Un banco extranjero con un intermediario local administrará el patrimonio que tiene el presidente electo en el exterior, mientras que otros bancos locales gestionarán la parte doméstica de los activos de su familia, dijeron fuentes citadas por Bloomberg.
El presidente electo, Sebastián Piñera, designará a los bancos que administrarán su patrimonio en un fideicomiso ciego antes del inicio de su segundo gobierno el 11 de marzo.
La información la dio a conocer Bloomberg, citando versiones de “personas con conocimiento directo del tema”.
Un banco extranjero con un intermediario local administrará el patrimonio que tiene Piñera en el exterior, mientras que otros bancos locales gestionarán la parte doméstica de los activos de su familia, dijeron las fuentes que optaron por mantener sus nombres en reserva porque las discusiones sobre esta materia no son públicas.
Bloomberg estimó el patrimonio de Piñera en US$2.300 millones. El presidente electo tiene 90 días después de asumir el cargo para poner gran parte de ese dinero en un fideicomiso ciego.
La agencia internacional recordó que Piñera, de 68 años, hizo un compromiso de ir “más allá de la ley» durante su segundo período como presidente, al colocar no solo el patrimonio que tiene su familia en el país, sino que también el que tiene él en el extranjero, en un fideicomiso ciego. La única parte que seguirá bajo el control directo de su familia son los activos de sus cuatro hijos en el extranjero.
Durante su primer período, desde 2010 a 2014, puso sus fondos locales en un fideicomiso ciego, pese a que no era obligatorio, para abordar preocupaciones sobre posibles conflictos de interés.
Ahora, más de 15 bancos han presentado ofertas para administrar el fideicomiso ciego, aseguran los cercanos al asunto. El monto de dinero que gestionará cada banco aún no se ha determinado, agregaron.
La oficina de prensa de Piñera declinó este jueves referirse a este tema.
Durante su primer período presidencial, Piñera colocó US$ 400 millones en un fideicomiso ciego administrado por Banco BICE SA, LarrainVial SA, Moneda Asset Management SA y Celfin Capital SA, que después fue adquirido por BTG Pactual de Brasil.
Piñera vendió una participación en Lan Airlines, la mayor aerolínea de América Latina por valor de mercado, en 2010 al inicio de su primera administración, junto con participaciones en la sociedad Blanco y Negro, y el canal Chilevisión.
En marzo del año pasado el diputado de la UDI Jaime Bellolio ya había advertido la necesidad de que Piñera incluyera en este nuevo fideicomiso los fondos que poseía en el extranjero. «El fideicomiso ciego debe hacerse no para darle el gusto a la izquierda, sino por una cuestión de sentido común y para darles tranquilidad a los propios» dijo en esa oportunidad el parlamentario, cuando Piñera se perfilaba como el más seguro candidato presidencial de la derecha.
Bellolio quería así adelantarse al problema comunicacional que significaba no anticiparse a los hechos. De no hacerlo, advirtió, “le estaríamos entregando en bandeja a los otros para que ocuparan eso como una herramienta permanente y nos nos dejarán hablar de las cosas que sí queremos hablar».
Los dichos de Bellolio estaban relacionados con un antecedente anterior: las declaraciones que hace exactamente un año, el 11 de enero de 2017, formuló el superintendente de Valores, Carlos Pavez, durante su participación en la comisión investigadora de la Cámara de Diputados por el denominado caso Bancard, y en las que aseguró que el fideicomiso ciego que Piñera presentó al inicio de su primer gobierno no tenía validez, por cuanto contradecía la legislación vigente.
«El intermediario que está a cargo como mandatario de esa cartera de inversiones y que puede tomar decisiones de inversión, bajo esa figura, tiene que reportarle (al mandante) y el mandante tiene derecho a saber en detalle cuáles han sido todas las operaciones que se han realizado», lo cual «puede contemplar tanto inversiones en valores de oferta pública chilenos como en el extranjero», dijo Pavez en esa oportunidad.
Asimismo, negó que hubiera alguna confusión en esta materia. “No hay confusión, una vez que tuvimos conocimiento de que se habían constituido estos mandatos con estas características y por disponer tanto la ley como esta circular esta obligación de información hacia el mandante, es que pedimos información a las entidades que habían participado para hacerles ver y observarles que esa era una cláusula que estaba alejada de las disposiciones regulatorias».
En esa oportunidad el diputado Fuad Chaín (DC), quien integró la instancia legislativa, señaló con ironía que “el denominado fideicomiso ciego que Sebastián Piñera argumentaba que no tenía como saber que ocurría con sus inversiones, no era ciego ni tuerto, sino que gozaba de una excelente vista».
Dos días después Piñera salió a responderle al superintendente, asegurando que «la ley de la época no permitía que el fideicomiso fuera sin ninguna capacidad del mandante de pedir información, pero el objetivo nuestro es que fuera sin información, y para compatibilizar las dos cosas y a requerimiento de la propia superintendencia, se estableció un mecanismo que fue conocido por la superintendencia y aprobado por la superintendencia, en el que las empresas renunciaban a su derecho a pedir información y ese derecho se lo entregaba a un tercero distinto, pero como ese tercero nunca fue designado por parte de las empresas el fideicomiso fue total y absolutamente ciego».
Y también aseveró que «eso lo sabe el superintendente, y él debiera hablar con mayor claridad en esta materia».
Bloomberg ya había informado en abril del año que Sebastián Piñera estaba contactando a bancos extranjeros para administrar parte de su fortuna de US$2.300 millones si, tal como ocurrió, ganaba las elecciones presidenciales. Lo anterior, para utilizar un fideicomiso ciego para ayudar a calmar las preocupaciones por posibles conflictos de interés.