Al ser puesta en conocimiento por parte de El Mostrador de las manipulaciones de datos con que operó la salmonera de capitales noruegos, la subdirectora de Acuicultura de la entidad fiscalizadora, Marcela Lara, calificó los hechos como “gravísimos” y como “malas prácticas del pasado”. “No estamos dispuestos a tolerar este comportamiento por parte de una empresa que ponga en peligro los avances que se han logrado con el resto de la industria y por ello llevaremos adelante las acciones legales que correspondan para sancionar a los responsables”, insistió.
Una investigación que podría derivar en acciones legales anunció el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura luego de conocer la denuncia de El Mostrador respecto a las adulteraciones de la salmonera noruega Nova Austral de las estadísticas de mortalidad de los salmones.
El Mostrador accedió a información reservada, que incluye correos electrónicos de la gerencia de producción de la compañía salmonera Nova Austral a sus jefes de área, donde se dan instrucciones para manipular las estadísticas de mortalidad de los salmones que se presentan a la autoridad fiscalizadora.
La maniobra, que contrasta con la imagen pública de una empresa verde y líder en el mercado por sus innovaciones sustentables que muestra Nova Austral, busca ocultar las verdaderas cifras a fin de zafar de las multas, y también evitar la consiguiente pérdida de utilidades debido a las sanciones y al descrédito.
Al ser puesta en conocimiento por parte de El Mostrador de los antecedentes, la subdirectora de Acuicultura de Sernapesca, Marcela Lara calificó los hechos como “gravísimos” y señaló que “con los antecedentes aportados activaremos inmediatamente una investigación para corroborar los hechos denunciados y determinar el alcance de estas conductas y así en el caso de proceder, ejerceremos en el más breve plazo, todo tipo de acciones legales que procedan”.
De acuerdo a la subdirectora, el caso “es una práctica excepcional, ya no observada en la actualidad, que atenta contra la transparencia en el ámbito sanitario y ambiental, situación que el servicio ha comprometido durante mucho tiempo a promover junto a la industria, en pos de avanzar hacia una acuicultura sustentable”. Lara catalogó estas conductas como “malas prácticas del pasado que dadas las experiencias vividas en materia ambiental y sanitaria, deberían estar superadas”.
“No estamos dispuestos a tolerar este comportamiento por parte de una empresa que ponga en peligro los avances que se han logrado con el resto de la industria y por ello llevaremos adelante las acciones legales que correspondan para sancionar a los responsables”, insistió.
Respecto a las capacidades de Sernapesca para monitorear estas manipulaciones de Nova Austral, Marcela Lara fue enfática en señalar que “una instrucción deliberada de engañar a la autoridad no es algo fácil de descubrir porque requiere contar con información interna de las empresas”.
En este sentido, la normativa indica que las empresas tienen la obligación de declarar sus mortalidades según establece el Programa General de Mortalidades; el Reglamento Sanitario para la Acuicultura (RESA) y la Ley General de Pesca Acuicultura.
En el caso puntual de la denuncia sobre Nova Austral, y consultada si Sernapesca tuvo algún tipo de conocimiento respecto a esta situación, la funcionaria destacó que “aunque no contamos con una denuncia formal en torno a este hecho puntual, continuamente levantamos información por diversas vías, lo que nos permite elaborar los perfiles de riesgo de los acuicultores. Conforme a esos perfiles, diseñamos las campañas de fiscalización en terreno y generamos análisis de información durante todo el período de producción. Así las cosas, a la fecha tenemos campañas en la zona involucrada en esta denuncia, aunque esta conducta no ha sido constatada”.
En cuanto a las capacidades de fiscalización de Sernapesca, la subdirectora de Acuicultura sostuvo que la entidad “realiza el seguimiento de las mismas y sus causas declaradas por los centros de cultivo a través de nuestro Sistema de Información para la fiscalización de la acuicultura (SIFA), lo que se complementa con la fiscalización en terreno que nos permite verificar el cumplimiento de la normativa y, en particular, la veracidad de la información entregada. A esto se agrega el cruce de información reportada en las diversas etapas de cultivo (centros de engorda, planta, centros de acopio, entre otros) y además aquella proveniente de los muestreos obligatorios que se realizan en virtud de la vigilancia de las enfermedades en los centros de cultivo”.
En el mundo político y ambientalista también hubo reacciones. “La empresa tiene que explicar esta situación con todos los antecedentes sobre la mesa y máxima transparencia. Voy a exigir a las autoridades correspondientes que se haga una investigación profunda y de manera inmediata, porque podemos estar ante ilícitos que son inaceptables”, advirtió la senadora por Magallanes, Carolina Goic.
En Greenpeace, por su parte, condenaron la “política de engaño” montada por la empresa noruega, mientras desde National Geographic Pristine Seas enfatizaron que “una empresa con estas prácticas fraudulentas no debería tener permiso para funcionar en Chile”.