Nadie que haya trabajado con el abogado de la Universidad de Los Andes duda de su capacidad profesional, pero eso no implica que su nombramiento no dejara perplejos a varios en el Gobierno, por su marcado perfil punitivo. Es sabido, en la administración piñerista, que su sueño era ser subsecretario de Prevención del Delito, para lo cual trabajó por años y, por lo mismo, se “sentía el hombre clave” para tomar las riendas de una de las principales agendas de la derecha y, si bien su nombre se barajó para ese cargo, finalmente no se concretó. Expertos en el área drogas ya muestran su preocupación por la falta de manejo y conocimiento en un tema complejo, que requiere años de preparación.
Lleva poco más de una semana en el cargo y aún a muchos en el oficialismo no se les pasa la sorpresa con su nombramiento, no por un tema de capacidades, sino más bien de perfil. El 2 de octubre, el Presidente Sebastián Piñera designó como nuevo director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) al abogado Carlos Charme, quien hasta ese día ejercía como asesor del Ministerio del Interior. El proceso de selección, que se inició en julio, se realizó a través de Alta Dirección Pública y contempló una lista de más de cien postulantes, la que quedó reducida a una breve nómina que fue entregada a La Moneda.
La experiencia política y profesional de Charme está estrechamente vinculada con el primer Gobierno de Piñera y al desarrollo e implementación de políticas públicas sobre seguridad ciudadana y prevención del delito. Entre quienes han trabajado con él desde entonces, lo primero que destacan es su alta capacidad de gestión, su intachable profesionalismo y su habilidad para generar redes a su alrededor.
Dicen que el abogado RN es de trato accesible, que también es trabajólico y muy metódico, con una capacidad destacable para formar equipos y que estos, además, los prefiere acotados. Se le conoce en el Gobierno por tener una personalidad «dura”, aseguran que no tiene pelos en la lengua a la hora de sacar a uno de los suyos al pizarrón y exponerlo por eventuales deficiencias en su trabajo. “No le tiembla la mano, no te deja pasar ni una”, recalcan.
El nuevo director de Senda es fanático de la UC, siempre se le puede encontrar en San Carlos de Apoquindo e intenta nunca perderse un partido del equipo cruzado. Abogado de la Universidad de Los Andes, es sabido en la administración piñerista que su sueño era ser ser subsecretario de Prevención del Delito, algo para cual –recalcan– ha trabajado por años.
No por nada, agregaron en la derecha, en sus credenciales profesionales está su papel el 2015 como director ejecutivo de “Lo Barnechea Seguridad” y, luego, como secretario ejecutivo de la Asociación de Municipalidades para la Seguridad de la Zona Oriente (AMSZO). Durante la campaña presidencial, en los meses de trabajo del piñerismo duro en Apoquindo 3000, Charme tuvo un activo rol en la elaboración del programa de Gobierno en materia de seguridad y estos meses en La Moneda fue parte de la mesa de Acuerdo Nacional de Seguridad y el trabajo técnico para la nueva ley de armas.
[cita tipo=»destaque»]En RN reconocen que el perfil de Charme es el de la seguridad pública, la “persecución de delincuentes, la mano dura” y que la mirada punitiva es la que siempre “inculcó en su trabajo municipal”, por lo que difícilmente esperan ahora “otra cosa de él” en lo que será su gestión en Senda. Es más, desde Chile Vamos reconocen que no saben si está en ese cargo “por un favor político» y que su acercamiento al tema drogas es desde el combate del narcotráfico, una posición bastante ajena a la que ha cultivado dicho organismo hasta ahora, por lo que ha sido inevitable que su nombramiento haya generado ruido en el Ejecutivo.[/cita]
Fuentes del oficialismo reconocen que Charme se “sentía el hombre clave” para tomar una de las principales agendas de la derecha, la seguridad ciudadana, y que antes del arribo del actual Gobierno a La Moneda, su nombre sonaba efectivamente como subsecretario de Prevención del Delito, considerando que además el cupo estaba destinado para Renovación Nacional, partido donde lo definen y consideran un “activo militante de base”.
Charme es un piñerista de tomo y lomo, en la primera administración fue parte del grupo de profesionales sub-40 que fueron considerados la camada de la nueva derecha de la que hablaba el año 2010 el entonces ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.
