Hace casi cuatro meses que el clásico sendero al glaciar La Paloma, emplazado en el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca, está cerrado ante el riesgo de desprendimientos rocosos. Según el alcalde de la comuna de Lo Barnechea, Felipe Guevara, su reapertura es incierta. Pero también son inciertas las razones del cierre: si bien la versión oficial apunta a «efectos del cambio climático», trabajadores del parque y andinistas que han estado en la zona apuntan con el dedo a la empresa minera Anglo American. Según el alcalde, la minera se dio cuenta y advirtió de este riesgo y, además, mandató a la empresa Pucará S.A. a hacer un informe, el cual sirvió de base para las labores que hizo Sernageomin, entidad que utilizó los hallazgos de dicha empresa -que ha trabajado históricamente para la minera- como referencia para sus conclusiones. «Si son sus clientes históricos, no van a decir algo que les impida a ellos seguir explotando el cobre. Y, probablemente, Sernageomin no tiene los medios para hacer un estudio paralelo», señaló la geóloga y académica de la Universidad de Concepción, Verónica Oliveros.
A casi cuatro meses de su cierre, el clásico sendero de 15 kilómetros que lleva al mirador del glaciar La Paloma, emplazado en el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca, está lejos de reabrir sus caminos y -según reconoce el propio alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara- la esperada fecha de reapertura podría ser «mañana o nunca», dada la incertidumbre que existe en torno a la posibilidad de un derrumbe, a medio camino del glaciar, que podría tener consecuencias fatales para los senderistas.
Si bien las versiones oficiales apuntan a un «efecto del cambio climático», trabajadores de Yerba Loca, en conversación con El Mostrador, denunciaron que la minera Anglo American -que explota a rajo abierto cobre y molibdeno a escasos kilómetros del glaciar- ha «hecho detonaciones sin previo aviso», que pasan constantemente «helicópteros, con un balde colgando, en dirección al sendero» y que, incluso, habrían «instalado campamentos» cerca del glaciar. Lo mismo dicen algunos montañistas que, a la «mala», han pasado al sendero y se han topado con la presencia de la minera, la cual califican de “sospechosa”.
«Yo creo que la minera está ahí. Echamos mucho de menos ir al sendero a hacer limpieza, pero no podemos entrar. Tenemos miedo de que se nos caiga todo encima», dijo a El Mostrador un trabajador del parque que pidió reservar su identidad.
“La última vez que fuimos ya no se podía acceder a la parte alta de la última terraza que queda por la derecha, arriba de la laguna que está en el mirador del glaciar”, aseveró un montañista, quien también pidió permanecer en el anonimato.
A esto, se suma un potencial conflicto de interés: la empresa Pucará S. A., que realizó el informe que sirvió de base para las labores que después retomaría el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) para determinar qué provocó el riesgo de derrumbe, tiene como uno de sus principales clientes precisamente a Anglo American. En otras palabras: quienes fueron a terreno a constatar qué fue lo que ocurrió, han trabajado, históricamente, para la minera.
El Mostrador accedió al informe elaborado por el Sernageomin, que data de noviembre de 2018 y que tiene como título «Remoción en masa en Parque Yerba Loca». En este se especifica que el deslizamiento, de carácter activo, está ubicado a 3.900 m.s.n.m. y que sería de tipo rotacional. ¿La fuente de dicha información? El informe de la empresa Pucará S.A.
Se precisa, además, que en terreno «se percibieron movimientos internos que pueden estar asociados al derretimiento de hielo (o suelo congelado) y/o a la filtración de agua por deshielo, lo que genera erosión selectiva dentro del depósito».
En otro párrafo del informe se muestra con claridad que Sernageomin toma como referencia los hallazgos de Pucará S.A: «El depósito del deslizamiento en su mayoría involucra material sedimentario no consolidado (coluvial o criogénico), el cual se mantiene húmedo, asociado a la capa de nieve que tenía inicialmente. Además, en la parte alta del escarpe, se observó material rocoso in situ, altamente fracturado, perteneciente a la Formación Abanico, según el informe de Pucará S.A.”.
