Los pagos desde Soquimich al ex ministro de Economía se extendieron, según antecedentes obtenidos por el Ministerio Público, incluso después que el año 2013 anunciara su «retiro» de la política, momento en que formó una sociedad con su esposa, Cecilia Brinkmann, a través de la cual recibió cinco millones mensuales desde la minera no metálica controlada por Julio Ponce Lerou. El fiscal Pablo Gómez pondrá todas estas pruebas sobre la mesa contra el ex senador gremialista durante el próximo juicio oral.
«A pesar de todo, yo soy una persona feliz”, habría dicho Pablo Longueira durante la fiesta de cumpleaños con la que celebró sus 60 años, según publicó hace unos días El Mercurio. Un asado para 150 invitados, entre quienes se contaron los ministros Hernán Larraín y Alfredo Moreno, junto con algunos históricos de la UDI, como Jovino Novoa, el senador Víctor Pérez y el diputado Patricio Melero.
Frente a ellos, Longueira leyó un discurso en que se refirió al que, probablemente, sea el período más complejo de su vida pública: desde julio de 2013, cuando abortó su candidatura presidencial, hasta junio de 2016, cuando fue formalizado por cohecho y delitos tributarios y debió cumplir seis meses de arresto domiciliario nocturno.
Luego de haber dejado abruptamente la política en 2013, afectado –según versión oficial nunca confirmada– por una fuerte depresión, constituyó en diciembre de ese año, junto a su mujer, Cecilia Brinkmann, la sociedad Asesorías LyB. Su amigo Patricio Contesse, entonces gerente general de SQM, lo ayudó a levantarse.
Solo unos días después, el 2 de enero de 2014, la nueva sociedad emite su primera factura por 5 millones de pesos a la empresa SQM S.A. Ambas partes firman un acuerdo en que la minera no metálica contrata “los servicios profesionales de LyB para que le brinde a SQM asesoría en materia estratégica, legislativa y política considerando los proyectos de ley actualmente en trámite en el Congreso”. Gracias a este acuerdo, Longueira aseguró un sueldo mensual durante más un año, ya que el contrato acabó en marzo de 2015.
Los detalles del contrato, incluyendo informes que supuestamente consignan los servicios prestados, fueron entregados a la Fiscalía en marzo de 2016 por Patricio de Solminihac, gerente de SQM.
[cita tipo=»destaque»]Entre el cúmulo de pruebas que tiene la Fiscalía para demostrar un apoyo “de manera sistemática, constante y permanente” desde SQM a Longueira “para actuar cuando se le requiriere”, están los dineros que la minera no metálica –autorizada por Contesse– entregó a partir de julio de 2014 y por casi un año a la Fundación Amigos de Jesús, relacionada con José Luis Longueira, hermano del “coronel” de la UDI. Los correos a disposición del Ministerio Público comprobarían el aporte de $11 millones de pesos.[/cita]
El Ministerio Público va a incorporar este acuerdo entre las pruebas para sustentar, durante el juicio oral, la acusación de cohecho contra Longueira. También los correos donde Contesse confirma su asistencia al matrimonio de uno de los hijos de Longueira, en marzo de 2011, y a su vez, la presencia de Longueira en la lista de invitados al cumpleaños de Contesse en enero del mismo año.
Para esa fecha, Longueira era senador de la UDI y, según está establecido en la investigación, desde el Congreso hizo intensas gestiones –en estrecha relación con Contesse– para introducir y aprobar el artículo en la Ley del Royalty que beneficiaría directamente a SQM, eximiéndola del aumento de tributación a que se obligó a las otras empresas de la gran minería. Ambos textos son, prácticamente, idénticos.
El equipo que lidera el fiscal Pablo Gómez entiende que con este contrato, posterior a la salida de Longueira de la primera línea política, y los pagos practicados a su amparo al ex ministro de Economía en el primer Gobierno de Sebastián Piñera, lo que se hizo fue mantener una regularidad mensual en pagos que venían desde mucho antes, es decir, que las entregas de dinero desde SQM a Longueira nunca se interrumpieron.
Porque está acreditado que entre 2007 y 2013 Longueira recibió una mensualidad de SQM, que no llegaba a él como persona natural, pero sí a dos fundaciones que había creado y que presidía: la Fundación Web y Chile Justo. A través de las cuales recibió cuotas de 5 millones de pesos líquidos entre noviembre de 2007 y abril de 2013, lo que en total supera los $700 millones.
Esta relación es la que fundamenta la tesis de la Fiscalía para acusar a Longueira de cohecho y a Contesse de soborno, aparte de múltiples delitos tributarios, junto a otras personas formalizadas por la arista royalty en el caso SQM, cuyo juicio oral debe iniciarse en los próximos meses y se transformará en el mayor litigio por corrupción en el país, hasta ahora.
Pero hay más. Porque el último pago desde SQM a Chile Justo corresponde a noviembre de 2013, por la misma cantidad que menos de dos meses después la minera empezaría a pagarle a Asesorías LyB.
Entre el cúmulo de pruebas que tiene la fiscalía para demostrar un apoyo “de manera sistemática, constante y permanente” desde SQM a Longueira “para actuar cuando se le requiriere”, están los dineros que la minera no metálica –autorizada por Contesse– entregó a partir de julio de 2014 y por casi un año a la Fundación Amigos de Jesús, relacionada con José Luis Longueira, hermano del “coronel” de la UDI. Los correos a disposición del Ministerio Público comprobarían el aporte de $11 millones de pesos.
En otro correo, del 7 de julio de 2014, Longueira le pide ayuda económica a Contesse para su hija María Cecilia, que en ese momento preside la Fundación Trabajo País, ligada a la pastoral de la Universidad Católica.
No está establecido que ese apoyo se concretara, pero desde entonces las cosas empiezan a complicarse para el ex senador UDI. En agosto de 2014, la Fiscalía ya investigaba a las sociedades de Hugo Bravo, que iniciaron el denominado caso Penta, y que luego provocaron que estallara el caso SQM, golpeando directamente a Longueira. Él, a pesar de todo, dice que es una persona feliz.