Fue la principal gestora de los pagos que suman, según la Fiscalía, $1,300 millones en cuatro años hacia el exsenador. Formó una red de boleteros y prestó sus cuentas corrientes para alimentar con dinero la ambición presidencial del histórico dirigente UDI. Estudió Derecho, pero no se tituló por el pánico escénico al examen de grado. Su lealtad hacia el exministro de Economía y el sector político al que pertenece le hace creer que no cometió ningún delito, y que el procedimiento irregular en que participó fue por “una causa noble».
Quienes han visto últimamente a Carmen Luz Valdivielso Almarza (52) reconocen que su clásico tic que se revela cuando mueve el cuello, aparece hoy con más frecuencia. El lunes, el fiscal Pablo Gómez -a cargo de la causa SQM- pidió en la acusación que presentó en contra de ella una pena de dos años y tres meses, más una multa por $ 5,6 millones.
En la acusación de más de 1.600 páginas se resume la investigación de Gómez y su equipo durante tres años, los peores para «Titi» Valdivielso, según afirman sus cercanos. El 2015, después de una complicada enfermedad, murió su padre, y su nombre comenzó a aparecer en la prensa a raíz de su papel de leal asistente del exministro de Economía, Pablo Longueira. En varias ocasiones, en un error habitual de tipeo, más de algún medio de comunicación le quitó la «L» a su apellido, dejándolo con un barniz aristócrata que no se corresponde con la realidad.
Aunque en el proceso judicial que la tiene con los nervios de punta se acreditó hasta ahora que en sus cuentas corrientes le fue depositado dinero proveniente de pagos desde SQM por casi mil millones (entre 2009 y 2013) y de otras 13 empresas, entre ellas Pesquera El Golfo, Copec y la metalúrgica Metalpar, desde su entorno afirman que nada de esa suma ha sido “para enriquecerse”, sino que responde a la estricta e irrenunciable lealtad que tiene hacia Longueira. Fue el hombre clave de la UDI popular quien le pidió formar una red de personas que emitieran boletas para recibir dinero que le ayudaría a cimentar un fondo común tanto para campañas electorales del partido, así como también para su aspiración por ser abanderado presidencial.
Hija del matrimonio entre Carmen Luz Almarza y Ricardo Valdivielso Mayo, es la mayor de tres hermanos. Junto a una de ellos, María del Pilar y su madre, mantienen participación en Inversiones La Laguna Limitada, que según los registros del Diario Oficial tiene un capital de $ 666.000.000.
Estudió Derecho en la Universidad de Los Andes entre 1990 y 1995, pero a pesar de su buen rendimiento, el pánico escénico que le generaban las pruebas orales no le permitió sortear el examen de grado y nunca se tituló. Ese problema de despliegue público lo superó gracias a un curso de expresión oral que, hasta hoy, recomienda en sus redes sociales.
Valdivielso, soltera, sin hijos, está estrechamente vinculada al exdiputado Gustavo Alessandri Balmaceda. A través del exparlamentario conoció a Longueira a comienzos de la década de 2000, por quien -aseguran testigos de esa amistad- siente una admiración que va más allá de lo político y profesional.
Fue a partir de 2006 que se incrementó su relación profesional. «Titi» Valdivielso se incorporó como jefa de gabinete del entonces senador UDI y le ayudó a configurar lo que serían los vehículos financieros para concretar sus aspiraciones de llegar a La Moneda. Ese año se formaron las fundaciones Chile Justo y Web, entidad esta última de la que aún figura como directora. La fundación se dedica a levantar sitios web gratuitos para emprendedores digitales.
[cita tipo=»destaque»]En su perfil de Facebook promueve causas de beneficencia como la donación de la compensación del papel confort al hogar de la Corporación La Esperanza de Rancagua, que atiende a madres solteras con problemas de drogas. El inmueble se incendió a comienzos de junio y pertenece a la corporación ligada al senador ex UDI, Jaime Orpis. Su directora, Paula Phillips Maturana, aparece entre las personas que fueron beneficiadas por la maquinaria de Longueira y Valdivielso cuando era candidata a concejal por Lo Barnechea en 2016.[/cita]
Según la investigación judical, la entidad recibió $360 millones desde SQM, y Chile Justo, $75 millones. Ambas instituciones, “sin fines de lucro” como aclaran en sus sitios web, están ubicadas en Nueva Los Leones 0281. Para la Fiscalía, el cuartel general del financiamiento irregular de Longueira, gestionado en la práctica por Carmen Luz Valdivielso.
