El ex senador UDI fue una de las 36 mil personas rotuladas en una serie de documentos sobre el enclave instalado en la Séptima Región. En su caso, el texto describe una charla que dio en Alemania en 1982 y tras la cual habría reconocido más de un encuentro con líderes de la cuestionada secta, la que en ese tiempo ya estaba bajo sospecha. En el entorno del titular de Justicia no pudieron confirmar que el relato de la ficha sea completamente fiel a la realidad, pero tampoco lo desmienten.
Egresado del Colegio Saint George y becado por la Fundación Ford para estudiar un posgrado en la London School of Economics, Hernán Larraín hablaba inglés a la perfección en 1982, pero nada de alemán cuando le tocó dar una conferencia en el campus de sociología de la Universidad de Würzburg, en Alemania, una de las más antiguas de Europa.
«El tema de la exposición del Profesor Hernán Larraín fue modificado a última hora. Habló sobre los partidos demócrata-cristianos de Sudamérica y el rol político de la Iglesia Católica. Su charla terminó con la condena a la DC, especialmente a la chilena. Dejó claro que la ‘Teología de la Liberación’ defendida por partes de la Iglesia Católica en América Latina no tenía nada que ver con la misión de la iglesia, que cuando la Biblia hablaba de liberación, se refería a la liberación del ser humano de sus pecados, pero no a la liberación política de su condición social», escribe el colono Hans Jurgen Blanck, uno de los hombres de negocios de la secta fundada por Paul Schäfer y que colaboraba con él desde los tiempos de la Misión Social Privada, nombre que tenía en Alemania la Colonia Dignidad.
Blanck entregó la información a Gerd Seewald, quien fue el encargado de confeccionar unas 36 mil fichas sobre personas de todos los ámbitos, que los propios inquilinos de Colonia Dignidad consideraban importantes. En esos documentos, por ejemplo, figuran nombres de detenidos desaparecidos al interior del enclave, como es el caso del ex diputado PS Carlos Lorca.
Con esa charla, Larraín –en su calidad entonces de vicerrrector de la Universidad Católica– tomaba partido contrario a la campaña de desprestigio internacional contra Chile que por esos años acusaba la dictadura, de la que, a ojos del régimen militar, eran parte los partidos políticos de Europa Occidental, incluida la CDU alemana. El relato que se comenta en la ficha proviene de parte de la conferencia en la que el histórico de la UDI estuvo acompañado de Jaime del Valle, quien al año siguiente, 1983, sería ministro de Justicia de Augusto Pinochet.
[cita tipo=»destaque»]Desde el entorno del ministro aseveran que el tema ya ha sido reiteradamente aclarado y, por lo tanto, está cerrado. Sin embargo, la próxima semana una comisión del Ministerio Federal de Justicia alemán y de Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, debería llegar a Chile para reunirse con los jueces de la Corte de Apelaciones Mario Carroza y Hernán González, como parte de la decisión de ambos gobiernos para esclarecer los crímenes ocurridos en el enclave germano. Las fichas están entre los documentos que la justicia alemana ha incorporado en el proceso.[/cita]
Precisamente sobre las noticias que salían al mundo respecto a la dictadura, el documento señala que «ambos chilenos no tuvieron pelos en la lengua al referirse a la desinformación intencionada sobre Chile, argumentando que la única responsable era la infiltración marxista en los medios de comunicación de las democracias occidentales, lo que ya se habría iniciado en España en tiempos de Franco».
La ficha del ex senador UDI y actual ministro de Justicia, consigna que, ese día 24 de abril de 1982, «Larraín se mostró muy abierto y nos contó que había estado en el fundo ya tres veces con Jaime Guzmán. Una vez durante la época de la UP, una en el año 1974 y una vez en el año 1975. Dijo que apreciaba mucho nuestro trabajo. En el fundo conoció al presidente Schmidt, a su esposa, al doctor, a un tal Albert y que también conocía a Hartmut».
Cuando en las fichas hablan de «el fundo», se hace referencia a la extensión de 3 mil 62 hectáreas conocida como El Lavandero, que Paul Schäfer compró en 1961 para establecer la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. El líder de la secta se hacía llamar «el doctor», por lo tanto, el documento se refiere a él y, además, a su brazo derecho, el ex piloto nazi Hermann Schmidt, que figuraba como representante público de la colonia.
En tanto, «Hartmut» es el doctor Hartmut Hopp, a quien el ministro Larraín conoció cuando era estudiante de Medicina en la Universidad Católica y sobre quien pesa hoy una sentencia de 5 años como cómplice de abusos sexuales, la que se encuentra en estado de apelación en un tribunal alemán.
Cuando en 2014 el programa ‘En La Mira’, de Chilevisión, confrontó a Larraín con esta información, aseguró que nunca vio nada parecido a un centro de detención. Aunque los mismos archivos de la colonia registran la presencia de Carlos Lorca en uno de los pabellones de la colonia en 1975, así como de otros detenidos, mismo año en que el actual ministro de Justicia visitó el enclave. Además, en esa oportunidad afirmó que vio a Schäfer hablar en alemán, pero no tuvo un diálogo con él.
Consultado por El Mostrador, Larraín no quiso referirse al tema para esta nota; sin embargo, desde su entorno plantean que el relato de la ficha merece serias dudas, por cuanto, si bien la charla en dicha universidad alemana sí ocurrió, no pueden confirmar que esos encuentros consignados efectivamente sucedieron.
De todas maneras, el documento puntualiza que ese año Larraín estaba enterado de que la justicia alemana ya tenía en la mira a Schäfer por las acusaciones de abuso que existían. «Cuando se tocó el tema de nuestro proceso en Alemania, Larraín dijo que sabía que se trataba de calumnias cuando hablaban de torturas, haciendo un gesto con la mano para bajarle el perfil», consigna la ficha.
En marzo de 2005, cuando Schäfer fue detenido, en una entrevista para El Mercurio en la que Raquel Correa le preguntó si había ido a visitar a su «amigo» alemán, Larraín sentenció que «jamás he sido amigo de Schäfer» y añadió que su único afán, mientras fue parlamentario por la zona, fue defender que el hospital de la colonia se mantuviera abierto, ya que atendía a gente de la región. Luego que se publicara la entrevista, envió una carta aclarando que «me preocupa advertir el afán de asociarme con un personaje justamente detestado por la opinión pública, a sabiendas que no existe nexo alguno y no obstante todo mi respaldo para que la autoridad competente lo pusiera en manos de la justicia», escribió.
Actualmente, desde su entorno recuerdan estos argumentos para aseverar que el tema ya ha sido reiteradamente aclarado y, por lo tanto, está cerrado.
Sin embargo, la próxima semana una comisión del Ministerio Federal de Justicia alemán y de Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, debería llegar a Chile para reunirse con los jueces de la Corte de Apelaciones Mario Carroza y Hernán González, como parte de la decisión de ambos gobiernos para esclarecer los crímenes ocurridos en el enclave germano.
Las fichas están entre los documentos que la justicia alemana ha incorporado en el proceso.