Y en otro párrafo, la fórmula es similar: “Según lo expresado en el informe de Pucará S.A. (2018), se estima una superficie de la masa de fallamiento principal de 355.858 km2 y un total de área afectada de 3.752.440 km2, por lo que se necesitar determinar claramente la cantidad de material a removerse».
Por otra parte, el informe de Sernageomin recomienda realizar un estudio «detallado» del peligro en la zona del deslizamiento, pero aclara que ellos no tienen «todos los recursos económicos para llevarlos a cabo, por tanto, se deben buscar las fuentes de financiamiento en otros organismos, ya sean públicos o privados». Este punto sería clave, dado que la municipalidad todavía no tiene certeza de la reapertura del sendero, por los “altos costos económicos” que esto significa.
Por último, según el informe, los costos para la municipalidad ascenderían a los $130 millones, y precisa que, «si se hacen los estudios y se implementan las obras de mitigación que se sugieren en estos, además de efectuar un adecuado mantenimiento de dichas obras y el correspondiente plan de evacuación y definición de zonas seguras, en conjunto con ejercicios de simulacro con la comunidad, se lograría una disminución del riesgo. Esto permitiría mantener operativas todas las instalaciones del Parque Yerba Loca».
Para la geóloga y académica de la Universidad de Concepción, Verónica Oliveros, la empresa Anglo American, al realizar actividades de explotación a algunos kilómetros del lugar con riesgo de derrumbe, sí podría tener eventuales responsabilidades: «La desestabilización -podría ser el caso- se produciría porque estarían, de acuerdo a los indicios, vaciando una parte del cerro al extraer el material con cobre, entonces se produce un vacío y con ello una falta de presión que puede gatillar que zonas aledañas con fracturas o pendientes elevadas se desprendan», señaló a El Mostrador.
Oliveros sostiene que siendo el yacimiento de la minera uno de los más grandes de la Región Metropolitana, con la cantidad de material que han sacado hasta ahora, «perfectamente podrían desestabilizar la ladera del cerro». Precisa, además, proyectivamente, que es muy posible que «hayan comenzado las faenas subterráneas antes de tener la autorización», haciendo referencia al proyecto «Los Bronces Underground».
La académica no descarta, sin embargo, que la compleja situación que mantiene cerrado el sendero pueda explicarse por el cambio climático: «Ese riesgo, provocado por precipitaciones de agua en lugares donde normalmente había nieve, es muy alto en la precordillera de Santiago».
Otro punto que llamó la atención de la geóloga es el hecho de que una empresa, con una larga relación laboral con Anglo American, haya realizado los estudios preliminares: «Si son sus clientes históricos, no van a decir algo que les impida a ellos seguir explotando el cobre».
Respecto del rol de Sernageomin, entidad que basó gran parte de sus conclusiones en el trabajo previo de dicha empresa, afirmó que «ellos no tienen los medios ni el interés, quizás, de hacer un estudio paralelo. Es bastante probable que se hayan basado exclusivamente en lo de Pucará».
«El ente fiscalizador, Sernageomin, no tiene suficiente personal como para cubrir toda la actividad minera en Chile”, sentenció.
Cabe destacar que todo lo anterior ocurre en un año clave para la minera, ya que pretende expandir sus operaciones y materializar el proyecto «Los Bronces Underground» que, según ellos, «apunta a la explotación subterránea del centenario yacimiento, lo que implica un cambio radical respecto del actual modelo a rajo abierto».
La expansión es fundamental para la minera, «considerando que el yacimiento se encuentra en uno de los distritos más importantes del mundo, donde se concentra el 30% de los recursos de Chile y un 10% del mundo. Sin embargo, el concretar las obras requiere de importantes esfuerzos, por la ubicación geográfica de la faena, cercana a glaciares, a zonas protegidas y muy cerca de Santiago», consigna el sitio Portal Minero.
En efecto, la minera, emplazada en la zona de montaña de Lo Barnechea, se encuentra en la cara oriental de los cerros La Paloma y El Altar, ambos visibles desde casi cualquier punto de la capital, al lado izquierdo del más famoso cerro El Plomo. En verano, La Paloma se puede reconocer fácilmente, ya que tiene uno de los pocos manchones de nieve que logran sobrevivir a las altas temperaturas de estos meses.
