La capital está virtualmente paralizada en plena hora punta. Ante la ausencia del servicio de Metro en las líneas 1, 2 y 6, los santiaguinos caminan por las calles para volver a sus casas, provocándose aglomeraciones en los paraderos, tacos y falta de buses de Red y Transantiago. Además, se han multiplicado los incidentes en las afueras de varias estaciones, incluso frente a La Moneda, donde desde pasadas las 16 horas se desarrolla una reunión de emergencia que encabeza el Presidente Sebastián Piñera para analizar la situación de colapso. Las protestas, iniciadas este lunes, se encendieron aún más este viernes con las declaraciones del Mandatario y otras autoridades de Gobierno que se han focalizado en amenazar con la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado, desoyendo incluso los llamados de senadores RN que han pedido no eludir una solución de fondo [ACTUALIZADA]
Todo un caos se vive en Santiago la tarde de este viernes, luego de que a raíz del recrudecimiento de episodios de evasiones masivas, el Metro decidió suspender el servicio de las líneas 1, 2 y 6, lo que ha obligado a miles de capitalinos aglomerarse en la calles para buscar transporte para retornar a sus hogares.
La situación -ad portas la hora punta- es de colapso, y desde pasadas las 16 horas, La Moneda es escenario de una reunión de emergencia que encabeza el Presidente Sebastián Piñera, junto al ministro del Interior, Andrés Chadwick, Rodrigo Ubilla, la ministra de Transportes Gloria Hutt y el presidente de Metro Louis de Grange, para analizar la situación.
El caos de esta tarde es el corolario de una jornada donde el Gobierno decidió no moverse un ápice de su estrategia original frente a las evasiones masivas, que comenzaron este lunes, sin abordar el fondo de los reclamos que hay detrás de la protesta, vale decir el alza de los pasajes.
El día partió con el Presidente Sebastián Piñera confirmando en una entrevista radial que el Gobierno estudia la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado y condenando a los manifestantes. “Este afán de destruirlo todo, no es protesta, es delincuencia», recalcó en Radio Agricultura.
Más tarde, a media mañana, la ministra de Transportes Gloria Hutt dejó en claro que el Gobierno no está dispuesto a una eventual revisión del alza de los pasajes. Y poco después el ministro del Interior Andrés Chadwick, insistió en la aplicación de Ley de Seguridad del Estado. “Estamos en la recopilación de las evidencias para que la querella vaya directamente” contra los responsables, dijo. También catalogó a los responsables como “vándalos y delincuentes” que “solo le causan daño a la gente que más trabaja y eso es lo que más indigna”, mientras en redes se viralizaban las imágenes del fuerte contingente policial dispuesto en estaciones como Baquedano:
Desde el Gobierno a esas alturas no tomaban en cuenta los llamados de la oposición que piden no criminalizar protestas, revocar el alza de tarifa del Metro, y buscar soluciones. Tampoco escuchaban a los parlamentarios de su sector, como el senador RN Manuel José Ossandón, quien pedía “oír el fondo de estas protestas” o mientras su colega del mismo partido Francisco Chahuan quien estimó que “es urgente cambiar la forma es que se establecen las alzas en el transporte, porque no se incluye el factor social en la fórmula”.
Las palabras del Ejecutivo solo encendieron aún más los incidentes, que fueron in crescendo en diversos puntos y dejaron imágenes de violencia como en el caso de Metro Moneda, donde un manifestante lanzó un televisor en plena vía del ferrocarril.
Antes de las 15 horas, Metro comunicó a las 14:51 hrs. la suspensión total de las líneas 1 y 2. “L1 y #L2 suspendidas con estaciones cerradas y sin servicio de trenes por desmanes causados por manifestantes que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores”, comunicó la empresa en Twitter.
La situación empeoró más tarde, porque los incidentes se han extendido a estaciones de otras líneas, e incluso en el exterior de las estaciones, como en Tobalaba, Plaza Egaña, Baquedano y Plaza de Maipú, entre otros. Incluso, hubo disturbios afuera de La Moneda, donde continuaba la reunión de emergencia.
Mientras, ante la ausencia del servicio de Metro, los capitalinos caminaron por las calles, provocándose aglomeraciones en los paraderos, tacos y falta de buses de Red y Transantiago.