El archipiélago es uno de los atractivos turísticos más importantes de Chile. Pero la isla, famosa por la arquitectura de sus iglesias, enfrenta desde hace varios años un grave problema sanitario. Esto porque, para permitir la adecuada acumulación de la basura, no cuenta con rellenos sanitarios, lo que ha provocado malos olores, proliferación de animales abandonados y contaminación de las aguas. A ello se suma que, en abril, el vertedero municipal –ubicado en la comuna de Ancud– fue clausurado tras 40 años de funcionamiento, y la nueva alternativa, el Fundo Los Millanes, ha generado amplio rechazo entre la comunidad científica, debido a la presencia de 25 afloramientos de agua, donde, de ocurrir un evento de contaminación, esta podría extenderse a todo el territorio.
La isla de Chiloé, en la Región de Los Lagos, es una de las zonas turísticas de Chile por excelencia. Sus iglesias de madera son uno de los principales atractivos de este archipiélago, compuesto por 10 comunas. Datos del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) del año 2018, revelaron una ocupación turística de 79,8%, con lo que supera incluso a otros destinos, como Puyehue (73,8%) y la Patagonia Verde (67,3%), llegando a ser en ese momento el cuarto destino internacional del país.
Desde 2010, Chiloé forma parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), una certificación que otorga la Organización de Naciones Unidas (ONU) a aquellos lugares que conservan una agricultura tradicional plenamente integrada en la cultura, la seguridad alimentaria, la biodiversidad y el desarrollo sostenible.
Esa es la cara «bonita» y conocida de Chiloé. La otra cara de la moneda es diametralmente opuesta y, también, muy poco conocida: desde hace al menos 40 años, la isla ha sufrido las consecuencias de la falta de un plan de manejo de desperdicios o residuos sólidos domiciliarios (RSD), una situación que llegó a su punto más crítico este 2019.
En la actualidad, el archipiélago no cuenta con una alternativa que permita tratar correctamente la basura, situación que ha provocado graves problemas ambientales para la comunidad. Malos olores, vectores, animales abandonados, contaminación de las aguas y el rechazo de los alimentos producidos en el sector, constituyen solo algunas de las consecuencias de la falta de un plan para dar un tratamiento correcto a los desechos.
[cita tipo=»destaque»]De acuerdo a Cristián Frene, «el descalabro que se puede producir aquí producto de la contaminación del agua es un tema realmente serio. El potencial de contaminación es muy alto, debido a que estos acuíferos son catalogados como de alta vulnerabilidad, es decir, que ante un evento de contaminación, como por ejemplo la instalación de un vertedero, podría en el fondo generar esta contaminación a todo el territorio».[/cita]
Este año, la situación parece haber llegado a su punto más crítico. En abril de 2019, el vertedero municipal –ubicado en la comuna de Ancud– fue clausurado tras 40 años en funcionamiento, dejando a Chiloé sin una opción para el almacenamiento correcto de la basura.
Pero este problema se veía venir. En 2016, la Contraloría General de la República decretó que todos los vertederos de la isla debían haber cerrado en 2012. Pese a ello, la Seremi de Salud decidió autorizar la disposición de los residuos domiciliarios a falta de un lugar apropiado para su depósito.
Además, un grupo de científicos de la zona ya había advertido a las autoridades sobre esta situación. Una de ellas fue Mariela Núñez, investigadora asociada del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), quien habló con El Mostrador acerca del grave problema ambiental de la isla.
«Existen archivos de prensa que dan cuenta que para el año 2017 se advierte sobre el colapso del vertedero municipal de la comuna de Ancud, sin embargo, nada se hizo para la búsqueda de un sitio adecuado para la disposición final de los RSD de la Provincia de Chiloé, sobre la base de una adecuada planificación territorial, considerando aspectos ambientales, sociales y económicos», comentó Núñez.
La bióloga de la Universidad Católica (UC) explicó que, el 12 de abril pasado, la Seremi de Salud de la Región de Los Lagos decretó alerta sanitaria para la Provincia de Chiloé, la que se extiende hasta el 31 de diciembre del año en curso.
