Muchos aplaudieron, pero nadie sabe muy bien de qué se trata la idea que anunció el Presidente respecto a reducir de 155 a 120 los diputados y de 50 a 40 los senadores. Si el objetivo es torcer el desprestigio de la política, los analistas prendieron las alarmas, ya que esa no es la solución. Pero si la intención es devolverle al gremialismo la hegemonía en Chile Vamos y asegurar artificialmente una mayoría a la derecha que hoy no tiene en el Congreso, parece ser el camino correcto.
Fue el momento más aplaudido de la Cuenta Pública del 1 de junio. De hecho, se desató una ovación cuando el Presidente Sebastián Piñera anunció que buscará la aprobación para reducir de 155 a 120 los diputados y de 50 a 40 los senadores. Aplaudieron desde el Frente Amplio hasta la UDI, incluso el diputado gremialista Patricio Melero no pudo contener la emoción y se paró de su asiento.
Pero más que pura alegría, en el caso de la UDI el regreso al número de parlamentarios que había antes de la reforma que eliminó el sistema binominal –aprobada hace cuatro años– significa que el partido fundado por Jaime Guzmán tiene la oportunidad no menor de recuperar su sitial de fuerza política más poderosa de la derecha.
“Esta iniciativa es una gran noticia para los chilenos que ven cómo otra muy mala política pública del Gobierno anterior será reemplazada de acuerdo a la realidad del país y no al gusto y medida de la izquierda, tal y como fue este incomprensible aumento de diputados”, afirmó el jefe de la bancada de diputados UDI, Javier Macaya. Desafiante, pidió al Presidente “que remita este proyecto con máxima urgencia y vamos a ver el test de la blancura de todos aquellos que solicitan medidas populistas parciales y demagógicas”, apuntó.
Por cierto que la premura no es casualidad, menos aún cuando en el horizonte están las elecciones parlamentarias del 2021. Un cambio así en las reglas del sistema electoral, huele mucho a un intento por volver a un sistema binominal encubierto y que favorece solo a algunos partidos, uno de ellos, la UDI.
Uno de los grandes dolores de cabeza de la actual administración piñerista ha sido su falta de mayoría parlamentaria en ambas cámaras del Congreso, lo que ha trabado y complicado diversos proyectos de su agenda legislativa, como la Reforma Rributaria, la de Pensiones y Admisión Justa, lo que le ha obligado a negociar con la DC y aplicar la estrategia del «pirquineo» de votos para tratar de sacarlos adelante.
La gracia que tenía el sistema binominal para la derecha es que por más de veinte años le dio una representación de escaños que era superior a lo que obtenía en votos en las urnas, junto con complicar al extremo las opciones de fuerzas políticas nuevas y ajenas a las dos grandes coaliciones existentes.
Así, un binominal encubierto aparece como una fórmula interesante para el oficialismo con miras a asegurarse una representación parlamentaria más favorable en futuros gobiernos, de la mano del proyecto político de, al menos, conseguir dos mandatos más una vez concluido el de Piñera.
El cientista político y académico de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, interpretó el anuncio presidencial en el sentido que “a la UDI le convendría la reducción de parlamentarios, porque no tiene mucho que perder, no tiene –salvo uno– parlamentarios con menos del 5% de votación y, en segundo lugar, podría volver a tener una coalición hegemónica dentro de la coalición. A Evópoli, en cambio, no le conviene. Gana mucho acarreando con votaciones fuertes, como Felipe Kast que arrastró a otra candidata en ese entonces de Evópoli que, como está creciendo, necesita el sistema para que gente mejor posicionada arrastre a otra menos posicionada. Entonces, un sistema con menos oportunidades de acceso favorecería a partidos más establecidos, como la UDI”.
[cita tipo=»destaque»]Claudio Fuentes agregó que, aunque la reducción no sea un regreso explícito al binominal, en la práctica para el Senado sí lo es y en la Cámara Baja algunos sectores quedarían con menos representación. “Respecto de lo que dijo el ministro Blumel, en la Cámara de Diputados se mantendrían los distritos, tal cual, sin modificar, eso significa que se tendrían que recortar de alguna parte y eso implica reducir la cantidad de asientos en algunos distritos donde no hay una buena proporción entre electores y ciudadanos. Por lo tanto, no habría una binominalización en la Cámara, pero sí una menor representación de la que hoy día existe. En el caso del Senado, es de todos modos una vuelta al binominal, porque manteniendo la circunscripciones y reduciendo la cantidad de senadores de 50 a 40, no hay forma de que no pueda ser en cada circunscripción 2 y en algunas regiones 4, para que dé los 40. Por lo tanto, en el Senado habría una binominalización”, explicó.[/cita]
Ya hay señales de que el principal perjudicado en el oficialismo sería Renovación Nacional. No por nada el presidente del partido, Mario Desbordes, fue categórico el sábado y los días siguientes cuando enfatizó que “no estoy para fuegos artificiales”.
