En un inédito horario prime, Piñera protagonizó una Cuenta Pública, incómoda por momentos, donde el principal anuncio fue su idea de reducir el número de parlamentarios en el Congreso a 120 diputados y a 40 senadores (actualmente son 155 y 50, respectivamente). También echó el guante a lo que han sido los últimos escándalos en Poder Judicial, el Ministerio Público y las Fuerzas Armadas para convocar a un Acuerdo Nacional y Transversal. Como encargado de esta tarea refundacional dejó a su primo, el ministro del Interior, Andrés Chadwick. Asimismo, anunció proyectos de ley que contemplan cambios al sistema de nombramiento de jueces y fiscales y la forma en la que se desarrollan los sumarios que afectan a los propios fiscales.
Una cuenta incómoda, y no solo por el momento económico y político que atraviesa el Gobierno, fue este segundo mensaje presidencial de Sebastián Piñera ante el Congreso Nacional. En un inédito horario prime, el Mandatario sufrió evidentes problemas con el teleprompter durante la lectura de su discurso donde lo más llamativo en materia de anuncios corrió por el lado de los cambios en cuanto a reformas políticas, básicamente un nuevo ajuste en el número de parlamentarios.
En su intervención, Piñera se concentró en hacer un check list de lo hecho en estos 15 meses de gestión, defendió las reformas enviadas al Congreso y apeló a temas reiterativos de su discurso (Venezuela o el “terrorismo en la Araucanía). Y si bien asumió que “este año 2019 será, sin duda, más difícil”, reiteró su confianza en que “Chile está en marcha”, frase que el Gobierno busca imprimirle a lo que resta de su mandato.
En un llamado a la oposición, el Mandatario dijo que “es tiempo de dejar atrás el obstruccionismo y es tiempo de recuperar una cultura de diálogo y acuerdos. El rol del gobierno y la oposición no es intentar destruirse mutuamente. Es dialogar y colaborar, con unidad y buena voluntad, cada uno desde sus propias posiciones, para que a Chile le vaya bien y para mejorar la calidad de vida de todos nuestros compatriotas”.
Pero junto a este llamado a poner fin al obstruccionismo, Piñera oficializó su idea para reducir el número de parlamentarios en el Congreso. Su propuesta de reforma constitucional busca rebajar a 120 el número de diputados y a 40 el número de Senadores (actualmente son 155 y 50, respectivamente). Pero no solo eso: también contempla poner límites a las reelecciones de senadores, diputados y alcaldes “para oxigenar nuestra política y dar más oportunidades de participación ciudadana a todos nuestros compatriotas”.
Sus argumentos para estas reformas -que buscan modernizar el funcionamiento, agilizar sus tiempos y mejorar la calidad de la legislación del Congreso- fueron que “desde hace años se ha producido un creciente deterioro de la percepción ciudadana respecto del funcionamiento de nuestro Parlamento. nuestra democracia también necesita un mejor funcionamiento del Congreso Nacional”, dijo el Presidente, aludiendo a la percepción ciudadana, cuando paradójicamente llega a esta cuenta con la aprobación más baja de su mandato, un 33% según la Cadem.
La propuesta del Mandatario fue recibida con una ovación desde las filas de Chile Vamos, pero no la tendrá fácil en el Congreso: «Reducir el Parlamento es una propuesta antidemocrática. Le molesta a Piñera la diversidad política. Si quiere ahorrar plata no lo haga cercenado la representación democrática del Congreso, ¿por qué mejor no baja los sueldos de parlamentarios y ministros? #CuentaPública”, notificó en Twitter el presidente del PC, Guillermo Teillier.
Además, la carta del obstruccionismo a la que apeló Piñera no fue pasada por alto en la oposición. “El Pdte nos llama al diálogo y luego nos acusa de obstruccionistas? Así, no se llama a generar acuerdos. Ni mucho menos cuando llama a la oposición de anti patriotas por pensar distinto… rebaja aún más el nivel del debate en Chile”, le enrostró el senador PPD Ricardo Lagos Weber a través de su cuenta de Twitter.
Otro que se manifestó en Twitter fue el diputado DC Matías Walker: “Espero que alusión del Presidente Piñera al Presidente Aylwin no sea en vano, y no continúe dividiendo a los chilenos en patriotas y anti patriotas”.
Piñera puso también foco en el Poder Judicial, con una frase controvertida y que seguramente sacará ronchas: “la autonomía también tiene límites”.
“No hay democracia sin separación de los Poderes del Estado. La autonomía del Poder Judicial, respeto y el acatamiento de los fallos de los Tribunales de Justicia es fundamental para fortalecer nuestro Estado de Derecho. Pero esa autonomía también tiene límites y exige que todos los poderes respeten los espacios que, desde principios de nuestra República, se les han asignado a los otros poderes del Estado. La autonomía y el respeto por las atribuciones de todos los Poderes del Estado es una garantía de libertad y certeza jurídica para todos los ciudadanos frente al poder”, indicó el Mandatario.
Para este Poder del Estado, Piñera tiene reservadas varias modificaciones, como una batería de proyectos de ley que contemplan cambios al sistema de nombramiento de jueces y fiscales y la forma en la que se desarrollan los sumarios que afectan a los propios fiscales. El primero en directa alusión al fallido nombramiento de Dobra Lusic para la Corte Suprema, además de todo lo sucedido con el «Desastre de Rancagua» y los ministros de la Corte de Apelaciones de esa ciudad. Lo segundo, por todo el escándalo generado entre los fiscales Emiliano Aris y Sergio Moya que tiene en crisis al Ministerio Público.
Asimismo, el Presidente dijo que se preparan proyectos para terminar con el lobby judicial, y modernizar el Sistema Procesal Penal y Código Penal, restringiendo las libertades provisionales en caso de delitos graves o reincidencias, incorporando nuevos delitos y adecuando las penas a su gravedad.
Recogiendo el guante de los que han sido los últimos escándalos en Poder Judicial, el Ministerio Público, las Fuerzas Armadas y de Orden, y también las instituciones políticas, Piñera asumió que “estamos observando un deterioro en la calidad de la política y un debilitamiento de algunas de nuestras instituciones fundamentales”, por lo que aprovechó la instancia de la Cuenta Pública para convocar a un Acuerdo Nacional y Transversal.
La misión de este acuerdo será “mejorar y fortalecer la calidad de nuestra política y de nuestras instituciones republicanas, con el propósito de fortalecer y renovar las confianzas de la ciudadanía en ellas, lo que es fundamental para la buena marcha de nuestra República”. Como encargado de esta tarea refundacional dejó a su primo, el ministro del Interior, Andrés Chadwick.