Ya está todo dicho. Después de la reunión del líder del Vaticano con los obispos chilenos, se espera que las renuncias de sacerdotes lleguen a la decena. Aunque la conferencia oficial de los sacerdotes será mañana en la mañana, fuentes que conocen la cita que se llevó a cabo durante tres días, ya avisaron que la pús que salga de la “cumbre de Roma” será uno de los movimientos más importantes al interior de la institución y un barrido a la élite eclesiástica.
A las seis y media de la mañana de este viernes, hora de Chile, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, se referirá oficialmente a las reuniones que los obispos chilenos sostuvieron con el Papa Francisco por tres días, en una cita que se ha convertido en un hito en la historia de la Iglesia chilena.
Aunque se baraja que las palabras de Ramos llamen más bien a la comunión en Chile, durante la tarde de este jueves trascendió que las renuncias y remociones motivadas luego de la inédita cumbre -que congregó a dos obispos eméritos y a casi la totalidad de los obispos de la Conferencia Episcopal- significarán un remezón para la institución en Chile. Además del obispo de Osorno, Juan Barros y aquellos formados bajo el alero del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima –Horacio Valenzuela, obispo de Talca; Tomislav Koljatic, de Linares; y Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago que no viajó a Roma producto de un avanzado parkinson– fuentes que conocen alcances de la cita, proyectaron que las “salidas” de sacerdotes podrían llegar a la decena. Incluso hay fuentes que señalan que en un minuto todos los obispos habrían puesto su cargo a disposición.
De concretarse el alejamiento de la “élite” de la iglesia de obispos altamente cuestionados por su cercanía con la protección de casos de abusos, el Papa no solo mostraría la fuerza de su pontificado sino que de paso comenzaría a escribir una nueva historia en la iglesia católica chilena, que después del terremoto deberá armarse con nombres que “estén cerca de la iglesia que busca pastores”, señala una fuente de la institución.
Por eso no es casual que las palabras de uno de los gestores de este terremoto, Jordi Bertomeu, funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y uno de los autores del informe elaborado junto al arzobispo maltés Charles Scicluna, señalara durante esta jornada que “están pasando cosas muy importantes aquí”. Además de asegurar que “este es un caso excepcional”, Bertomeau dijo que “estamos en un momento importante para la Iglesia universal, no solo para Chile. Lo que ha pasado aquí no es normal, el hecho de convocar a todo el episcopado”. El sacerdote además sentenció: “Estamos haciendo historia”.
Hoy Jorge Bergoglio llevó a cabo dos encuentros importantes, completando tres días de citas con los obispos chilenos que esta misma noche comienzan su retorno al país.
Durante la tarde se espera que el Obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de ser el principal encubridor de los abusos cometidos por el ex párroco del Bosque, Fernando Karadima, hable desde Roma, luego de haberse reunido con el líder católico.
Cabe destacar que Horacio Valenzuela, el Obispo de Talca, finalizado el encuentro con el líder del catolicismo, envió una carta a la Diócesis de Talca, para decir que este sería «el primer paso de un largo camino de conversión que, personalmente y como Iglesia, necesitamos iniciar con urgencia y en espíritu de fe y esperanza», adelantó.
Y que «en plena disponibilidad al Santo Padre seguiremos caminando juntos como su obispo hasta que la voluntad del Señor diga otra cosa», indicó finalmente agradeciendo el apoyo «el cariño y la intensa oración de estos días».
Aunque algunos fieles leyeron el escrito como una carta de despedida, es el Papa finalmente quien tiene la última palabra.
Pese a estas decisiones próximas que pueda tomar, fuentes de la Iglesia señalan que Bergoglio llamó a los obispos a discernir, por lo que no se descarta que cualquier medida sea solo el comienzo de una serie de otros cambios que cimenten el camino de un nuevo tiempo para la jerarquía de la iglesia chilena.