El parlamentario DC puso “a disposición” su opción de presidir la testera cuando fue a presentar una denuncia ante la PDI para que se investigue un mail anónimo que circuló en los correos electrónicos de los 155 diputados, en el que se le acusaba de episodios de violencia intrafamiliar. Silber acusó que dicha versión era una “operación política deleznable”. En Valparaíso, la oposición ya acuñó el diseño en cuanto a que dicho acuerdo no está amarrado a nombres específicos, lo que destraba la tensión interna entre las bancadas desde las cuales varios parlamentarios ya notificaron que no votarían por el representante de Maipú, lo que forzó finalmente que su candidatura no llegara a puerto a una semana de la votación. La trama tiene varias vueltas.
Pocas veces la elección de la presidencia de la Cámara de Diputados ha sido tan tensa y compleja como la de este año. La postulación del DC Gabriel Silber a dicho cargo, al alero del acuerdo administrativo de la oposición, ha estado contaminada y cruzada todo el verano por el conflicto político entre la falange y el Frente Amplio (FA), pero además por los rumores soterrados sobre los problemas del parlamentario en su vida personal.
Desde enero que en los pasillos del Congreso y en círculos políticos circuló la versión de que sobre Silber iba a recaer una supuesta denuncia por maltrato por parte de su esposa, Cristina Orellana, madre de sus hijos y ex vicepresidenta de la DC. El rumor impactó internamente en la DC porque Orellana no solo es la esposa de Silber, sino una militante de larga trayectoria propia: estuvo en la mesa directiva de Carolina Goic y se mantuvo hasta el año pasado en la mesa interina que encabezó Miriam Verdugo. Si bien es de muy bajo perfil público, es ampliamente conocida en la falange, dada su experiencia con los números y su manejo de las finanzas de la colectividad; su origen es de una tradicional familia curicana militante de la flecha roja, ha tenido una serie de cargos de corte técnico en el Estado como en Corfo y el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), y en el partido, transversalmente, dicen que es ella la que asesora en todos los ámbitos al diputado por Maipú: “Es de personalidad fuerte, no se guarda nada, pero tampoco es impertinente. Sabe cuándo decir las cosas y prefiere actuar desde la segunda línea. A diferencia de Gabriel [Silber] piensa muy bien en qué asuntos involucrarse públicamente”, relató en el verano un militante que ha trabajado con ella.
Por eso el tema –tal como confirmaron diversas fuentes DC– fue comentario “obligado” entre los asistentes al aniversario de la muerte del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, el 23 de enero, como el hecho de que la razón de la supuesta denuncia tenía su origen en el quiebre de la convivencia de la pareja.
En la Cámara Baja, el tema se trató a puertas cerradas entre los partidos de la ex Nueva Mayoría, conversaciones en las que la Democracia Cristiana aseguró a sus ex socios que el tema no era cierto. Fuentes de la falange señalaron a El Mostrador en esas semanas que el tema “nunca se trató como bancada ni en la Cámara ni en el Senado, pero que desde la Cámara Alta se hicieron las consultas correspondientes, dejando el proceso a los diputados y las diputadas”.
En todo caso, desde la DC otras fuentes confirmaron que el tema sí fue abordado en dos oportunidades en el seno de la bancada de diputados en sus reuniones en Valparaíso, que se dio la orden de no hablar del tema con la prensa y que se analizó desde la perspectiva que –más allá de la vida privada del parlamentario– advertían una operación política desde el Frente Amplio para hacer tambalear el acuerdo administrativo para la presidencia de la Cámara Baja y sus 19 comisiones. En esos días, precisamente, el FA había golpeado la mesa, cuestionando la “sintonía” de la DC con La Moneda, dada su reticencia a acusar constitucionalmente al ministro del Interior, Andrés Chadwick, por el caso Catrillanca, críticas con las que pusieron en tela de juicio el acuerdo administrativo.
El asunto se mantuvo sigiloso durante febrero, pero el 7 de marzo las aguas se volvieron a agitar en el entorno de Silber con un tuit del periodista y conductor de TV, Francisco Saavedra –amigo de Orellana–, quien en su cuenta escribió ese día: “Un mensaje a las mujeres: atrévanse a denunciar, no tengan miedo, frente a hechos de violencia no teman #Yotecreo @cporellana @PamJiles@ceciperez1″ (sic).
Luego, en la tarde del sábado 9, comenzó a circular un mail anónimo en los correos electrónicos de los 155 diputados y diputadas “contra la violencia machista en la DC” que hablaba de que Orellana, “nuestra vicepresidenta y esposa de Gabriel Silber, fue y seguramente seguirá siendo víctima de violencia intrafamiliar (…). Es un secreto a voces, pero muy controlado por la cúpula de nuestro partido”. Ante el contenido de este mail anónimo, Orellana puso en su cuenta de Twitter que “todos los que me conocen saben que soy perfectamente capaz de tomar decisiones y de defenderme. Sé hacerlo. No caeré en desmentir anónimos. Estas prácticas no van conmigo. Los anónimos son peligrosos y sin validez cuando no tiene rostro. Solo denigran”.
