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En su segunda entrevista con un canal de televisión desde que estalló la crisis, el Presidente Sebastián Piñera apeló a sus viejas cartas, como la comparación con Venezuela, siguió apostando todas sus fichas a la Agenda Social, que no contempla medidas estructurales como demanda la calle, y entreabrió la puerta -sin mayores certezas- al debate por una Nueva Constitución. Además, continuó con la lógica de relativizar en todo momento las acusaciones de abusos policiales, pese a las denuncias por violaciones de Derechos Humanos en este período de manifestaciones. Sin autocrítica, al comentar su desplome en las encuestas, que lo colocan con un pobre 13% de aprobación, aseguró que «cuando hay violencia, el Gobierno siempre es castigado, con culpa o sin culpa».
El Presidente Sebastián Piñera concedió su segunda entrevista desde que estalló la crisis social que azota a Chile desde el 18 de octubre pasado, cuando una ola de protestas masivas se tomó varias ciudades del país. Han pasado más de dos semanas y el movimiento no ha dado señales de agotamiento. Y el Mandatario sigue apegado a un libreto.
En la entrevista con Mega, grabada esta tarde a horas de conocerse la primera exclusiva que dio a la BBC, Piñera apeló a sus viejos comodines, como la comparación con Venezuela. También siguió apostando todas sus fichas a la Agenda Social presentada hace un par de semanas, que no contempla medidas estructurales como demanda la calle, y entreabrió la puerta -sin mayores certezas- al debate por una nueva Constitución. Es más, continuó con la lógica de relativizar en todo momento las acusaciones de abusos policiales, pese a las denuncias por violaciones de Derechos Humanos en este período de manifestaciones.
Piñera defendió a brazo partido el paquete de medidas contenidas en la Agenda Social que presentó para dar respuesta a las demandas de la población. A su juicio, su plan de emergencia “incluye exactamente lo que pedía la gente”. Y no tuvo problemas en echar mano a uno de los eslóganes de esta ola de protestas, señalando que “no son los 30 pesos del Metro, sino 30 años y no se va a resolver en 30 días”.
Respecto a su abrupta caída en las encuestas, que lo colocan con un pobre 13% de aprobación en su gestión, según la Cadem, y de 16% de acuerdo a Criteria, Piñera no hizo mea culpa alguno y solo sostuvo que «cuando hay violencia, el Gobierno siempre es castigado, con culpa o sin culpa».
Tampoco hubo autocrítica cuando fue consultado por el cambio de gabinete, y la falta de ajustes en Transportes, Educación y Salud, tres carteras con ministros cuestionados. A juicio del Presidente, el ajuste fue suficiente: «Cambiamos 4 ministros fundamentales, no le vamos a dar el gusto a todos nunca», dijo.
En la entrevista, el Presidente volvió a echar mano a la carta de Venezuela, un ejemplo que se ha convertido en todo un caballito de batalla en sus intervenciones. Catalogó al régimen de Nicolás Maduro como un país en “estado terminal” y al ser consultado por qué no emprender un aumento mayor del salario mínimo, pidió responsabilidad y aseguró que en ese país cuando lo hicieron generaron una crisis gigantesca.
Pero otro tema que se abordó en la entrevista con Mega, fue la reforma a la actual Constitución. Al respecto, Piñera aseguró que tanto su Gobierno como Chile Vamos están abiertos a discutirlo.
«Por supuesto que estamos dispuestos a discutirlo. La Constitución es parte de nuestro proyecto de Gobierno (…). Estamos disponibles a discutir con participación de la ciudadanía cambios en la Constitución, eso puede terminar en reformas o una nueva Constitución», sostuvo, aunque aclaró que esto debe hacerse dentro de la institucionalidad, tirando la pelota al Congreso.
Por otra parte, insistió en rechazar el proyecto de las 40 horas impulsado por la parlamentaria comunista Camila Vallejo, el que se espera sea votado el próximo jueves en particular en la Sala de la Cámara de Diputados. «Tenemos que respetar la Constitución porque, si no, van a perder los más débiles y van a ganar los más violentos».
En otro tema, el Presidente Piñera también fue consultado respecto a las acusaciones contra Carabineros por violaciones de los Derechos Humanos. En primer lugar, el jefe de Estado, tal y como lo ha hecho en otras ocasiones, justificó el accionar policial, argumentando que «el grado de violencia en Chile no es como en Hong Kong o Cataluña», y reiteró que los responsables de la violencia son «gente dispuesta a quemar hospitales», un hecho que hasta ahora no ha sido comprobado.
Sobre los responsables de los hechos de violencia, Piñera aseguró que «hay grupos organizados dispuestos a destruirlo todo».
Finalmente, respecto a aquellos uniformados que cometieron abusos, señaló que «deberán ser juzgados por los tribunales de justicia».
