En una escala de 1 a 7, el nivel de confianza que la ciudadanía tiene hacia el Congreso no llega a los 3 puntos a nivel nacional, siendo la institución con el nivel más alto de desconfianza, según el sondeo «Barómetro Regional 2019». Muy de cerca le siguen los juzgados y tribunales regionales, cuyo nivel de confianza apenas supera los 3 puntos a nivel nacional y regional, aunque en el caso de la Región Metropolitana está por debajo de ese número. Cabe resaltar el alto grado de confianza con el que cuentan las radios y universidades locales, que a nivel país y en regiones llega a 5 puntos de 7, pero que, en el caso particular de la RM, baja levemente. Por otra parte, cerca del 90% de los encuestados no ha oído hablar, o se siente nada o poco informado, sobre la próxima elección de gobernadores regionales, y desconocen por completo cuáles serán sus competencias.
Un alto grado de desconfianza en los partidos y autoridades políticas y un escaso conocimiento sobre la próxima elección de gobernadores regionales, son parte de los aspectos revelados por el “Barómetro Regional”. El estudio, dirigido por 8 universidades regionales y patrocinado por el PNUD, entrega una visión del país a partir de las percepciones y valores de los habitantes de cada región, abarcando para esta versión a 9 de ellas: Antofagasta, Coquimbo, Metropolitana, Lib. Gral. Bdo. O’Higgins, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
En cuanto a las instituciones donde la ciudadanía tiene mayor desconfianza, se halla el Congreso con sus diputados y senadores. En una escala de 1 a 7, el nivel de confianza que la ciudadanía tiene hacia el Parlamento no llega ni siquiera a los 3 puntos a nivel nacional, siendo la institución con el nivel más alto de desconfianza.
Muy de cerca le siguen los juzgados y tribunales regionales, cuyo nivel de confianza apenas supera los tres puntos a nivel nacional y regional, aunque en el caso de la Región Metropolitana está por debajo de ese número.
Estos datos permiten dotar de sentido el reciente estallido social, principalmente, en lo referido al bajo nivel de confianza que la ciudadanía tiene con los partidos políticos y con autoridades en general, pero en contraste con la adhesión que existe respecto a las municipalidades, cuya confianza ciudadana supera los 4 puntos.
Y sobre los niveles de conocimiento, es el alcalde, por lejos, el que tiene mejor evaluación.
Si bien la encuesta del barómetro regional 2019 se hizo antes del estallido social que lleva un mes en nuestro país, por lo que no se consideraron preguntas directas que se refirieran a este fenómeno, el investigador del Centro de Estudios Regionales de la U. Austral de Chile, Pedro Güell, señaló que resulta imposible “desentenderse de las movilizaciones que hoy en día están ocurriendo en Chile, porque efectivamente son cambios muy importantes en el país, entonces, lo que hicimos fue tomar un conjunto de instrumentos y hacernos la pregunta no solo en el sentido del malestar con el modelo económico del país, sino cuánta crítica hay hacia las oportunidades que brindan las regiones y hacia sus autoridades, construyendo un índice de malestar regional donde lo que se muestra es que, a nivel agregado, las regiones –pero con diferencias muy importantes entre ellas– tienen una nota 4, por lo que están aprobando apenas”.
En el apartado de instituciones, vale resaltar el alto grado de confianza con el que cuentan las radios y universidades locales, que a nivel país y en regiones llega a 5 puntos de 7, pero que, en el caso particular de la Región Metropolitana, baja levemente.
Cerca del 90% de los encuestados no ha oído hablar, o se siente nada o poco informado, sobre la próxima elección de gobernadores regionales, y desconocen por completo cuáles serán sus competencias.
Güell explicó que “el índice de malestar se asocia con la manera en que las personas perciben el proceso de descentralización, es decir, mientras más alto el malestar con la región, menos interés hay en participar en el proceso descentralizador y menos confianza hay en que ese proceso va a servir de algo”.
Al mismo tiempo, el investigador de la Universidad Austral explicó que, si se siguen estos datos, “uno tendería a pensar que quienes más molestos están con la región y sus autoridades políticas, menos interesados van a estar en participar en el proceso de elección de gobernador, lo cual es claramente un problema desde la perspectiva democrática, porque quienes son más críticos debieran usar el espacio de las elecciones de gobernadores –en este caso– precisamente para transformar las cosas. Mala noticia que quienes más críticos son con el sistema, en el espacio regional, menos dispuestos estén a participar en las alternativas institucionales de cambio”.
En cuanto al perfil que esta autoridad debiera tener, los encuestados prefieren a una persona de la región, que el contenido de su programa contemple temas locales, y que el candidato sea honesto y posea probidad.
Los autores advierten que en medio de la crisis política actual urge entregar mayor información sobre este proceso electoral, el que se desarrollará el próximo año.
“A través del Barómetro 2019 se ha detectado que la ciudadanía no está informada sobre la importancia de lo que viene y cómo se va a involucrar. Sabemos que si la ciudadanía no se involucra en el proceso de descentralización y de elección de gobernadores, el resultado va a ser débil en legitimidad y eso es una apelación a todas aquellas instituciones y actores que tienen responsabilidad en la formación y en la activación ciudadana. Por ejemplo, los partidos políticos o los medios de comunicación, pero especialmente las universidades regionales, porque son las instituciones que más confianza provocan en la ciudadanía. Sin formación y sin debate ciudadano, el proceso de descentralización va a tener una pata coja”, apuntó Güell.