Guido Poli Garaycochea es un nombre que también aparece vinculado a otras causas de violaciones de DDHH en dictadura, como los casos Schneider y Prats, y luego cumplió un rol activo en la “coordinación” de las declaraciones de ex agentes represores ante tribunales.
Como encubridor del crimen del militante socialista y ex intendente de Antofagasta Daniel Acuña y del homicidio frustrado de su hijo, Roberto Acuña, hecho ocurrido en 1979, fue procesado el abogado y ex agente de la CNI, Guido Poli Garaycochea.
Poli es un nombre que aparece vinculado a otras causas de violaciones de derechos humanos en dictadura, como los casos Schneider y Prats, y también cumplió un rol activo en la “coordinación” de las declaraciones de ex agentes de los organismos represores ante la justicia cuando debían enfrentar a los tribunales.
El abogado, quien trabajó en el Ejército al menos hasta 1999 llegando a ocupar el cargo de Auditor General de la institución, fue encausado por el ministro en causas de DD.HH., Vicente Hormazábal, de La Serena, y se ordenó su prisión preventiva en el Batallón de Policía Militar de Peñalolén. La Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena debe determinar si se le concede la libertad provisional.
El caso por el que fue procesado tiene ribetes macabros, tomando en cuenta que el fallecido Daniel Acuña fue dinamitado por agentes de la CNI. El Informe Rettig consigna que “según la versión oficial, dada a conocer mediante un comunicado de la Intendencia Regional, hubo una explosión en el sector donde se ubica la Parcela que era de propiedad de la víctima. Carabineros alertó de ello a la CNI, quienes fueron a allanar ese inmueble. Al identificarse, un individuo desde el interior les lanzó una bomba y huyó. Lo persiguieron por el jardín y antes de ingresar a la casa hubo una segunda explosión en su interior, la que rompió todos sus ventanales. Luego encontraron a la víctima ya muerta en el baño y detuvieron al otro individuo”.
Sin embargo, el ministro Hormazábal pudo establecer en el proceso una historia completamente distinta, y donde Poli cumplió un rol clave. La resolución indica que un grupo de 6 agentes de la CNI fue hasta el domicilio de los Acuña la madrugada del 13 de agosto de 1979 en Coquimbo. Primero abrieron fuego contra su hijo Roberto, dejándolo herido, y luego sorprendieron a Daniel Acuña oculto en un baño. Uno de los agentes, Patricio Padilla Villén (ya fallecido) “le disparó en la cabeza y luego, colocándole dinamita en el cuerpo, lo hicieron explosar, causándole la muerte instantánea, haciendo parecer posteriormente que s e trató de un acto suicida”.
La resolución del ministro añade que “luego de ejecutados estos hechos, la CNI encomendó a un abogado de esa dependencia que preparara la arista judicial de la falsa versión entregada de los hechos, para lo cual se constituyó el abogado Guido Poli como el jefe de la CNI local, Patricio Padilla, para impartir directrices de lo que debía declarar ante la justicia”, lo que constituye “maniobras destinadas a obtener el encubrimiento de los ilícitos”.
Guido Poli Garaycochea estuvo también vinculado a los asesinatos de los generales René Schneider y Carlos Prats, ex comandantes en jefe de esa institución, estableciéndose en el proceso sus contactos con Enrique Arancibia Clavel, ex agente de la DINA en Argentina.
Ya en democracia, siendo funcionario activo en la Auditoría del Ejército, cumplió un rol en la coordinación de las declaraciones de los agentes represores a la hora de enfrentar a la justicia en causas de DDHH, lo que fue denunciado en su momento por algunos parlamentarios. Luego formó con un grupo de militares retirados ONG de Desarrollo, Justicia y Reconciliación (Jure), con el objetivo era defender judicialmente a los militares en retiro que cargan con causas de violaciones a los derechos humanos.