Durante el miércoles, comenzó a circular la información de que en una reunión en las oficinas administrativas de la Catedral Evangélica, que contó con la presencia del propio Durán, el directorio decidió inhabilitarlo por cuatro meses para que el obispo pudiera «solucionar su problema jurídico». Sin embargo, el cuestionado religioso se aferra con dientes y uñas al cargo. A través de un comunicado, negó la información, asegurando que eso no fue lo acordado y que no hay «destitución, renuncia, cesación del cargo o cualquier construcción imaginaria que pueda habitar en la creatividad de algunos».
El cuestionado obispo Eduardo Durán emitió un comunicado en el que desmintió que la Primera Iglesia Metodista Pentecostal lo haya destituido temporalmente por un periodo de cuatro meses.
«Frente a algunas publicaciones en medios digitales, que indicaría mi alejamiento del cargo y otras afirmaciones ajenas a la realidad, estimo pertinente señalar lo siguiente: Desmiento categóricamente haber dejado mi cargo de Pastor de la Catedral Evangélica y Presidente de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal», señaló Durán en el comunicado.
Durante el miércoles, comenzó a circular la información de que en una reunión en las oficinas administrativas de la Catedral Evangélica, que contó con la presencia del propio Durán, el directorio decidió inhabilitarlo por cuatro meses para que el obispo pudiera «solucionar su problema jurídico».
Sin embargo, el cuestionado religioso negó la información, y aseguró que «el error en lo informado por algunos medios se debe a que las intenciones de algunas personas van mucho más allá de lo efectivamente acordado hasta el momento».
«De acuerdo al estatuto de nuestra corporación, sus reglamentos y la documentación vigente, Eduardo Durán Castro es el Pastor Gobernante de la Catedral y el Presidente de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal. No hay espacio para más interpretaciones», aclaró.
«El documento que se expone como fuente de esta información, efectivamente es un acuerdo que da 4 meses para que “el señor OBISPO” atienda los problemas derivados del conflicto reciente. Este plazo no tiene relación con alguna eventual destitución, renuncia, cesación del cargo o cualquier construcción imaginaria que pueda habitar en la creatividad de algunos», agregó.
Finalmente, el obispo sostuvo que «en nuestro orden eclesiástico, que un vicepresidente atienda tareas del Presidente, en el mejor de los casos, puede comprenderse como una comisión, ni siquiera una subrogancia».