“Dentro de los partidos que tienen mayor número de parlamentarios con votaciones de menos del 5%, en Chile Vamos, 8 de 10 son de Renovación Nacional, incluido el presidente Mario Desbordes. Otro es de Evópoli y otro es de la UDI”, detalló Fuentes.
En la oposición ya prendieron las alarmas. El experto electoral de la Democracia Cristiana, Víctor Maldonado, cree que algunos sectores de la oposición no tienen claro lo que significa una reforma en este sentido, que las posibilidades son volver al binominal o agrandar los distritos y que ambas opciones favorecen a la derecha. “El sistema proporcional permite que terceras posiciones sobrevivan. Por lo tanto, yo considero que, cuando los parlamentarios de RD se pararon a aplaudir el anuncio, muestra que no saben dónde están parados, eso de todas maneras, porque ni los kamikazes aplaudían antes de tirar sus aviones a los barcos enemigos. No se puede hacer tanta tontera junta a vista y paciencia de todo el país».
Por eso, sentenció que «por el lado de volver al binominal, no creo que nadie en su sano juicio lo acepte en la oposición, pero tampoco corresponde que los distritos se agranden y sea eso bueno para la democracia, porque mientras más grande el distrito, más influyen los recursos económicos por el acceso a los medios que tú tengas, cosa que la derecha tiene de sobra».
Para Maldonado, el anuncio de Piñera es a todas luces una mala idea y, sobre todo, una señal que el Mandatario quiso dar a la derecha más dura. «No tengo la menor duda de que el Gobierno no hizo esta proposición con la finalidad de ser atendidos. El discurso presidencial es un discurso de la derecha dura para enfrentar de todas las maneras posibles a la oposición, ya cada vez con espacios más pequeños para el diálogo y el acuerdo (…). Esto nos va a golpear a nosotros, pero también a RN y, por eso, su presidente está saliendo a la palestra”, recalcó.
El analista no cree que una reducción de parlamentarios sea el verdadero remedio que sirva para la intención de mejorar la percepción que tiene la ciudadana de la clase política. En esa misma línea reaccionó el diputado DC y presidente de la Cámara Baja, Iván Flores: «Hay que revisar cómo podemos hacer más eficiente y eficaz el Congreso. ¿Vamos a trabajar sobre el mismo Congreso bicameral o a alguien se le ocurre que pudiéramos ser unicameral, más allá de pensar en la sola y simple reducción de los parlamentarios? Tal vez sea parte de la solución, pero no podemos pensar que esa sea ‘la’ solución, porque eso más bien huele a volver al sistema binominal y creo que no están los tiempos para eso”.
Claudio Fuentes agregó que, aunque la reducción no sea un regreso explícito al binominal, en la práctica para el Senado sí lo es y en la Cámara Baja algunos sectores quedarían con menos representación. “Respecto de lo que dijo el ministro Blumel, en la Cámara de Diputados se mantendrían los distritos, tal cual, sin modificar, eso significa que se tendrían que recortar de alguna parte y eso implica reducir la cantidad de asientos en algunos distritos donde no hay una buena proporción entre electores y ciudadanos. Por lo tanto, no habría una binominalización en la Cámara, pero sí una menor representación de la que hoy día existe. En el caso del Senado, es de todos modos una vuelta al binominal, porque manteniendo la circunscripciones y reduciendo la cantidad de senadores de 50 a 40, no hay forma de que no pueda ser en cada circunscripción 2 y en algunas regiones 4, para que dé los 40. Por lo tanto, en el Senado habría una binominalización”, explicó.
En efecto, hasta ahora no se sabe con claridad qué es lo que busca realmente el Gobierno con este anuncio: ¿mejorar la política?, ¿ahorrar el gasto en parlamentarios?, ¿equilibrar las fuerzas políticas a su favor?