Junto a sus redes al interior de Carabineros, en RN el abogado es apadrinado por los hombres «fuertes» como el senador Andrés Allamand, el ministro de Defensa Alberto Espina y el actual ministro de Vivienda Cristián Monckeberg y, obviamente, el subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla.
A pesar de todo eso y de su cercanía con el presidente de RN, Mario Desbordes, al final no logró ser nombrado a la cabeza de la señalada subsecretaría. El timonel optó jugarse para el cargo por Katherine Martorell, una abogada que fue subsecretaria de Telecomunicaciones en la primera administrración piñerista, candidata a alcaldesa y que arribó al mundo de la seguridad pública respaldada por el hoy ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, de quien –agregaron en el partido– es una de sus protegidas.
En el oficialismo y en el Gobierno reconocen que Charme habría quedado con “la bala pasada” y que, como premio de consuelo, Rodrigo Ubilla, el influyente subsecretario del Interior, lo instaló como asesor en su equipo, mientras lograban ubicarlo en un puesto “más acorde a su perfil”. Así fue como surgió su nombre apenas quedó vacante el cargo en Senda.
El nuevo director del Senda fue jefe de gabinete del primer subsecretario de Prevención del Delito, Cristóbal Lira, con él viajó hasta Nueva York para reunirse con el ex alcalde y actual asesor de seguridad de la Casa Blanca, Rudolph Giuliani, y con el ex jefe de la policía, William Bratton.
El abogado es considerado en el oficialismo y en el Gobierno como un factor clave en la creación, formación y definición de atribuciones de dicha subsecretaría y fue precisamente esa tarea la que –aseguraron en la derecha– lo terminó de validar profesionalmente como voz experta en su sector.
En RN reconocen que el perfil de Charme es el de la seguridad pública, la “persecución de delincuentes, la mano dura” y que la mirada punitiva es la que siempre “inculcó en su trabajo municipal”, por lo que difícilmente esperan ahora “otra cosa de él” en lo que será su gestión en Senda. Es más, desde Chile Vamos reconocen que no saben si está en ese cargo “por un favor político» y que su acercamiento al tema drogas es desde el combate del narcotráfico, una posición bastante ajena a la que ha cultivado dicho organismo hasta ahora, por lo que ha sido inevitable que su nombramiento haya generado ruido en el Ejecutivo.
Más allá de estar en contra de la legalización de cualquier droga, postura con la que comulga el Presidente Piñera, un sector del Ejecutivo teme que Charme le dé “un sentido de criminalización” excesiva al trabajo del Senda.
El director de la Unidad de Adicciones de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, Humberto Guajardo, dijo que no quiere prejuzgar, pero «a priori lo primero es pedirle su programa, qué entiende por adicción, qué políticas se deben desarrollar y sobre todo cuál es su planteamiento teórico frente a las drogas. Como señal, al menos, no resulta clara. Reconozco, eso sí, que opinar sin que el director haya hecho un planteamiento, es difícil”.
En un tono similar, el profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, Mauricio Sepúlveda, planteó que, si bien efectivamente aún no se conoce su modo de acción en el tema drogas, por lo que malamente podría emitir un juicio de valor sobre su gestión, recalcó que lo que sí le preocupa «es que es una persona que no necesariamente viene con una experiencia en el campo en las drogas, no tiene una trayectoria en este campo, no es donde uno llega de ocurrencia, el proceso requiere de trayectoria y experiencia en un campo tan específico (…) los periodos de transición para que se informe y entienda las racionalidades, estrategias, técnicas, pasará un gran tiempo para que adquiera cierto conocimiento del campo y pueda articular en su gestión. A mí eso me preocupa”.
Para el director del Laboratorio de Seguridad, Eduardo Vergara –quien asesoró al Gobierno anterior como jefe nacional de seguridad pública en el Ministerio del Interior–, puso el foco en que el problema del Senda se sitúa en que no esté bajo el alero del Ministerio Salud. “Estando en Interior, se necesitan personas que tengan un manejo de temas políticos, pero también de temas de seguridad. Creo que la virtud de Charme, más allá de las criticas convencionales, es que tiene una experiencia administrativa, manejo político y ha demostrado en su trabajo que es capaz de gestionar, no es necesario ser solamente experto en prevención para dirigir un servicio, ese es el lado positivo (…). En lo personal, prefiero a Charme dirigiendo el Senda, que a Mariano Montenegro (ex director en el Gobierno de Michelle Bachelet) dirigiéndolo”.