Sus dichos calificando de “montaje” al Museo de la Memoria dejaron en posición insostenible al ex “ghostwriter” de Sebastián Piñera. Sus declaraciones además dejaron en evidencia las dos almas de la derecha y finalmente tuvo que dejar el cargo tras la incesante presión desde la oposición y el mundo de la cultura. [NOTICIA EN DESARROLLO]
Sólo 4 días duró en el cargo el ministro de las Culturas, Mauricio Rojas, tras la ardua polémica que se generó a raíz de sus dichos tachando de “montaje” al Museo de la Memoria, como lo expresó en un libro de su autoría de 2015.
Aunque se esperaba una declaración formal sobre el tema durante la mañana, en una actividad a primera hora, el Presidente Sebastián Piñera se mantuvo en la línea de defensa de Rojas que había seguido el Gobierno estos días: «A veces el mundanal ruido busca apartar a los gobiernos de lo que realmente le importa a la gente», dijo.
Rojas, por su parte, fue interceptado esta mañana por la prensa al salir del edificio de Ahumada 48, donde en el cuarto piso estarían las oficinas del ministerio.
El ex “ghostwriter” de Sebastián Piñera no se refirió ni a la cancelación de actividades ni a si había conversado con el Presidente. «Es cosa mía (..) vamos a conversar de buena forma como corresponde», dijo Rojas al ser consultado donde se dirigía, ya que se encontraba a dos cuadras de La Moneda.
A la misma hora, en el comité político de los lunes de La Moneda, donde se reúnen los ministros del equipo político de Palacio más los dirigentes de Chile Vamos se abordaba el tema de la salida de Rojas, en un nuevo traspié del Gobierno.
Los dichos del cuestionado ministro provocaron una fuerte movilización desde la oposición y el mundo de la cultura desde donde se multiplicaron los llamados para la renuncia del secretario de Estado.
Sus dichos además dejaron en evidencia las dos almas de la derecha. Mientras en RN y la UDI, la actitud fue de cerrar filas con el cuestionado ministro, en Evópoli no pasaron por alto la oportunidad de marcar el punto y expresaron en una declaración su rechazo a los dichos de Rojas.
Desde la derecha más liberal, la ex senadora Lily Pérez cuestionó al designado secretario de Estado, señalando que “un ministro no puede desestimar lo que significa un Museo de la Memoria”. Pero en RN la reacción fue distinta, con su timonel Mario Desbordes alineándose con la tesis del “montaje” que a su juicio representa el Museo, y en la UDI también intentaron blindar a Rojas señalando que «la izquierda se une odiando, tratando de atacar a un ministro de Estado», dijo el jefe de bancada de los diputados gremialistas, Javier Macaya.