El analista Axel Callís planteó que «en la cuenta Piñera no establece cuál es el objetivo. Si es por eliminar parlamentarios, obviamente que siempre se pueden eliminar sin caer en el binominal, porque lo que hay que hacer es generar distritos más grandes, romper con el tema de los límites regionales. Hay formas de bajar el número, sí. De hecho existen, a nivel de diputados, distritos binominales, como las dos puntas (del país) y, a nivel senadores, se eligen 2 en cada lado. El tema no es matemático. Puede cumplir bajando 5, 2 o 1, da lo mismo, pero si el tema es económico, lo que hay que hacer es bajar la dieta no más. Entonces, yo diría que por donde se le mire es un anuncio populista, que carece de todo fundamento en términos técnicos y políticos, porque, si lo que quiere es mejorar la política, hay otras medidas mucho más eficaces, como bajar la dieta o aumentar algún nivel de requisito parlamentario. No se entiende cuál es el objetivo”.
Callís puso como ejemplo de una medida efectiva considerar la posibilidad de instalar un Congreso unicameral. “Para el tamaño de Chile es mucho mejor tener una sola cámara con un estándar y con eso se ahorra 45 senadores. Chile es un país ideal para el unicameralismo”, aseguró.
Esa es la propuesta que hicieron, precisamente, parlamentarios del PS. El diputado Marcelo Schilling recordó que «presentamos el 2008 un proyecto de ley, que varios parlamentarios socialistas y DC suscribimos, donde establecemos la creación de un Congreso unicameral».
Además, el diputado recordó que «hay iniciativas que ya ingresaron al Congreso, que limitan las reelecciones de los parlamentarios, por eso llamamos al Presidente Piñera a ponerles urgencia a estos proyectos. Yo presenté uno que reduce en un tercio la dieta de los parlamentarios. Si vamos a hacer cambios, deben hacerse en serio».
Otra de las dudas que generó la iniciativa anunciada por el Jefe de Estado es si está orientada a evitar que personas con baja representación o personajes disruptivos lleguen al Congreso. Para Maldonado, esto es prácticamente inevitable: “Hay alguien que entra con pocos votos porque hay pactos y los pactos suman sus votos y si hay alguien que tiene muchos, arrastra a alguien, muy poquitos, como el caso de Florcita Motuda, cuyos adherentes probablemente quepan en una cancha de fútbol. Pero el problema es que evitar los pactos puede constituir la posibilidad de evitar alianzas políticas, que es lo que da gobernabilidad”
La pesadilla de tener parlamentarios subrepresentados es inherente a un sistema político basado en las alianzas de los partidos y en las listas que se forman en el contexto de cada elección. Podría llamarse un “defecto” de la democracia. Por eso, es poco riguroso anunciar que algo así se podría acabar, según aclararon los analistas. “Mientras exista segunda cifra repartidora, siempre habrá arrastrados. Nadie puede evitar que eso exista. Me parece razonable que personas sin votos o con un 1% se van a sentir en desventaja con quien te arrastró, pero, por otra parte, reduce la importancia de los partidos, porque ya no operan como subpacto”, explicó Callís.
Tanto él como Maldonado aseguraron que la oposición no apoyará un proyecto de reducción de parlamentarios. Y todos coinciden en que es necesario fortalecer a los partidos.
“Estimo que la representación debería ser por las listas, por los partidos. Que exista una buena representación entre los votos obtenidos por la lista y la cantidad de asientos que tienen en el Congreso. De acuerdo a esa lógica, a mí no me preocupa tanto que algún parlamentario obtenga una baja votación, pero sí que existan límites a la cantidad de representantes por listas. Esto va contra el modelo predominante en Chile, que es individual, nominal. Siempre pensamos, desde el punto de vista de los nombres que llegan al Congreso y no de los partidos o agrupaciones», dijo Fuentes.
Para el analista de la UDP, «el problema de Chile es que en un sistema proporcional, lo que necesitas es representar distintas tendencias políticas y la única forma de hacer eso es fortaleciendo la noción de que la representación es por listas y no por individuos que llegan ahí. Por lo tanto, las reformas debiesen apuntar a fortalecer la disciplina que tienen estos que llegan con baja votación hacia sus partidos. Si no, pasa lo que ocurrió con la senadora que era de Evópoli (Carmen Gloria Aravena), llega al poder y se va del partido, pero tiene un 1% de votación. Entonces no tiene lealtad con su propio partido. Ese es el problema principal”.