En diálogo con Federico Joannon y Mirko Macari en un nuevo episodio de La Semana Política, el abogado y ex embajador chileno en el Vaticano, Pablo Cabrera, desmenuzó la visita del Papa Francisco al país, tocando los temas principales: Obispo Barros, Bolivia y los abusos.
El ex embajador de Chile en el Vaticano, Pablo Cabrera, estuvo de invitado en un nuevo capítulo de La Semana Política de El Mostrador para hablar de la visita que el Papa Francisco realiza en Chile, y que lo tuvo en Santiago y lo tendrá en Temuco e Iquique. Junto a Federico Joannon y Mirko Macari abordaron todos los tópicos de su estadía.
De partida, explicó que el Papa Francisco no es de izquierda o derecha, en base al efusivo saludo que le hizo a Ricardo Lagos por sobre Sebastián Piñera, sino que es latinoamericano: «Yo diría que hay que destacarlo como un Papa latinoamericano. ¿Cuál ha sido la contribución de la Iglesia en América? Hay que recordar que era considerada un estado más dentro de los otros estados. Nadie puede pensar que la Iglesia no ha tenido contribución en la identidad latinoamericana».
El primer tema polémico fue la presencia del Obispo Juan Barros en la misa efectuada en el Parque O’Higgins y el silencio que ha tenido Francisco durante su visita. Para Cabrera, al Papa no se le ha olvidado la situación: «Al Papa no se le ha pasado lo del Obispo Barros. La Iglesia no es un equipo de fútbol, no es una institución cualquiera. La Iglesia se tiene que regir por normas. Él no se puede restar», indico, agregando que no hay que culpar al Sumo Pontífice de no condenar a su par: «Yo encuentro un poquito exagerado, tanto de la Iglesia como quienes analizan los casos, de cargarle la mano al Papa. Hay que entender que el Papa le entregó un mandato, y se restó de ese primo entre pares, los obispos. Ellos se hacen cargo, por eso hay que crear nuevas visiones, alzar la mirada, y decirle a la Iglesia chilena ‘usted se hace cargo'».
«Me hace ruido, pero no le cargaría la mano al Papa. La Iglesia tiene muy clara las polémicas, porque la Iglesia local informa. El Vaticano o el Papa prepara sus discursos sabiendo dónde los dice. No es lo mismo hablar en La Moneda porque ahí habla con jefes de estado, que en la Catedral. Yo creo que él había dicho todo lo que tenía que decir, como jefe de estado y pastor», puntualizó.
Sobre el rumor de que el Papa se había juntado con algunas de las víctimas de abusos por parte de la Iglesia – algo que no estaba en los planes iniciales de Francisco en Chile – explicó, con ciertas dudas, su parecer: «No lo sé, pero creo que las agendas no son tan rígidas, tienen que tener un grado de flexibilidad. A lo mejor el Papa no bastó para cierta prensa o la ciudadanía. A lo mejor fue de último momento. Acá hay temas de la confidencialidad y del valor de la democracia. Yo creo que lo confidencial y lo secreto sigue existiendo, incluida en la democracia, pero cuando se toma una decisión debe ser pública. A lo mejor la gente que le contó su situación dramática al Papa pidió el anonimato».
La última de sus paradas en Chile es Iquique, la ciudad más cercana a Bolivia, otro tema que tocaron en el programa: «Yo soy minoría con los que opinan de que el Papa en Bolivia se equivocó rotundamente. Un Papa que ha participado en el tema de Cuba, para apaciguar el conflicto de las FARC, en Venezuela y el Medio Oriente, siento latinoamericano, es raro que no diga algo relacionado con la paz en América Latina», argumentó Cabrera, indicando que cuando dijo la polémica frase, la improvisó: «No lo tenía escrito, cuando habló dijo ‘cuando pienso en esto, pienso en el diálogo, en el mar’. En Iquique probablemente no diga nada del mar, pero sí del diálogo».
El ex embajador tocó el tema de cómo se gestó la visita de Francisco a Chile, considerando que el país no estaba considerado en el viaje inicialmente. «Eso habla bien del Vaticano y también habla bien de Chile. En Chile siempre se pensó que iba a hacer una visita al cono sur, Argentina, Chile y Uruguay. Esto fue cambiando porque el Papa no quiere ir a Argentina. Es muy admirador de Pablo VI, quien siendo papa nunca volvió a su hogar. Hubo mucho ruido de sus anteriores visitas de que no viniera a Chile. Hubo mucho ruido de su viaje a Bolivia. Creo que fue una decisión vaticana, no fue una gestión del gobierno chileno. El Gobierno se dio cuenta de que había que invitarlo y que era importante que viniera», explicó.
«Los Papas van a los lugares a los que los invitan, ellos no piden ir. Y el Vaticano no invita a nadie, los Presidentes y gobiernos piden ir. Creo que el Gobierno de Chile se dio cuenta de que era importante que viniera, por el tema de Bolivia. Evo Morales ha estado dos veces en el Vaticano, pero por el tema de que el Papa está interesado en la ampliación de los movimientos sociales, que Bolivia influye mucho por los indígenas», agregó.
El frío saludo que el Papa le hizo al Presidente electo, Sebastián Piñera, fue el tema final del diálogo. Muchos se sorprendieron al enterarse de que Francisco no iba a reunirse con Piñera. Cabrera tiene un claro culpable: «Yo creo que el Papa es un poco distante con las autoridades. El protocolo vaticano de que el Papa no se reúna con el Presidente electo no es decisión de él. En La Moneda el dueño de casa no es el Vaticano», sentenció.