Abogada y técnico en administración. Pertenece a un partido de centroizquierda en su país y es hija de un caudillo político en el Amazonas. Estuvo encargada de la administración de la Asamblea Nacional donde estrechó lazos con el diputado Juan Guaidó, proclamado Presidente «encargado» de Venezuela. Aun cuando la Contraloría analiza la denuncia de dos abogados del PC chileno que acusaron a Gutiérrez de recibir honorarios de La Moneda y de seguir sus pautas, la abogada rechaza las acusaciones al tiempo que anuncia un cambio de estrategia política en el país: reducir sus apariciones públicas para concentrarse en la recolección de ayuda humanitaria.
A casi tres semanas de su nombramiento como representante diplomática del “Presidente encargado” de Venezuela, Juan Guaidó, la abogada y técnico en administración Guarequena Gutiérrez cambió de estrategia y ha optado por el silencio. Si durante los primeros días, después de que su investidura fuera reconocida por el Gobierno chileno el 29 de enero, aparecía constantemente en la prensa, hoy se concentra en coordinar junto con los venezolanos residentes en Chile un cargamento de ayuda humanitaria que será enviado a ese país durante esta semana.
En el círculo de la oposición venezolana y de los cercanos a Guaidó en Chile se decidió cambiar el foco de sus funciones. Luego de reunirse con la UDI, Renovación Nacional y representantes de la Democracia Cristiana, “la evaluación fue que esos encuentros fueron usados por los partidos para hacer política interna, y aunque eso puede ser evidente, no es útil para las intenciones de la oposición a Maduro en Chile aparecer ligados a asuntos de política interna o propiciar enfrentamientos entre los partidos de aquí”, asegura una fuente que trabaja junto a Gutiérrez.
De hecho, las apariciones con dirigentes políticos chilenos abrieron un flanco para Guarequena Gutiérrez. Luego de reunirse con la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, la abogada venezolana fue consultada sobre una denuncia que hicieron en Contraloría dos abogados ligados al Partido Comunista. Eduardo Contreras y Raúl Ávila firmaron un requerimiento denunciando el supuesto pago a Gutiérrez por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores por medio de boletas de honorarios. Pero Gutiérrez lo negó rápidamente: “Es totalmente falso, ahorita es ad honorem, porque el presupuesto lo tienen secuestrado en Miraflores, este dictador, pero estamos trabajando con la solidaridad de todos los venezolanos de Chile”, aseguró. En la misma línea respondieron desde Cancillería enfatizando que “no hay ningún pago que se le haya realizado o realice a ella”.
En los seis meses que Guarequena Gutiérrez lleva viviendo en Chile, se ha instalado a trabajar en el núcleo que forma su partido Acción Democrática (AD) en Chile. Este partido no representa precisamente a la derecha política. Por el contrario, se define “socialdemócrata” y pertenece a la Internacional Socialista. En Acción Democrática surgió la figura del ex-Presidente Carlos Andrés Pérez, quien en su primer período entre 1974 y 1979 nacionalizó la industria petrolera y las fábricas de acero y aluminio. Es la época de las grandes fortunas, de la “Venezuela saudí”, pero también del refugio para decenas de exiliados chilenos durante la dictadura de Pinochet. “Parte de esos empresarios que hicieron fortuna desde los setenta, los ‘adecos’ [militantes de acción democrática] que se hicieron ricos antes del chavismo, son los que financian las actividades de Guarequena y su grupo en Chile”, afirma una fuente de la embajada venezolana que encabeza Arévalo Méndez.
En efecto, Guarequena Gutiérrez no es una desconocida en la política de su país. Es hija de José Bernabé Gutiérrez, que fue gobernador del estado de Amazonas entre 1995 y 2001. Luego fue reelegido, pero no pudo asumir después de que el chavismo lograra impugnar las elecciones. Antes de instalarse en Chile, Guarequena Gutiérrez fue directora de administración y finanzas de la Asamblea Nacional de Venezuela. En 2017 denunció los recortes presupuestarios del gobierno de Maduro hacia la institución. Desde ese puesto estrechó lazos con Juan Guaidó, con quien los une la cercanía generacional. Guaidó es representante del partido Voluntad Popular, que también se define como de “centroizquierda progresista”. El diputado tiene 35 años, Guarequena Gutiérrez 36 y Freddy Guevara, presidente de Voluntad Popular y uno de los líderes más encendidos de la oposición venezolana, tiene 33 años. Por eso, a Gutiérrez se le ubica entre “los millenials que quieren derrocar a Maduro”.
Gutiérrez nació en Puerto Ayacucho, a orillas del río Orinoco en el estado de Amazonas, el segundo más grande de los 23 que forman Venezuela. Guarequena es el nombre con que se designa una etnia que habita ese territorio, que recorrió junto a su padre mientras hizo campaña en las últimas elecciones de gobernador en 2017, donde fue proclamado el representante del oficialismo. Estudió Derecho en la Universidad de Carabobo, en el estado del mismo nombre y una de las más importantes de ese país.
Aunque su formación y experiencia parecen herramientas suficientes para desempeñar su función diplomática, desde ahora ha decidido mantener un perfil más bajo que el de los primeros días, no dar más entrevistas y tampoco hacer apariciones públicas con dirigentes políticos chilenos. “Si empieza a ejercer una función pública muy notoria, está creando un problema para el Gobierno, que la reconoce pero no ha cortado relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro, y por ejemplo se entiende con ese gobierno cuando organiza los vuelos con chilenos que vienen de regreso al país y paralelamente se mantiene el embajador de Maduro en Chile. Por eso su figura es ante todo propagandística”, dice un diplomático ligado a la ex-Nueva Mayoría.
En la práctica, Chile no tiene embajador en Venezuela. El último fue Pedro Felipe Ramírez, designado por Bachelet, que regresó en marzo de 2017 y causó controversia cuando luego de reunirse con Guarequena Gutiérrez, dijo que el gobierno de Maduro era “una dictadura”, definición polémica considerando que Ramírez fue ministro de Salvador Allende.
Actualmente, la sede diplomática chilena en Caracas funciona con el encargado de negocios Manuel Rioseco. En estos últimos meses, aunque están oficialmente alejados ambos gobiernos, desde que Chile no reconociera la última elección de Maduro, en la embajada los funcionarios tienen mucho trabajo derivado de la tramitación de “visas de responsabilidad diplomática” para venezolanos que buscan viajar a Chile con residencia por un año y también organizando los vuelos de repatriación de chilenos.
En este contexto, los cercanos a la “representante diplomática” de Juan Guaidó reconocen que aumentar las apariciones públicas podría complicar estos procesos en Venezuela y generar otros conflictos innecesarios. Por eso, la labor de Guarequena Gutiérrez se centra por estos días en organizar un cargamento de ayuda humanitaria hacia Caracas. Actualmente la Cruz Roja venezolana impulsa una campaña para que ingrese ayuda humanitaria el próximo jueves 23 de febrero, y la abogada venezolana en Chile está abocando todos sus recursos a ello.