Todo esto sucedía mientras desde ayer se han realizado intensas reuniones en toda la oposición para intentar amarrar el acuerdo administrativo de la Cámara, el que genera resistencia en el Frente Amplio, gestiones que estuvieron inevitablemente cruzadas por el contenido del correo anónimo.
Este mediodía, y sin que en la directiva de la DC ni en las bancadas en Valparaíso estuvieran informados, se anunció que Silber y Orellana, acompañados del abogado Gabriel Zaliaznik, acudirían a la PDI para presentar una denuncia y acusar “una operación política deleznable para hacer caer el acuerdo administrativo”. Una vez que se supo de esto en Valparaíso, todas las miradas quedaron atentas a lo que iba a decir y hacer Silber, mientras que, en privado, varios parlamentarios confesaron que sabían hace tiempo de la amenaza de denuncia y que nadie dijo nada.
La citación era a las 12:30 horas, la prensa llegó al cuartel general en General Mackenna 1370, pero en las dependencias de la policía civil no tenían idea de dicha pauta y solo pasado un rato se confirmó que los involucrados iban en camino. Llegaron con más de una hora de atraso e ingresaron sin hacer declaraciones. A la salida, Zaliaznik explicó que “interpusimos una denuncia ante la unidad de Cibercrimen para que se investigue el origen malicioso de este correo que contiene información falsa, que forma parte de una operación política diseñada en relación a las aspiraciones del diputado Silber para presidir la Cámara de Diputados”.
Zaliaznik agregó que “esta es una conducta bastante inusual desde el punto de vista penal, no tenemos mucha experiencia… está dentro de los delitos contra la Seguridad Interior del Estado cuando se busca alterar mediante engaño o el uso de cualquier otro medio el normal funcionamiento, ejercicio o atribuciones de los poderes del Estado, que es lo que acá está ocurriendo (…), lo que hay acá es una operación política”.
En el texto de la denuncia, se precisa que “en dicho correo masivo, que no aparece suscrito por persona alguna, revistiendo la calidad de ‘anónimo’, se procede a efectuar un relato referido a enlodar la honra personal y familiar de nosotros, dejando entrever y haciendo querer ver mañosamente cuestiones del todo falsas con el único objeto de perjudicar nuestras actividades profesionales y políticas, supuestamente atribuibles a actuaciones de los suscritos”. El siguiente punto afirma que “el único interés de este correo es el hacer circular información mañosamente tergiversada, en forma anónima e interviniendo la comunicación de los correos institucionales de las cámaras, a objeto de que esta misma luego se viralice y con ello, a través de un medio delictual, se afecten nuestras actividades políticas, afectando en definitiva el funcionamiento del Congreso y nuestro quehacer político, de paso, afectando nuestra honra y vida privada, con fines ilegales”.
Por eso, Silber y Orellana solicitaron en la denuncia que esta “sea derivada a la Unidad de CIBERCRIMEN de la PDI, a efecto de que proceda a investigar la IP de la cual fue despachado el mail de marras, y así continuar con la labor hasta dar con el paradero del o los responsables, para luego deducir las querellas criminales correspondientes» (sic).
Acto seguido habló Silber, quien sentenció que “por un tema de importancia de este cargo, pongo a disposición de mi partido la pertinencia de esta candidatura, mi familia, mi entorno, en lo personal hemos sufrido mucho”. Si bien Orellana estaba presente, declinó hacer declaraciones.
Tras esta diligencia en la PDI, en Valparaíso se instaló entre las bancadas de oposición la idea de mantener a todo evento el acuerdo administrativo, pero que este no quede sujeto a nombres específicos, lo que dejaría el espacio para que Silber no asuma la presidencia de la Cámara sin que naufrague el entendimiento opositor. En ese diseño, la DC tendría que proponer una nueva alternativa.
El diputado del Frente Amplio, Diego Ibáñez, dijo que “el acuerdo administrativo no es un acuerdo con nombre, sino entre fuerzas políticas. Yo esperaría que la presidencia la lleguemos a votar, sea hombre o mujer, con antecedentes intachables, ahí tendrá que aclararlo la Democracia Cristiana (…), creo que efectivamente dar un paso al costado es la mejor opción”.
El caso de Silber no ha dejado indiferente a nadie en Valparaíso. Es más, entre las parlamentarias feministas se instaló una profunda preocupación por el trato que se ha tenido con el tema y advierten que la utilización política de la violencia es compleja. “Es preocupante que el tema de la violencia quede en un segundo plano ante un puesto en la Cámara de Diputados”, precisó una de ellas, y reclamó que este episodio deja demostrado que no se ha avanzado nada ante el tratamiento de estos temas.
Si bien la mayoría de las sospechas políticas sobre el origen del mail anónimo apuntan al Frente Amplio, en el corazón de la DC y a nivel de diputados, un miembro de la bancada precisó esta tarde que eso no es así, y que todo lo sucedido estos días es parte de una factura política personal proveniente del propio círculo de Silber.