Con la Alerta Sanitaria en marcha, el municipio necesita encontrar un nuevo sitio para instalar un vertedero municipal. El alcalde de Ancud, Carlos Gómez Miranda, tomó la decisión de instalar el nuevo vertedero en una zona afectada por la escasez hídrica estival, específicamente en el predio fiscal Fundo Los Millanes, cubierto con bosque nativo que actualmente está siendo explotado ilegalmente.
Pero científicos de la zona aseguran que, en este caso, sería peor el remedio que la enfermedad.
Cristián Frene, quien también es investigador asociado del Instituto de Ecología y Biodiversidad, denunció en El Mostrador que la decisión de instalar el nuevo vertedero en esta zona se tomó «sin mediar ningún otro criterio, ni social ni ambiental, solamente basado en un criterio económico: que en el fondo el predio significa cero costo (…). Y además, el otro criterio es que está a una distancia bastante adecuada para poder transportar los residuos sólidos domiciliarios desde la ciudad de Ancud hacia el lugar. Básicamente dos criterios económicos. Y no se tuvo en cuenta ningún criterio geoambiental, geofísico ni social. Se toma la decisión básicamente bajo una lógica de emergencia y con un criterio puramente económico», recalcó.
En la misma línea, Mariela Núñez acusó que «entre las tres opciones entregadas solo se consideró el aspecto económico, en cuanto a que estos sitios no representan un gasto para el Gobierno ni el municipio, sin embargo, hay una serie de problemas socioecológicos que no fueron evaluados ni considerados por los organismos técnicos competentes del Estado de Chile».
El drama de la contaminación en Chiloé tiene varias aristas que se relacionan entre sí. La instalación de este vertedero en el Fundo Los Millanes ha provocado la tala ilegal de bosque nativo, denuncian los científicos. Pero además, podría generar otro problema mucho más grave: la contaminación de las aguas.
En ese sentido, el IEB analizó un estudio realizado en 2008 por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), que identificó la presencia de acuíferos libres, aguas subterráneas que están circulando a distintas profundidades (de 20 a 70 metros) y que, de instalarse este vertedero y de generar algún evento de contaminación, podría tener resultados catastróficos.
«En cuanto al flujo de agua superficial, científicos del Instituto de Ecología y Biodiversidad han identificado 25 afloramientos de aguas superficiales dentro del Fundo Los Millanes (…). Estos afloramientos de agua forman vertientes que drenan sus aguas al río Huicha y su contaminación podría afectar la salud de las personas que usan esta agua y habitan este territorio», apuntó Mariela Núñez.
Esta característica, explicó Núñez, traería consigo un impedimento legal que no permitiría la construcción de dicho vertedero en la zona, ya que según el decreto 189, Título II, artículo 11, «no podrán emplazarse Rellenos Sanitarios sobre suelos saturados, tales como aquellos en los que exista afloramiento de agua».
De acuerdo a Frene, «el descalabro que se puede producir aquí producto de la contaminación del agua es un tema realmente serio. El potencial de contaminación es muy alto, debido a que estos acuíferos son catalogados como de alta vulnerabilidad, es decir, que ante un evento de contaminación, como por ejemplo la instalación de un vertedero, podría en el fondo generar esta contaminación a todo el territorio».
«Estos afloramientos de agua forman vertientes que drenan sus aguas al río Huicha, su contaminación podría afectar la salud de las personas que usan esta agua y habitan este territorio», aseguró Núñez.
Según estimaciones del IEB, un eventual episodio de contaminación de este tipo, que podría ocurrir por rotura de la membrana o bien por rebalse, afectaría al menos a 20 comunidades indígenas y 5 escuelas rurales.
Los resultados de estos estudios fueron presentados el lunes ante el concejo municipal de Ancud, donde –entre otras medidas– propusieron realizar un análisis multicriterio, en el que, a través de la información ya existente, se identifiquen aquellas zonas que son más aptas para un relleno sanitario. «Actualmente solo se usó el criterio económico respecto a que en el fondo el fundo era gratis para instalar ahí el relleno. Con este análisis se podrían enfocar las zonas más aptas de la comuna», dijo Mariela Núñez.
«El alcalde pidió más información y que se presenten los estudios realizados a las autoridades regionales», agregó.
El Mostrador trató de comunicarse en reiteradas oportunidades con el alcalde Carlos Gómez Miranda, a fin de obtener su declaración al respecto, sin embargo, los llamados fueron infructuosos.