Manchón que, en realidad, es un glaciar homónimo que constituye una importante reserva hídrica para la Región Metropolitana. Desde ahí, las aguas siguen su curso y dan origen al estero de Yerba Loca que, a su vez, es uno de los afluentes del río Mapocho, el principal curso de agua de Santiago. «Las aguas que bajan por el río se infiltran al llegar a la parte alta de la depresión central y alimentan las napas de donde varias empresas captan agua para generar agua potable», explica el glaciólogo y consejero del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, Francisco Ferrando.
A pesar de su relevancia para el medioambiente, el Santuario de la Naturaleza de Yerba Loca «no forma parte del sistema nacional de áreas protegidas por el Estado, pero sin embargo conviven como figura de protección complementaria a las otras categorías, incluyendo los Bienes Nacionales Protegidos», explica a El Mostrador el Ministerio de Bienes Nacionales. «Cabe hacer presente que los santuarios de la naturaleza pueden ser tanto de propiedad fiscal como particular. El santuario es de propiedad de la Municipalidad de Lo Barnechea», aclara esta cartera.
En efecto, la propiedad municipal del predio de Yerba Loca corresponde a 11.000 de las 39.000 hectáreas que constituyen el santuario y, según señalan desde la página web de la municipalidad, «en la zona de montaña de Lo Barnechea existen dos áreas silvestres protegidas por el Estado: los Santuarios de la Naturaleza Los Nogales y Yerba Loca. Ambos fueron reconocidos en 1973, bajo la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales, instrumento por el cual el Estado ejerce su tuición y protege a través del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN)”.
“Este consejo”, agregan, “dependiente del Ministerio de Educación, establecía las regulaciones y velaba por su cumplimiento. Pero la norma fue modificada el año 2010 a través de la Ley 20.417, que establece otro ordenamiento: la declaratoria de zona protegida por el Estado la realiza el Ministerio del Medio Ambiente, una vez que la recomendación del CMN haya sido refrendada por el Consejo de Sustentabilidad. La modificación no es retroactiva, por lo que ambos santuarios aún permanecen bajo la tutela del mencionado CMN».
En entrevista con El Mostrador, el alcalde de la comuna, Felipe Guevara (RN), desestimó las sospechas de los trabajadores del parque y de los andinistas, quienes dudan de las versiones oficiales del cierre del sendero y que, adicionalmente, ponen el foco de atención en Anglo American, señalando que se han «entrometido» en un sendero que no es de su propiedad.
-Alcalde, trabajadores del parque han comentado que han escuchado detonaciones. Además han afirmado que Anglo American financia en gran parte las actividades que realiza dicho parque.
-Las detonaciones que hace Anglo American se escuchan desde distintos sectores de la cordillera. Que uno la escuche, no significa que pueda definir de dónde es. En otras palabras, escuchar una detonación no es sinónimo de tener la capacidad de definir de dónde fue. La única forma que puedes saber eso es por contacto visual, pues al oírlas, es imposible.
-El sendero lleva meses cerrado y no se ha hecho un buen trabajo al comunicar las razones del cierre, y mucho menos si volverá a abrir. ¿Qué es lo que está pasando actualmente en ese lugar?
-Lo que nosotros tenemos ahí es un desprendimiento de una masa de tierra y roca, de aproximadamente 13 a 14 hectáreas, es decir, son 3 millones de metros cúbicos de tierra y roca que se desprendieron por alguna razón. Hemos estado con Sernageomin haciendo vuelos en helicópteros, además me reuní con el ministro de Minería. Lo que dicen ellos es que no hay relación entre la minera y lo que pasa en este lugar, ya que ellos están a varios kilómetros de distancia, entonces no tendría ninguna razón que fuera la minera.
-¿A qué se atribuye, entonces, este desprendimiento?
-Se atribuye al cambio climático, producto de lluvias que se producen en lugares donde antes nevaba. Eso hizo que se produjera este desprendimiento en el sector de La Lata. Lo que dice el informe es que, en caso de desprenderse ese volumen, lo que haría es caer hasta la quebrada, chocar con el cerro de al frente y quedarse ahí.
-¿Cuándo volverá a abrir el sendero?
