salida y también que se tomara la decisión de respaldar la candidatura presidencial del representante de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, de cara a la segunda vuelta del próximo 17 de diciembre.
La senadora por Magallanes hizo el anuncio en la sede de la tienda en el centro de la capital, hasta donde llegó para participar en el Consejo Nacional de la Democracia Cristiana, oportunidad en la que dio lectura a una carta en la que comunicó su decisión.
«Con la más profunda responsabilidad ética es que en este momento procedo a renunciar a mi cargo de presidenta del partido, porque es lo que corresponde y porque durante toda mi trayectoria política he actuado con decencia y de frente. No necesito que nadie venga a pedirme la renuncia, menos por la prensa y lejos de la institucionalidad del partido. Yo a diferencia de otros asumo y asumiré siempre mis responsabilidades», dijo pocos minutos después de sumarse a la instancia partidaria, y de la que se retiró inmediatamente después de dar lectura a la misiva.
Agregó que «es claro que existe un descontento en la ciudadanía, la gente quiere un cambio y ello ha sido capitalizado por el Frente Amplio. También es claro que se mantiene el desencanto y molestia con los partidos políticos. Y por cierto que como Democracia Cristiana no solo no hemos sido capaces -a pesar de todos los esfuerzos y propuestas que planteamos-, de representar adecuadamente el anhelo de la ciudadanía, sino que además, hemos sido castigados por nuestra propia falta de unidad».
Para Goic la DC debe hacerse una fuerte autocrítica. «Estamos en un proceso que, de no modificarse, nos llevará a la auto destrucción, un proceso donde no habrá ganadores… aunque algunos puedan sentir que han ganado una pequeña batalla».
Sobre la candidatura de Guillier, precisó que a él el electorado le entregó «la responsabilidad de liderar el proyecto progresista que deberá confrontar, en unas semanas, en la segunda vuelta presidencial, a la opción de derecha representada por Sebastián Piñera» y que están sobre la mesa todas las propuestas programáticas de su candidatura «para ser tomadas. Son propuestas serias y solventes técnicamente. Hoy es Alejandro Guillier quien debe liderar la tarea que se le ha encomendado. Será responsabilidad de él como candidato tomarlas, si lo estima pertinente, y conducir este proceso con todos aquellos que queremos seguir avanzando en el desarrollo que requiere nuestro país».
Durante la mañana el diputado Gabruiel Silber, acompañado de la recién electa senadora por El Maule, Ximena Rincón, pidieron públicamente la renuncia de Goic a la presidencia de la DC, un punto de prensa que generó ruido y molestia interna en la falange, porque en la misma palestra estaba sentado el diputado Ricardo Rincón, a quien la mesa directiva bloqueó de postular nuevamente al Congreso por la acusación de violencia intrafamilar en su contra. «Fue una fea forma de cobrarse la factura», precisó una autoridad de gobierno DC.
En el partido dijeron que incluso en el seno de la propia disidencia no todos comulgaron con la movida de Silber, que había sido un error y más aún, sumarse a la vendetta de los Rincón.
«Goic es hija del rigor y con esta decisión ha demostrado que aún tiene la capacidad de tener cierto manejo político al interior de la DC. Esto es claramente una respuesta a la torpeza de Rincón y Silber», aseguran desde el sector más moderado de la falange.
Silber había manifestado que «esta es la peor derrota política de la DC en décadas y acá hubo una conducción política buscando un voto inexistente. Nuestro electorado nos dio la espalda y nos castigó en las urnas, somos un partido más chico y eso habla de las decisiones editoriales que se tomaron al interior de la campaña. Ese amarillismo político han generado este impacto electoral. Nosotros entendemos que hay que asumir las responsabilidades por un tema ético: Esta conducción política no puede continuar al mando de la DC».
«Hay que decirlo con mucha claridad: no vamos a pisar el palito de aquellos que quieren enredarnos en la discusión interna y poner condiciones a una candidatura cuando lo que espera hoy día Chile de la DC es que se sume a este gran proyecto colectivo», declaró Silber, quien fue increpado por algunos militantes que le gritaron «traidor».
En tanto, el ex diputado y ex timonel falangista Gutenberg Martínez, se retiró del Consejo Nacional una vez que Goic renunció a la presidencia. Lo hizo, dijo, como un gesto «mínimo» hacia ella, y vaticinó que al quedar acéfala, la colectividad «desgraciadamente va a tener un lindo espectáculo durante esta semana de definición nacional o semanas de definicones importantes para el país».
«Creo que ella, como lo he dicho, representa el máximo liderazgo en la DC, cuenta con el apoyo mayoritario de las bases, se han realizado declaraciones que rompen la fraternidad dentro del partido y creo que es inmerecido lo que se ha hecho en el día de hoy en contra de ella y por lo tanto una forma de ejercer mi solidaridad es retirarme del Consejo de hoy».
Sobre quien la reemplazará en el cargo afirmó que «de acuerdo a la ley y a los estatutos esto es un lío, genera una crisis, porque el único modo de reemplazar internamente es a través de elecciones universales».
Finalmente, Martínez no ve tan fácil que se adopte un acuerdo para respaldar en la segunda vuelta a Guillier.
«La Nueva Mayoría, por definición de la Nueva Mayoría y por acuerdo de nuestro partido, termina con el gobierno de la Presidenta Bachelet, por lo tanto la regeneración de algún tipo de acuerdo político requiere generar un acuerdo político nuevo para los nuevos tiempos, y eso tendrá que definirse, tendrá que discutirse dentro del partido y también dentro de los otros partidos si hay el ánimo de así hacerlo, pero el acuerdo de la nueva Mayoría empieza y termina durante el gobierno de la Presidenta Bachelet».