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El peor momento de Eduardo Durán, el obispo evangélico favorito de La Moneda PAÍS

El peor momento de Eduardo Durán, el obispo evangélico favorito de La Moneda

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Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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No son sus mejores días, porque actualmente enfrenta una investigación desde la Fiscalía Oriente y del Servicio de Impuestos Internos por el abultado patrimonio que posee, lo que puede implicar que el imperio que forjó, a través de la donación de los fieles y una cantidad inusitada de bienes, puede sufrir un duro golpe. No solo está siendo cuestionado en términos financieros, sino que su estilo de vida alejado de los preceptos propios de dicha fe lo ha hecho perder apoyo interno en Jotabeche.


A los 76 años, el obispo Eduardo Durán Castro sigue trabajando tranquilo. El lunes, con el mismo tono relajado y casi bondadoso que lo caracteriza, grabó un video invitando a los jóvenes a participar en la próxima versión del campamento anual Soy Luz. «Sería un agrado para mí que una cantidad enorme de jóvenes pudieran participar este año», dice. El retiro espiritual de cuatro días en enero se realiza en una parcela de Isla de Maipo, que pertenece al obispo y para participar hay que pagar $30 mil pesos.

En el video, Durán olvida el detalle de las fechas y no recuerda quienes son los otros pastores que organizan el campamento. Su preocupación y la de sus cercanos, está en la investigación que lleva adelante la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía Oriente, a cargo de Felipe Sepúlveda. El obispo está preocupado de ordenar su patrimonio, al que también está rastreando el Servicio de Impuestos Internos (SII).

La parcela en Isla de Maipo es uno de los activos de los que no se quiere desprender. Funciona como camping, se cobra una entrada de 2000 pesos y, en caso de que la investigación por lavado de activos le cueste muy cara, es una fuente de ingresos. Durán tampoco quiere perder el departamento que tiene en Gertudris Echeñique, la tradicional calle del barrio El Golf.

El portafolio inmobiliario del obispo es de 12 propiedades y 9 estacionamientos, que le generan un patrimonio cercano a los mil 800 millones de pesos. Esto, sin contar la participación de un 15% en la sociedad Indesc Limitada, que vende soluciones para la minería, y de Transportes Jotabeche 40.

Con la investigación que sigue el Ministerio Público y el SII, el obispo y su hijo diputado del mismo nombre, buscan desprenderse de la mayoría de estas participaciones, según cuentan al interior de la Catedral de Jotabeche.

Mercaderes en el templo

El recinto de Jotabeche es el bastión más importante para Durán. Desde ese lugar, el pastor tiene jurisdicción sobre 56 templos repartidos por todo Chile, que según la ley de la Iglesia evangélica deben entregarle el 10 por ciento de sus entradas en dinero, lo que se conoce como “diezmo”. Por este concepto, el obispo recibe como ingreso directo entre 30 y 50 millones mensuales, sin contar las ofrendas en dinero de personas naturales y lo que llega desde la cárcel, donde los evangélicos piden un diezmo por instalarse en los pabellones penitenciarios.

[cita tipo=»destaque»]Su comportamiento alejado de los preceptos evangélicos, le está pasando la cuenta a Durán. Casado y padre de tres hijos con Raquel Salinas, la que ostenta el título de diaconisa, el obispo también ha sido pareja de la pastora Alexia Fredes –ligada al coro de la catedral igual que él, que desde niño tocó la mandolina en el grupo– y, actualmente, está vinculado con otra pastora, Ruth Sepúlveda. “A vista y paciencia de todo el mundo, que sabe que eso es incorrecto, pero al parecer el factor económico prima demasiado”, critican al interior de la catedral.[/cita]

Se supone que ninguno de estos ingresos son para el enriquecimiento personal del pastor, el que debería llevar una vida austera y correcta, algo que está muy lejos de los ocho autos que tiene Durán. Precisamente, lo relativo a la moral intachable que debe tener un líder religioso es lo que lo ha hecho caer lenta pero sostenidamente en el descrédito ante los demás pastores. Dos de ellos, Bernardo Cartes y Manuel Salfate –respetados entre la feligresía y que siempre fueron sus aliados– declararon en su contra cuando detectives de la Brigada de Lavado de Activos de la PDI los interrogaron.

El 1 de noviembre, horas antes de la ceremonia oficial para celebrar el Día de las Iglesias evangélicas, diez obispos amenazaron con salirse del redil de Durán e irse con sus feligreses a otra jurisdicción, amenaza que finalmente no concretaron. En cambio, sí se publicaron cartas de apoyo de algunos pastores de la zona sur y de regiones criticando la “campaña de difamación” impulsada por la prensa en contra del obispo.

Paralelamente, el diputado Eduardo Durán Salinas convocó a una asamblea de apoyo para su padre este domingo en la iglesia de Jotableche, un encuentro que será ilustrativo en cuanto a cuál es el apoyo real que tiene el mediático obispo.