-Nadie sabe, puede ser mañana o nunca. Estamos esperando para poder abrirlo. Además, estamos esperando un nuevo informe más profundo que la Onemi le pidió a Sernageomin, de manera que nos indique una forma de monitorear esto. Una vez que lo tengamos, abriremos o no el sendero, pero no está definido. Mientras no tenga ese informe, no se puede hacer nada.
-¿Es posible, ahora o en el futuro, que Anglo American termine expandiendo sus faenas en este sendero?
-No. Un santuario por definición está protegido de cualquier tipo de actividad industrial o minera, así que no se va a extraer nada. Repito: no habrá una faena minera en Yerba Loca, está fuera de la ley. Además, Anglo American nos ha colaborado un montón.
-Volviendo al tema de la reapertura, ¿no tienen ni siquiera un estimado, una fecha tentativa?
-A mí obviamente que me gustaría que las cosas fueran más rápidas, pero vivimos en el mundo de la realidad, no de la idealidad. Conseguir que el ministro priorizara este tema y que contratara helicópteros, que podrían ser usados para los incendios forestales, en fin, fue todo un esfuerzo. Falta mucho presupuesto, las restricciones para helicópteros son muchas.
-¿Quién se percató de este desprendimiento de masa rocosa?
-Anglo American lo descubrió, cuando iban en helicóptero hacia San José de Maipo. Ellos cruzaron sobre este sector y dieron aviso del desprendimiento. Nos enteramos el mes de octubre.
Anglo American responde a las sospechas: “el cierre del sendero mencionado corresponde a una decisión de la autoridad”
La empresa minera, tras ser consultada por El Mostrador acerca de su responsabilidad en el cierre del sendero al glaciar La Paloma, contestó que esto se debía a una «decisión de la autoridad» y que la compañía no tenía «ninguna relación con esta decisión».
Por otra parte, desmintieron las acusaciones de los trabajadores del parque Yerba Loca, quienes afirman haberlos visto en el sendero realizando operaciones: «La compañía no tiene operaciones, campamento, ni equipos, ni ningún tipo de actividad en la zona del sendero mencionado. La compañía no está haciendo detonaciones en el sector».
Asimismo, negaron que el uso de helicópteros, cuya frecuencia sorprendió a los trabajadores del parque, tenga alguna relación con actividades de la minera en dicho sector. «Es común y normal el uso de helicópteros para transportar personas u otros elementos a la operación actual de Los Bronces. También se han utilizado para la realización de diversos estudios en la zona», replicó la empresa.
-Este año Anglo American iniciará un proceso de expansión de la mina Los Bronces, que pretende aumentar la producción. ¿Está descartado, en un 100%, que ahora o eventualmente a futuro la minera decida comprar el terreno a la Municipalidad de lo Barnechea y que, tal como sucedió con el lado norte del cerro La Paloma, se termine clausurando el clásico sendero de Yerba Loca que culmina en el glaciar, para dar paso a las actividades mineras?
-En los próximos meses, Anglo American espera ingresar al Sistema de Evaluación Ambiental el proyecto integrado Los Bronces, tendiente a dar continuidad a su operación actual, que tiene una presencia de 150 años en la alta montaña de Lo Barnechea. Este proyecto busca sostener los niveles de producción actual en el tiempo. Se trata de un proyecto de reemplazo de parte del mineral extraído actualmente por otro de mejor ley de cobre (mayor contenido de cobre en la roca extraída), que se ceñirá a estrictos criterios de sustentabilidad, identificados en diversos procesos de diálogo con los vecinos, autoridades, académicos y ONG, entre otros actores. Estos criterios son: no afectación de glaciares; no intervención de áreas protegidas; utilización de la misma capacidad de planta, depósito de relaves y de estériles ya aprobada; no solicitar nuevos derechos de agua; no aumentar el flujo en la ruta G21; optimizar el uso de agua y energía.
-Pero, ¿hay intenciones o no de expandir las faenas de la minera a otros sectores protegidos, como el de Yerba Loca?
