El analista político Tomás Duval comentó los festejos tras la resolución de la Corte Internacional de Justicia, precisando que «evidentemente a uno podría gustarle una reacción más moderada del Presidente de la República”. Sin embargo, la tarea ahora es avanzar y en este escenario el Ministerio de Relaciones Exteriores está en capacidad de “articular una estrategia mirando a Bolivia y al resto”, comentó el embajador y ex diplomático, Pablo Cabrera.
En una nueva edición de La Semana Política, los panelistas Federico Joannon y Marcela Jiménez conversaron con el embajador y ex diplomático, Pablo Cabrera, y el analista político, Tomás Duval, acerca de qué significa el fallo de La Haya tanto para Bolivia como para Chile.
La editora de El Mostrador recordó que la contundencia del fallo, que favoreció a Chile, «generó euforia, sorpresa transversal y en La Moneda reconocían que no se esperaban algo así de contundente». Luego, preguntó a los invitados: «¿El gobierno tuvo miedo a la estrategia comunicacional de Bolivia».
Cabrera tomó la palabra y explicó que, a su juicio, «para el Gobierno comunicar era una novedad y había que establecer una estrategia y aquí la gente creyó que la de Bolivia era moderna y la nuestra era muy aburrida, pero hoy los resultados dicen otra cosa».
En ese sentido, Duval complementó dicha idea y agregó que «con Perú tuvimos una derrota, fue un mal fallo para Chile y eso hizo que el Gobierno actuara con prudencia con este fallo, con moderación, porque eso requieren los asuntos diplomáticos. La visión boliviana era triunfalista. Eso ante cualquier tribunal, es inapropiado, cantar victoria «antes de» no se puede hacer».
Acto seguido, el director ejecutivo de El Mostrador se refirió a la celebración que hubo en La Moneda tras el fallo: «¿Qué les parece esta especie de chovinismo, triunfalismo, que afloró en Chile después de esto en relación con los días después, porque bien decía Churchill, ‘al derrotado hay que ayudarlo a pararse’?».
«Hoy vivimos en un mundo distinto», replicó el analista político, precisando que «evidentemente a uno podría gustarle una reacción más moderada del Presidente de la República, al decir que esto es un proceso, fruto de una política de Estado». Sin embargo, la tarea ahora es avanzar porque «hoy las relaciones diplomáticas son casi inexistentes».
Frente a esto, Cabrera consideró que la reacción del Mandatario fue correcta: «Yo no estoy tan de acuerdo en que el Presidente se excedió en su reacción ante La Haya. Creo que el Presidente más bien lo centró en la figura de Evo Morales y no Bolivia y ahí le dio una dimensión política. Creo que ese acto, esa sanación, esa explosión, hay que dárselo a una sociedad que estuvo muy apretada y en la incertidumbre. En ese sentido, creo que con lo que venga ahora, hay que tener más cuidado».
Rol de la Cancillería
«Es el tiempo de la Cancillería», señaló Jiménez, precisando que tenemos «un canciller que ha sido bastante débil y que, aparte de la estrategia del anticomunismo, en términos de diplomacia no ha mostrado ningún peso».
A su turno, Cabrera se refirió al rol de la Cancillería luego del fallo, argumentando que «yo creo que está en capacidad de articular con los funcionarios, con los académicos que trabajan en la Cancillería, y sacar la vertiente cultural, empresarial, militar, hacer un triángulo o lo que sea, con el objeto de poder trabajar una estrategia no solo mirando a Bolivia, sino al al resto.
Acto seguido, la editora consultó: «¿Es Ampuero la persona indicada?», a lo que el ex diplomático contestó: «Yo siempre he pensando que la cabeza de todas estas articulaciones debería estar en un diplomático y, ello, asesorado por mucha gente. La Cancillería está en condiciones de articular».