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La Sexta Sala del tribunal de alzada anuló una sentencia por injurias y calumnias en contra de las estudiantes de la carrera de Historia, María Ignacia León, Francisca Orellana, Ibania Palacios y María Jesús Urquízar, quienes el año 2015 denunciaron al profesor de dicha facultad, Fernando Ramírez, quien fue desvinculado de la institución tras un sumario interno.
A tres años de haber denunciado un grave caso de acoso por parte del destituido profesor de Licenciatura en Historia de la Universidad de Chile, Fernando Ramírez, cuatro alumnas de dicha casa de estudios encontraron finalmente una respuesta favorable en la Justicia. La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones decidió anular la sentencia por injurias y calumnias en contra de María Ignacia León, Francisca Orellana, Ibania Palacios y María Jesús Urquízar, a quienes se trató de culpar por haber hecho públicas la situación de acoso que sufrieron por parte del académico.
El caso salió a la luz en el mundo estudiantil en el año 2015, en una asamblea, para luego escalar durante el 2016, en donde el tema del acoso en las Universidades alcanzó ribetes nacionales. Misma explosión que hoy se revive con una nueva ola movilizatoria, que tiene a decenas de facultades y colegios en toma, protestando contra el acoso en las aulas y una educación no sexista.
Fueron dos casos los que alcanzaron un mayor alcance, el de los profesores Fernando Ramírez y Leonardo León, el primero profesor y el segundo decano de la carrera de Historia de la Universidad de Chile. La historia llegó a tal nivel, que ambos fueron desvinculados de la entidad, y quedó al descubierto una realidad que hace años corría como un rumor en los pasillos de la casa de Bello: «El encubrimiento entre profesores y cultura naturalizada del machismo que existe en la escuela. Una historia de viejas amistades, grandes reputaciones, abusos y protección entre docentes», destacó un reportaje publicado por El Mostrador en la fecha.
El caso de Ramírez se dio con cuatro estudiantes, quienes –en algunos casos– ejercían funciones como ayudantes del académico. El comportamiento de este pasaba desde escenas de celos, utilizar estrategias de manipulación con sus estudiantes y un intento por mantener el control de sus vidas, incluso en el ámbito amoroso. Denuncias que terminaron con un proceso interno en la universidad, la salida de Ramírez y de León.
El caso de León fue similar. Fue denunciado por acoso sexual por las alumnas Macarena Orellana y Dina Camacho. El docente, que hizo clases durante 24 años en la U. de Chile y que –según establece un reportaje de El Mostrador– mantenía «un prontuario de relaciones íntimas con sus alumnas a lo largo de su carrera, que se hizo público por primera vez a través de un sumario realizado en la Universidad de Valparaíso en 1999, por abuso sexual a la alumna Carla Giovanetti, del cual solo recibió como sanción disciplinaria una multa del 20% de su remuneración mensual».
La resolución de la Corte de Apelaciones es un verdadero triunfo para el movimiento en contra del acoso, ya que «marca un precedente», aseguran las estudiantes.
Tras conocer la resolución, María Ignacia León, destacó la importancia de la sentencia: «Siento que ya con esto se ha marcado un precedente, con el mismo hecho que desde 2015 hayan empezado a salir de a poco más y más denuncias, porque efectivamente nos empezamos a atrever, a ver qué pasaba».
La estudiante reconoció que «tenía miedo que la Corte fallara en mi contra y quedara un mal precedente cuando se denuncia a un profesor, lo que sería el mundo al revés, pero esta resolución marca una diferencia muy positiva de que las mujeres podemos y hay que pelear».
La defensa de las estudiantes fue encabezada por el decano Davor Harasic, quien dirige la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, donde hace quince días se dio inicio a las tomas femeninas, lo que ha tenido un efecto expansivo en otras casas de estudios superiores.