-Este proyecto no considera la compra de un terreno a la Municipalidad de Lo Barnechea ni acciones que impliquen el cierre futuro del sendero. Por el contrario, la compañía está trabajando junto a diversos actores en una serie de iniciativas para potenciar el acceso y turismo en la zona de montaña de Lo Barnechea. Entre las principales iniciativas está la elaboración de una estrategia de conservación de la biodiversidad junto con la Wildlife Conservation Society (WCS); el Programa de Educación Ambiental “Flora y Fauna Lo Barnechea”; el Plan Estratégico Cordillera desarrollado en conjunto con la Municipalidad de Lo Barnechea y la Universidad Adolfo Ibáñez; y el plan de mejoramiento de la infraestructura, servicios y administración de Yerba Loca, junto con la Municipalidad de Lo Barnechea y Outlife.
Yerba Loca: un sendero único cuyo futuro es incierto
Un glaciar, cascadas de hielo, dos cerros clásicos -La Paloma y El Altar- y varios lugares que más de algún amante del trekking reconocerá: Piedra Carvajal, sector que sirve de campamento base para las expediciones de alta montaña; La Lata, hermosa planicie adornada con piedras gigantes que alguna vez se precipitaron desde las altas laderas que encierran la quebrada; y Hornitos, destino preferido de los niños, dada su cercanía con el sector de camping Villa Paulina.
Quien alguna vez hizo el sendero, sabe que cada tramo tiene su particularidad: al comienzo, se transita por una vegetación exótica, donde abudan los cipreses, el pino oregón y el álamo; luego, se cruza una hermosa pradera que entrega los primeros atisbos de las montañas que se esconden al final. Más allá, después de algunos kilómetros de caminata, sorprenden los herbazales, que funcionan como una minicuenca receptora de agua y que, para el senderista, constituyen señales de vida en una zona fundamentalmente rocosa.
También está el río, que fluye desde el glaciar y que acompaña en cada momento, al igual que los bosques nativos de escallonia, frangel y maitén. Las águilas, ocasionalmente, sorprenden desde el cielo, mientras aves más pequeñas -como el chirigüe dorado- bajan a los matorrales y hacen gala de sus hermosos colores dorados.
Tampoco se puede omitir al famoso cóndor andino, quien domina el paisaje aéreo con sus sus tres metros de envergadura y sus distinguibles plumas blancas alrededor del cuello. Se le puede ver casi siempre, volando hacia quebradas inaccesibles para los senderistas.
«Es un lugar clásico. La Paloma y el sector de Yerba Loca han sido frecuentados por montañistas desde comienzos del siglo XX, es una escuela de montañismo», afirma el montañista y documentalista Sergio Infante, autor de la cinta País de las montañas prohibidas, que trata sobre el tema del acceso a los cerros.
Al estar clausurado el acceso norte a los cerros La Paloma y el Altar, por la presencia de la minera, el sendero era la única opción que restaba para acceder a ambas montañas. «Ese lugar era uno de los pocos que gozaba de libre acceso, hasta que se cerró. Las razones del cierre han sido difusas, y no se sabe qué creer. Sería una pérdida terrible para la gente que hace deportes de montaña, pero no me sorprendería: la minera, históricamente, ha tenido el poder, son avalados por la ley, si ellos encuentran vetas, si encuentran mineral, pueden explotar, la ley lo permite. Si encuentran cobre en tu casa, te pueden quitar la casa», agrega Infante.
«Ya se restringió La Paloma desde el norte, desde el lado más evidente y fácil de subir, y que ahora desde el sur, que también esté restringido, bueno, pasa a ser una montaña más de la lista de montañas prohibidas, que en la Región Metropolitana no son pocas», concluye el montañista.
Cabe destacar que la opinión de Infante -en relación con el acceso a las montañas- está respalda por los datos entregados por la fundación Plantae, que trabaja para la conservación, acceso y uso consciente de los espacios naturales.
Según el catastro nacional de restricciones de acceso a las montañas que llevó a cabo este organismo, en todas las regiones del país lograron constatar al menos un problema de acceso, al no existir servidumbre de paso.
“Hay que garantizar el acceso a las montañas”, dijo a El Mostrador el parlamentario Sebastián Torrealba (RN), quien es impulsor del proyecto de ley que pretende garantizar la servidumbre de paso en los cerros del país. Al ser consultado por la situación de los cerros La Paloma y El Altar, Torrealba recalcó la importancia de que se logre pensar en alguna alternativa que permita a los andinistas acceder nuevamente a estos espacios. “De eso se trata el proyecto de ley”, agregó.