Malas jugadas

Su comportamiento alejado de los preceptos evangélicos, le está pasando la cuenta a Durán. Casado y padre de tres hijos con Raquel Salinas, la que ostenta el título de diaconisa, el obispo también ha sido pareja de la pastora Alexia Fredes –ligada al coro de la catedral igual que él, que desde niño tocó la mandolina en el grupo– y, actualmente, está vinculado con otra pastora, Ruth Sepúlveda. “A vista y paciencia de todo el mundo, que sabe que eso es incorrecto, pero al parecer el factor económico prima demasiado”, critican al interior de la catedral.

Tradicionalmente humilde y de bajo perfil, cuando fue investido como obispo, en 2011, Durán apareció como el último de los integrantes de las 25 personas que forman la entidad religiosa “Catedral Evangélica de Chile-Jotabeche Cuarenta Metodista Pentecostal”, según consta en el registro del Diario Oficial. Desde 1991 fue encargado de las relaciones públicas de la catedral que, hasta 2003, estuvo encabezaba por el obispo Javier Vásquez. Desde ese puesto y luego como secretario personal de Vásquez, estableció contacto con personas del mundo político, para quienes siempre el voto evangélico ha sido importante.

Durán perdió la racionalidad y el pragmatismo que lo hizo llegar donde está. El año pasado jugó muy mal sus cartas al enfrentarse directamente a (Michelle) Bachelet, justo cuando estaba tratando de ayudar a la Iglesia Pentecostal de Estados Unidos para no pagar impuestos en Chile y cuando el Gobierno había comprometido un aporte para remodelar la catedral”, apunta un obispo que lo conoce desde principios de la década del 2000.

Ese mismo obispo recuerda que Durán aprovechó los cuestionamientos internos que hubo por supuesto mal uso de fondos públicos contra el hijo mayor de Vásquez para quedarse con su puesto, para lo que hizo lobby con los otros pastores, que lo ungieron en el 2003 tras la muerte del líder evangélico.

En ese momento, Durán solo tenía una casa en Estación Central y un auto.

¿Lavado de activos?

La debacle comenzó el día en que, en un acto programado, el Te Deum de septiembre de 2017, desde el púlpito y las filas de feligreses increparon duramente a la entonces Presidenta Michelle Bachelet, por llevar adelante el proyecto de aborto en tres causales. Esa fue una intervención concreta en política contingente, lo que luego se hizo habitual con la conformación de una bancada evangélica en el Congreso, protagonismo que se transformó en la primera mala señal para Durán.

En realidad, la segunda, porque en agosto del año pasado la Contraloría General rechazó que se le otorgaran franquicias tributarias a la International Pentecostal Holiness Church (IPHC) con la que Durán quería fusionar la iglesia que encabeza. Dos meses después, el SII emitió una circular en que pedía a las instituciones sin fines de lucro que entregaran una declaración jurada con el detalle de su patrimonio y movimientos financieros, cuando fuera igual o superior a las US$12 mil UF.

Y aunque logró concretar la fusión con la IPHC, desde febrero de este año, el convenio significó el ingreso de nuevos problemas. El Presidente Sebastián Piñera lo nombró representante de las Iglesias evangélicas en el Gobierno y desde ese lugar ha continuado el lobby, especialmente con la Cancillería, para conseguir el estatus especial para sus socios norteamericanos.

Fue en este proceso de negociación con la iglesia del telepredicador Jimmy Swaggart, que se levantó la alerta en la justicia chilena y en la agencia de Estados Unidos contra el lavado de dinero, Financial Crimes Enforcement Network. Todo porque la IPHC –cuya base de operaciones está en Oklahoma, Estados Unidos–, con presencia en 100 países, ha tenido controversias financieras recientes en Brasil y Sudáfrica. 

Pero lo que despertó la alerta fue el inusual movimiento financiero de Alexia Fredes, la ex pareja de Durán, quien pagó 35 millones en efectivo por un departamento en Avenida Pocuro, en la comuna de Providencia, a pesar que ante el Servicio de Impuestos Internos solo figura como dueña de un bazar en Estación Central. Además, en su cuenta se recibieron depósitos desde y hacia Estados Unidos. Los problemas legales hicieron que la relación entre Fredes y Durán sufriera un quiebre.

A la investigación financiera se suma la querella por el incidente que protagonizó su grupo de «servidores» como el obispo llama a su equipo de seguridad en el último Te Deum de septiembre, cuando agredieron al periodista de Radio Bío Bío, Óscar Cáceres, el que no solo quedó registrado por las cámaras de televisión y generó un amplio repudio, sino que gatilló un recurso de protección en contra del líder evangélico por impedir la labor de la prensa.

A pesar de ser consultado por El Mostrador, el obispo Durán no estuvo disponible para responder preguntas para este reportaje.

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