Entre 2011 y 2013 fue la jefa de gabinete de Longueira como ministro de Economía, y testigos de esa época recuerdan su relación problemática con el entonces subsecretario Tomás Flores.
Tanto la mujer de confianza de Longueira como el exsenador han hecho uso de su derecho a guardar silencio cuando ha sidos llamados a declarar.
Su participación en la maquinaria de financiamiento irregular solo se conoció cuando Carmen Gloria «Coca» De Castro -otra de las colaboradoras de Longueira y asistente del exedil gremialista Pablo Zalaquett- la mencionó como quien triangulaba los pagos entre las empresas y sus dos jefes.
También mencionó a Titi Valdivielso la exfuncionaria del Sernam durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, Solange Hermosilla, quien la identificó como la persona que le pidió las boletas que emitió a SQM. Igual que Alfonso Mora (sobrino de Longueira) y Ricardo Jorquera, estudiante de Derecho de la Universidad Finis Terrae quien mencionó a Valdivielso como la que gestionó boletas suyas y de algunos de sus compañeros, que llegaron a formar una red a cambio de quedarse con el 10% de la retención.
Hermosilla y Mora coincidieron -en sus testimonios a la Fiscalía- que la asistente de Longueira les aseguró que las boletas eran para financiar a las fundaciones que iban “en ayuda de la gente”.
Carmen Luz Valdivielso es una activista de derecha que, como tantos del sector, está contra el aborto, las manifestaciones feministas que incluyen mostrar el cuerpo de las mujeres. Es difusora de las recomendaciones de la Iglesia católica para preservar el matrimonio, admiradora del rodeo y de las actividades ecuestres tradicionales del campo chileno.
En su perfil de Facebook promueve causas de beneficencia como la donación de la compensación del papel confort al hogar de la Corporación La Esperanza de Rancagua, que atiende a madres solteras con problemas de drogas. El inmueble se incendió a comienzos de junio y pertenece a la corporación ligada al senador ex UDI, Jaime Orpis. Su directora, Paula Phillips Maturana, aparece entre las personas que fueron beneficiadas por la maquinaria de Longueira y Valdivielso cuando era candidata a concejal por Lo Barnechea en 2016.
Tanto Alessandri Balmaceda como «Titi» Valdivielso mantienen una lealtad tan alta con Longueira como con el éxito político de su sector, que pusieron en riesgo la reputación y la tranquilidad de sus propias familias.
Valdivielso le pidió a la esposa de su hermano Ricardo, Ana Palacios Silva, que emitiera boletas a SQM, según su misma cuñada reconoció ante la justicia. De igual modo los hijos del exdiputado Alessandri, Antonia y Gustavo Alessandri Bascuñán, que reconocieron su participación en este esquema irregular. Estos, por haber colaborado con la investigación, se les ofreció una salida alternativa al procedimiento judicial.
Pero en el caso de Alessandri Balmaceda y Valdivielso, la Fiscalía determinó que no colaboraron, por lo que en agosto de 2016 los dejó con arraigo y firma mensual. A la salida de la audiencia, el exdiputado, que acompañó a su amiga y a quien Longueira puso en Sernatur cuando era ministro de Economía, se refirió en duros términos al actuar de la justicia. «Fue una causa justa y noble. Para financiar una campaña, todos hemos recibido apoyo con boletas, todos. Me encantaría saber qué pasa con (Rodrigo) Peñailillo, qué pasa con la Presidenta (Michelle Bachelet), porque aquí solamente se le ha cargado la mano a la gente de derecha. No me parece en absoluto un delito», dijo.
Cercanos a ellos aseguran que estas declaraciones los interpretan a ambos, y que si ella no ha hablado ni con la Fiscalía ni con la prensa, es porque “sigue las instrucciones de la defensa de Pablo, para quienes cualquier detalle podría complicar todavía más las cosas». Explicaron que ella considera que no ha cometido ningún delito, porque la plata no ha ido a parar a su bolsillo, sino que fue un servicio al partido para el éxito político de su sector, tal como lo hizo Marisol Cavieres, la secretaria de Jovino Novoa, que también gestionó boletas.