En una alocución de 21 minutos, de los cuales 16 estuvieron dedicados al cambio climático, el jefe de Estado hizo un llamado a pasar a la «pura y simple acción» para combatir la crisis medioambiental. Pero en Chile enjuiciaron sus palabras. Por ejemplo, Estefanía González (Greenpeace) dijo que el “renovado y exigente plan de descontaminación” que mencionó cuando habló de Quintero-Puchuncaví es “tardío” y “ni siquiera cumple con los estándares de la OMS”. El diputado Diego Ibáñez (Convergencia Social) comentó que la postura de Piñera respecto al cierre de las termoeléctricas “no refleja la prioridad ni el liderazgo ambiental que dice tener», y Flavia Liberona de Terram pidió al Presidente aclarar “qué entiende por desarrollo sustentable”. En tanto, el senador Guido Girardi (PPD) dijo que las políticas del Presidente son contradictorias a su discurso, y para que su posicionamiento “verde” sea «genuino», debe dar señales concretas como firmar el Acuerdo de Escazú.
Sebastián Piñera desplegó su faceta más verde. El Presidente aprovechó su discurso en la 74 Asamblea General de las Naciones Unidas para mostrar su preocupación por el cambio climático. Su alocución duró 21 minutos, de los cuales 16 estuvieron dedicados al tema medioambiental.
Un día después que fuera reconocido con el premio Global Citizen Award 2019 «por su aporte a la lucha contra el cambio climático», el Presidente chileno dijo que «es el gran desafío de nuestra generación cambiar el rumbo equivocado de ideas y de tratar nuestro planeta de forma distinta para asegurar la sobrevivencia del ser humano».
«La COP de Paris fijó la meta de no superar los 2 grados y después lo aumentó a 1,5 grados de aumento en la temperatura antes del fin del siglo. Pero los compromisos que adquirieron los países en esa Cumbre no son suficientes como acabamos de mencionar y además ni siquiera se están cumpliendo».
En tono de urgencia, Piñera hizo un llamado a pasar a la «pura y simple acción». «Hay que dejar de lado la falsa dicotomía entre crecimiento y desarrollo sustentable. El desarrollo o es sustentable o no va ser desarrollo», fue una de sus frases más llamativas.
El jefe de Estado también habló sobre las zonas de sacrificio. En esa línea, aprovechó de referirse sobre la crisis de medioambiental que sufrieron las comunas de Quintero y Puchuncaví en agosto del año pasado, que produjo la intoxicación de miles de personas.
«En esta misma tribuna el año pasado reconocí algunos errores y problemas en mi país y me referí a lo que ocurría en algunas zonas que han sido denominadas de sacrificio, y que causaron un grave daño a miles de personas. Pero no basta con reconocer también hay que tomar acciones, por eso los problemas de contaminación y de intoxicación que afectaron a muchas personas en las comunas de Quintero y Puchuncavi fueron un problema frente al cual asumí el compromiso de enfrentarlo con decisión, voluntad y urgencia», dijo.
Agregó que «hoy tenemos en marcha un renovado y exigente plan de descontaminación en esas comunas». «Si no hacemos nada, muy pronto, es probable que el planeta entero se transforme en una zona de sacrificio».
Piñera también abordó la sequía que afecta actualmente a nuestro país, y aseguró que está enfrentando la situación con «sentido de urgencia y eficacia», dictando decretos para asegurar el abastecimiento del vital recurso.
El diputado por la zona de Quintero-Puchuncaví, Diego Ibáñez (Convergencia Social), reaccionó al discurso de Sebastián Piñera, y dijo que «aún se esperan medidas urgentes para mejorar el hospital de Quintero o mejorar la normas de calidad ambiental, crear una normativa de arsénico, que es una locura que no exista, solo por mencionar algunos padecimientos».
«Las zonas de sacrificio en Chile, que son cinco, concentran casi la totalidad de las termoeléctricas a carbón. Una medida que realmente refleje el compromiso que dice el Presidente habría sido acelerar el cierre de estas, sin embargo, ha decidido alargar el proceso para 20 años más. Eso no refleja prioridad ni el liderazgo ambiental que dice tener», agregó.
Por otra parte, Estefanía González, coordinadora del área de Clima de Greenpeace, consideró que «los diferentes discursos del Presidente Sebastián Piñera desde Naciones Unidas en Nueva York, la verdad, han sido una vergüenza para la situación que hoy día viven las zonas sacrificio. Pedir solamente perdón luego de un año donde el Gobierno no ha dado ningún tipo de respuesta concreta ni menos una solución para la gente que vive diariamente contaminada en Quintero y Puchuncaví, la verdad es que ha sido evaluado de una manera pésima por parte no solamente de las organizaciones ambientales, sino también por parte de la propia comunidad».
González agregó que «ese renovado y exigente plan de descontaminación ni siquiera cumple con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ese plan de descontaminación no solamente es tardío, además no se adecúa a la realidad que la gente está viviendo hoy día en Quintero, donde hay varamientos de carbón prácticamente todos los días, donde la norma de dióxido de azufre tiene unos peak por sobre lo que recomiendan las organizaciones internacionales con respecto a la salud, y donde se les ha dado un tiempo a las empresas de tres años cuando fue la Corte Suprema la que reconoció que se están vulnerando los derechos de las personas de Quintero, y que el Gobierno debía tomar medidas concretas en un año, y hoy día la respuesta que ha tenido la ministra de Medio Ambiente (…) es que la gente puede someterse más de 130 veces a estos peak de contaminación».
También Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram, consideró que el discurso de Piñera tiene una doble lectura, una internacional, en la que «el Presidente hace referencia a la crisis climática, donde da cuenta de una cantidad de datos que están en los informes científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, y en ese sentido, él señala la importancia de la ciencia y de que como humanidad tenemos que cambiar el rumbo y que tenemos muy pocos años para hacerlo. Yo creo que ese es un discurso bastante coherente con lo que está señalando la Convención Marco de las Naciones Unidas».
Sin embargo, en lo que respecta a Chile, Liberona comentó que el discurso mostró falencias. «Primero habla de una ley de cambio climático. Esa ley no existe, ni siquiera se ha ingresado el proyecto de ley al Parlamento, y por lo tanto el contenido final de la ley los habitantes de este país lo desconocemos».
En segundo lugar, la directora ejecutiva de Terram mencionó a las zonas de sacrificio y el plan de descontaminación de Quintero y Puchuncaví. Al respecto, explicó que «no es solo Puchuncaví y Quintero. Tenemos Tocopilla, Mejillones, Huasco, Puchuncaví, Quintero y Coronel. Segundo, un plan de descontaminación ya es un tema más técnico que el Presidente no aborda, pero los planes de descontaminación se elaboran en base a la normativa existente, y por lo tanto ese plan de descontaminación está hecho para algunos de los contaminantes presentes en la zona, no para todos, y la falencia más grande ahí es sobre compuestos orgánicos volátiles, que probablemente fueron los causantes de las intoxicaciones masivas el 2018».
«Tampoco hace referencia a que en Chile (…) no hay ninguna normativa de suelo cuando hay estudios encargados por el Ministerio de Medio Ambiente que dan cuenta de la contaminación que hay en los suelos de Puchuncaví y Quintero, ni tampoco sobre normativas de agua, por lo tanto ahí hay un espacio comunicacional que el Presidente usa pero en realidad nosotros no vemos avances significativos en el tema de terminar con las zonas de sacrificio», agregó, al tiempo que aseguró que dicho plan de descontaminación es «insuficiente», porque solo aborda aquellos contaminantes que están normados por la legislación chilena.
Finalmente, respecto a la declaración de Piñera sobre el desarrollo sustentable, Flavia Liberona dijo que «yo concuerdo con que el desarrollo tiene que ser sustentable, pero ahí nuevamente tenemos que ver qué entiende el Presidente por desarrollo sustentable. De alguna manera, cuando uno mira la agenda nacional pro inversión, ese desarrollo que está promoviendo el Gobierno no apuntan a un desarrollo sustentable, apuntan a fortalecer la inversión sin consideraciones ambientales. En los discursos dicen una cosa, pero en la realidad de como está operando el Gobierno con sus proyectos de ley (…) no se condice con las necesidades que tiene el país ni las urgencias».
El senador Guido Girardi (PPD), en tanto, valoró el «profundo contenido ecológico» del discurso del Presidente Sebastián Piñera y consideró que «apunta en la dirección correcta al señalar que el desarrollo si no es sustentable (…) no es desarrollo»., Sin embargo, advirtió que es fundamental que estos gestos de Piñera sean «genuinos».
«Para que sea genuino, el Presidente cuando llegue a Chile, tiene que reordenar las políticas de su Gobierno, porque todos o la mayoría de sus ministros y ministras son escépticos y son negacionistas, porque todas las políticas que el Presidente ha enviado al Congreso son políticas que no hacen caso de este discurso, que no absolutamente contradictorias, que lo único que buscan es desregular las pocas exigencias ambientales que ya son escasas», dijo.
«Yo lo que le pido al Presidente es que aplique y exija ese estándar a su Gobierno, porque su Gobierno lo está saboteando, no lo está escuchando, y justamente lo que él le critica a los líderes del mundo que es el negacionismo y el ser escéptico, la mayoría de sus ministros y ministras son negacionistas y son escépticos respecto al cambio climático porque están haciendo todo lo contrario de lo que él está pidiendo y exigiendo al mundo», agregó.
El presidente de la Comisión de Medio Ambiente criticó que las políticas de Piñera son contradictorias a su discurso, y en ese sentido, dijo que «si el Presidente no firma el Acuerdo Escazú, que es un tratado de bajo estándar, entonces va a ser poco creíble, y el Presidente usa un argumento que no es tal, porque cuando dice que Escazú trae un problema para Chile porque pone en cuestión la soberanía de Chile, yo lo que quiero decirle al Presidente es que el TPP11, ese sí que pone en cuestión la soberanía chilena, entonces es contradictorio».
«Si el Presidente no firma el Tratado de Escazú, va a tener un talón de Aquiles respecto a lo más importante, y a la credibilidad y confianza que puedan tener justamente para orientar en diciembre, en la COP 25, al resto de los presidentes del mundo y a la comunidad mundial», finalizó.